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Las semanas pasaban volando, Bruno me buscaba prácticamente todos los días y no me la pasaba tan mal, aunque la verdad no sale de mi mente su gemela. Anto esta alejada de Valeria pero sé que es miedo, ella siempre hace eso cuando le gusta alguien, Sofía se alejó de Carolina por Juan Luis, Daniel y José han estado peleando, Andrea esta súper con Ashton. Últimamente me la he pasado súper con la profesora Soto, o sea, Sonya y también he visto para arriba y para abajo a Paula con Marcos el querido profesor y nótese mi sarcasmo, ¡Me cago en él!. Ya es viernes y sólo me falta la clase de ella, Antonieta no vino hoy así que estoy al final del salón súper sola, unos minutos después empezó a retumbar el sonido de los tacones de agujas dando la señal que se acercaba ella, la perfecta Paula Valenzuela… todos estaban extasiados de sólo verla y como no, estaba con un vestido negro tipo cóctel, sus infaltables tacones de aguja a juego, el cabello recogido, sus infaltables lentes ¿os dije que el vestido es súper escotado? Porque sino lo hice, pues sí,  lo es y mi cuerpo arde de sólo verla, ¡Joder Lucía! No puedes pensar esas cosas pero por favor la necesito tener, cerré los ojos fuerte.

Una hora después la clase terminó y por fin comenzaba mi fin de semana, hoy Bruno no vendría por mí, así que me iría con los chicos a tomar.

Pau: Montemayor, quédese un momento – dijo firme pero con voz suave y cerré los ojos, no quería quedarme con ella –
Lu: Dígame profesora – dije lo más cordial posible – 
Pau: – Se levantó, caminó hasta la puerta y le pasó seguro, estoy jodida – ¿Qué intentáis? ¿MATARME? – le miré sin entender – Bruno y Sonya ¿Estáis de coña? – me miraba intensamente y allí fue que entendí – 
Lu: No creo que le incumba mi vida personal profesora – respondí seca e iba a la puerta pero me pegó a ella –
Pau: ¿Qué quieres apostar a qué antes que terminé el curso tu estaréis entre las sábanas de mi cama y yo entre tus piernas? – me susurró en el odio, ¡Hostia! su voz ronca me mataba, era tan jodidamente sexy – 
Lu: – Me reí y ella sonreía cínicamente – ¿Estáis muy segura de ti? – pregunté y asintió – pues, en tus sueños solamente será, engreída – me deshice de su agarre y salí mientras la oía reír, no voltearía ni de coña, porque se daría cuenta de mi sonrojo y fue suficiente por hoy –

Después de salir de la facultad me fui con los chicos a un lugar tranquilo, allí pasaríamos el día con ellos y realmente es lo único que quiero y necesito en estos momentos.

I BELIEVE IN YOUR LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora