Solo para ella

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Abrió sus ojos azules escuchando la alarma estridente de su móvil  aumentando de volumen, una configuración suya para evitar que no lo  escuchara

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Abrió sus ojos azules escuchando la alarma estridente de su móvil aumentando de volumen, una configuración suya para evitar que no lo escuchara. Estiró la mano tomando el móvil y apagandolo. Su cabeza vibraba ligeramente, por lo que permaneció recostado un poco más antes de incorporarse.

Por un momento pensó que moriría cuando llegó a casa vomitando y con el estomago completamente relleno de salchichas. Había sido bastante osado en ingresar a aquella competencia de salchichas considerando que no había ido preparado. Aún así, se había llevado el premio mayor, lo cual compensaba todo el malestar...aunque más que nada debía agradecerle a los antiacidos y procinéticos. Su idea era quedarse un poco más con Nejire y Tamaki pero consideró que tal vez podría estorbar ahí, aunque su mayor motivación para salir de ahí fue su malestar.

No recordaba como llegó ahí, lo ultimo de lo que era consciente era de tomar las pastillas y quedarse rendido en su cama sin moverse por miedo a vomitar. Podría ser una buena opción para combatir el malestar pero no le gustaba vomitar y solía evitarlo lo mayor posible.

Se estiró una vez que estuvo de pie, no era buena idea salir a correr ese día, además que debía llegar al trabajo. Por lo que se dio una ducha rápido y tomó un poco de comida que había en la nevera. Una de las ventajas de vivir con un chef es que jamás, jamás faltaba la comida, y era completamente deliciosa. Fue ahí que se extrañó de no ver a Tamaki merodeando en la cocina y se preguntó si tal vez se había dormido. Se acercó hasta el cuarto cerrado y tocó tres veces, sin recibir señales de vida ¿Acaso se había ido temprano? ¿O acaso la salida con Nejire terminó subiendo de nivel al grado que necesitaban irse a algún lugar privado? Abrió la boca sorprendido ante esa idea y finalmente rio interiormente, eso era imposible para su tímido amigo, al menos por ahora.

Esperaba que al menos su sacrificio surtiera efecto.

Se animó a abrir la puerta para comprobar si no estaba, pero pudo ver un bulto en la cama, se adentró para despertarlo pero antes de tocar su hombro, algo en la mesa de noche llamó su atención. Estiró los dedos tomándolo y observando detenidamente. Una sonrisa sagaz brotó de entre sus labios y con impaciencia sacudió al hombre debajo de las sabanas.

—¡Tamaki!

La cabeza del Amajiki surgió de entre las sabanas y observó al rubio con una sonrisa.

—¿Podrías explicarme esto?

Fue en ese momento que Tamaki percibió lo que Mirio tenía en las manos, el sueño se esfumó de su cuerpo y prontamente se ocultó entre las sabanas en un intento de controlar el nerviosismo que lo atacaba en ese momento. Recordando todo lo que había pasado la noche anterior.

Togata soltó una carcajada estridente, en sus manos tenía una tira de dos fotografías donde podía ver a Tamaki parado sorprendido y a Nejire un poco atrás, sujetando sus orejas. Y en la de abajo el rostro de Tamaki estaba realmente rojo al tener a Nejire a su lado, abrazándolo. Una explosión se detonó en su cabeza cuando muchas ideas vinieron a su mente ¿Acaso Tamaki había confesado que era Suneater? ¿Nejire lo había aceptado? ¿Estaban saliendo? ¿Qué diablos había sucedido anoche cuando él estaba inconsciente?

AitogakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora