Los adolescentes tienen muchas curiosidades desde temprana edad. El despertar la duda de muchas cosas a veces es el comienzo de una batalla que podrías no ganar. La vida se trata de eso; aprender y convivir. Te caes, te levantas. Te lesionas, te lastimas y te derrumbas. Sanas, lloras y sigues, aprendes a sobrellevarlo y sonríes. Como un juego; pierdes, pero a la vez ganas.
Esta es mi historia.
No es fácil para mí contarles desde la parte más dolorosa, pero es necesario. Es una historia, tienen que saberla. Quizá aprenda y al final perdone y cure heridas que actualmente están abiertas. El caso es que era una niña, tenía alrededor de 12 años y era una "niña" en todo el sentido de la palabra. La famosa curiosidad despertó en mí y con eso llegaron errores y caídas. Ahora tengo 16 años, sigo luchando contra esas heridas, pero puedo decirles que de los errores aprendí y de las caídas me levanté.
Me llamo Darla y esta es mi historia...
Todo desde aquel día.
