3

38 4 0
                                    


Cuando evitas algo, por mucho que quieras, va a llegar, a veces más rápido de lo que no deseas. Si la vida se viviera con límites fuera más llevadera, pero también muy aburrida. Lamentablemente para mí fuera mucho más tranquila y menos culposa. No sabría cómo decir o contar el estado en el que mi mente se encontraba. Siquiera podía demostrar lo que por dentro me lastimaba, tan solo provocaba el nudo en la garganta ya que era la única opción que me daba... Y es una pena no poder sentir con libertad u ocultar cualquier tipo de pesar por no mostrarte débil ante tal situación. 

Con el tiempo olvidé lo que era ser feliz. 

Lo que era vivir plenamente. 

Lo que era disfrutar sin llenar tu mente. 

Pensaba que era la culpable de las desgracias que pasaban y me lo creí tanto que hasta el día de hoy lo pienso, no como antes, pero lo siento. Como si el vacío que quedó fuera tan grande que perdura aún pasado los años. Pero eso siente una persona cuando no puede perdonar y perdonarse a sí misma, que es peor. 

Y, aunque no lo admitía, lo quería con todo mi corazón desde mucho antes de todo, pero lo odiaba con toda mi inteligencia al mismo tiempo. Y no me refería precisamente a Iván. 

- ¿En qué tanto piensas? 

-En nada -acomodo mi cabello en una cola y me cruzo de brazos-. ¿Qué película vemos? 

-No quiero ver una película -se levanta y me ofrece su mano-. ¿Me acompañas? 

Estaba en casa de la mamá de Iván porque me invitó a pasar la tarde. Ahora siento que la de la idea no fue ella sino de su hijo.

- ¿A dónde? 

-Solo acompáñame -sonríe y espera mi mano, una que nunca llegó a tocar la suya-. Darla, por favor. 

Tenía una leve sospecha de hacia dónde quería ir. 

-He aceptado ver una película contigo.

-La película puede esperar.

-Si me dices a dónde...

-A mi cuarto -mi cuerpo se tensa por completo al escuchar aquello-. No haremos nada que no hayas hecho antes. 

¿Acaso me acaba de faltar al respeto?

- ¿Iván? -me quedo atónita-. ¿Qué quisiste decir? 

-Vamos, Darla. Solo quiero que me hagas lo que le hiciste al imbécil de tu amigo.

- ¡No te atrevas a hablar de mí de esa manera otra vez!

- ¿O qué? -espeta-. ¿Se lo dirás a tu mamá? 

Mis ojos empiezan a picar, parpadeo un par de veces. 

-A ella no la metas.

-Ella es la que siempre te saca de tus estupideces, tiene mucho que ver en esto. 

-Te estás pasando de la raya. Cálmate o...

-Dije que me acompañaras -agarra mis muñecas con fuerza y empiezo a sentir miedo por lo que pueda hacerme-. Darla. 

- ¡No! -trato de soltarme, pero jala de mí y me hace poner de pie-. ¡Te dije que no quiero!

- ¿No puedes complacer a tu novio? ¿Has visto que puedo darte más de lo que te dio él? 

- ¡Suéltame o seré capaz de llamar a tu mamá! 

Ríe. 

-Ella sabe perfectamente que no puede intervenir. Se lo advertí. 

Mi pecho subía y bajaba muy rápido. Sentía algo malo. Sentía mucho miedo de lo que él pudiera hacerme. Sabía que sería capaz, que el ser su novia no iba a impedir que me pusiera una mano encima y aunque el gritarme antes no fue necesariamente un golpe, era suficiente para temer de él. 

No sabía qué hacer y no quería ir con él. Ni siquiera lo que decía era verdad. Ni siquiera sabía si me quería, porque en sus ojos solo veía el deseo de tener algo que perdió... Aunque me obligara por eso. 

-Iván... -mis sollozos empezaron a notarse y a él no le importaban-. Iván, por favor... Yo no quiero hacer esto... No me obligues a hacer algo en contra de mi voluntad. 

-Eres mi novia y tienes que complacer a tu novio así que hazme el favor de ir a mi cuarto y esperarme dentro o seré capaz de recordar todo y olvidarme de ser un caballero contigo -amenaza. 

-Iván... Dijiste que lo olvidarías -aclaro mi garganta-. Dijimos que lo olvidaríamos para que esto funcione. 

-Siempre has sido tan ingenua... ¿Es por eso que te dejaste engañar por él y accediste a sus deseos? ¿Y no quieres acceder a los míos siendo tu novio? ¿El de verdad?

-Él no me obligó  -me armo de valor y le digo todo aunque sepa qué resultados tendré ante mi sinceridad-. Él no hizo nada que no haya querido... Porque fui yo la que se lo propuso primero. 

-Desgraciada...  -caigo al suelo con el golpe de su puño en mi mejilla. 

La sangre salía por mi boca y el dolor empezaba a molestarme. 

-Te vas a arrepentir de esto, ¡¿me escuchaste?! -intenta agarrarme del cabello, pero justo en ese momento escucho las llaves de la puerta. 

Era su hermana. Su hermana había llegado.

Había llegado. 

Y pude respirar. 

No podía pensar en otra cosa que no sea salir de allí e irme a casa. 

-Hola, chicos -nos saludó, pero la sonrisa se le borró al verme en el piso-. ¿Sucedió algo, Iván?

Iba a decir que si, que había sido víctima, que iba a ser abusada sexualmente por su hermano, que quería irme de allí para nunca más volver a verlo, pero no pude. 

-No -dijo él-. Déjanos solos. 

-Pero Darla está...

-Ella está bien -la interrumpió.

Asintió y se giró para irse a su cuarto, pero se detuvo al instante. 

-Darla -dijo y la vi con esperanzas, diciéndole que me sacara de allí con la mirada-. ¿Te encuentras bien? 

-Yo... 

-Que he dicho que está perfecta -dijo Iván. 

-Le pregunté a tu novia -Iván no dijo nada más, solo dirigió una mirada amenazante hacia mí-. ¿Te ha hecho daño? 

-Quiero irme a casa -fue lo único que mis labios pudieron decir, y lo que ella entendió a la primera. 

Solo quería tirarme en mi cama y llorar, evitar que mi mamá viera alguna marca de este momento y dormir. 

Al sentir su mano agarrando mi brazo para ayudarme a levantarme tomé una decisión; Iván no podía formar parte de mi presente. Ya no. Eso no era amor, no forzándolo. Ni siquiera era amor lo que yo sentía porque ahora no sabía porqué acepté volver con él... O sí, y estoy muy segura de que fue por pena, por no dejarlo solo, de ver triste al chico que me enseñó sobre el amor aunque ahora sea la persona que me esté lastimando. 


"RECUERDA: EN ALGÚN LUGAR..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora