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Septiembre 2019

- ¿Verdad o reto?

-Reto -miró mis ojos luego de decirlo, estaba muy claro el hecho de que me incomodaba un poco lo que sea que le dirían como respuesta, no eran celos, solo simple incomodidad-. ¿Cuál me pondrás?

La mirada de la cumpleañera pasó a mí y luego a Angélica. Lisandro y yo estábamos en una fiesta, era de una de las candidatas del reinado de belleza. Me invitaron solo a mí, pero luego me dijeron que lo llevara porque querían socializar con el novio de "la chica linda". Fue el apodo que me pusieron, era obvio que fue para que aceptara que lo llevara.

-Te reto a los cinco minutos en el cielo -dijo con diversión, articulando para palabra siendo cómplice de alguien más y supe de quién se trataba al terminarla de escuchar- con Angélica.

No dijo nada y eso hizo que mis alarmas se encendieran al no escuchar que negaba ese reto. Volvió a mirarme sin decir nada, solo alcé mis hombros. Esto ya no me estaba agradando. Era el plan de ellas dos. Ahora entiendo el afán en hacer que viniera porque desde que lo conoció no ha dejado de preguntarme por él, aunque yo fuera su novia.

- ¿Vas a ir con ella o no? -preguntó la chica.

Aparté la mirada y al sentir que se ponía de pie agarré el vaso de jugo que tenía a mi lado y lo empecé a beber por completo. Mi pecho se hundió un poco y sentí una pequeña presión al escuchar sus pasos dirigiéndose al armario que estaba en la sala, lo pusieron ahí solo por el juego. Qué oportunos.

La mirada de todos cayó sobre mí. Me sentí pequeña al ver que, efectivamente, Lisandro había entrado con Angélica al armario para cumplir el reto que le había puesto una chica la cual no conocía. Esperé sentada en el suelo como todos, pero al ver que no salían y al ver que no dejaban de mirarme por ratos, me levanté.

-Discúlpenme, tengo que irme a casa -no esperé alguna respuesta, solo giré mi cuerpo y caminé hasta encontrar la puerta que me dirigía fuera de la casa.

Hacía frío. Era Lisandro el que me abrazaba cuando el clima estaba furioso. Pero me tocó devolverme sola a mi casa. Inconscientemente, miraba la hora en mi celular cada cinco segundos esperando que se cumplieran los cinco minutos. Para cuando me di cuenta ya estaba frente a mi puerta, ya habían pasado quince minutos, pero no había ni una persona viniendo en la misma dirección que recorrí antes.

No iba a venir.

Había cumplido el reto con una chica que no era su novia.

No quería que viniera. 
Esa noche comprendí que todos somos reemplazables.

"RECUERDA: EN ALGÚN LUGAR..."Where stories live. Discover now