Discusiones

2.6K 342 18
                                    

Jane me agarro entre sus brazos con fuerza, sus ojos muy abiertos mirando a la otra mujer que apareció y en este momento tenia al hombre agresor agarrado por el cuello contra un árbol, la amable Didyme que describió Marcus no estaba presente y se podía sentir el poder que tiene.

—Querida Jane, no es momento de que te distraigas— dijo Didyme dejando de mirar al hombre y centrándose en nosotras, pero sin dejar su agarre en el cuello del vampiro y generando más gritas.

Mis ojos se encontraron con los de ella y vi la amabilidad reflejada en sus ojos negros. Sin embargo, el dolor me hizo escapar un jadeo y me aferre a mi compañera. Los brazos de la rubia me apretaron contra ella.

—Todo pasara, hare que tu dolor termine— prometió Jane —Lo lograste, Emma—

Sus palabras me hicieron sonreír levemente debido al dolor insoportable. Sus colmillos volvieron a posarse en mi cuello y acto seguido perforaron mi piel, un grito escapó de mi boca mientras sentía que la quemazón empeoraba.

Note a medias que Jane alejaba su rostro de mi cuello y me aferre a su ropa con la intención de anclarme a algo y no solo centrarme en el dolor insoportable. La rubia me mantuvo rodeada por sus brazos y contra su cuerpo. Ella estaba hablando, pero no podía entender nada de lo que decía y no podía ver bien nuestro entorno... el dolor me estaba cegando.

Jane coloco una mano detrás de mi cabeza e hizo que mi rostro se escondiera en su cuello, luego me levantó en sus brazos y sentí como se movía con su velocidad. Antes de que me diera cuenta, me encontraba acostada en la cama de la cabaña. Mi compañera se colocó a mi lado y agarro una de mis manos.

—Ed... Edward— murmuré como pude.

Jane me contesto, pero no conseguía entenderla y lo noto. Ella me miro con preocupación evidente, pero que nunca admitiría y miro hacia otro lado por unos segundos, antes de volver a concertarse en mí.

El rostro de mi hermano apareció en mi vista, algunas grietas sin curarse del todo, pero estaba mejor. Una sonrisa cariñosa en su rostro y su mano se apoyo en mi cabeza para acariciar mi cabello.

Le sonreí como pude y luego mis ojos se posaron en la reina que estaba parada en la puerta. Didyme me sonrió cariñosamente.

La mano de Jane se posó en mi mejilla y mi atención regreso a mi compañera, me encontré con sus ojos negros y eso fue lo único que pude ver, antes de que todo se volviera oscuro.

.....................................................................

El dolor me invadía completamente y sentía como me quemaba desde dentro. Un cuerpo estaba acurrucado en mi costado y abrí un poco mis ojos para encontrar a Jane, a pesar de que sentía que me estaba quemando su temperatura ya no la sentía tan fría como antes.

Sus ojos rojos se encontraron con mis ojos y me miro con atención, antes de ver como se tensaba y giraba su cabeza para mirar hacia otro lado, sus labios se movieron, pero no pude escuchar nada de lo que había dicho, pero se notaba que no estaba para nada contenta.

Un quejido de dolor escapó de mi boca y me aferré como pude a mi rubia, a pesar de que sentía que no tenía fuerzas ni para aferrarme a ella. Los brazos de la otra chica me llevaron un poco más contra su pecho y encondí mi rostro en su cuello.

Mis ojos otra vez volvieron a cerrarse.

.....................................................................

—No— gruñó Edward.

—Ella es la que decide— dijo una voz femenina de forma muy arrogante —Ni quisiera eres su hermano verdadero, ninguno de esos estúpidos Cullen—

Mi ceño se frunció cuando escuche esas palabras ofensivas hacia mi familia, intente moverme, pero mi cuerpo no respondía.

—¿Me vas a lastimar? Soy alguien importante para Emma— dijo una mujer con tono arrogante.

—Intentaste matarla, no eres nada para ella— siseo Jane.

—Eso lo decide ella— contestó la mujer.

—Si no te callas, me vas a obligar a arrancarte la cabeza de nuevo— amenazó Didyme.

Un gruñido molesto escapó de la mujer arrogante —Ella no tenía porque revivirte, todo estaba mejor sin ti y Marcus juntos—

—Repite eso— amenazó Jane.

—Jane, cariño— dijo la reina. Hubo un silencio y el gruñido de Jane se detuvo. —Ah, ¿en serio? ¿Cómo es eso? — preguntó con calma Didyme.

Muévete.

—Aro sabe gobernar y mantener las cosas en control—

—¿En control? ¿Casi una guerra con los romanos es estar en paz? — cuestiono Didyme —¿Masacrar a un aquelarre es saber gobernar y tener las cosas en control? —

Aro, ¿Qué hiciste? ¿Mi familia se encuentra bien?

Unos pasos se escucharon y alguien se colocó a mi lado, un aroma que reconocí de inmediato como Edward llego a mi nariz. Su mano se apoyo en mi cabeza acariciando mi cabello, él está leyendo mi mente.

—No tiene caso explicártelo, no tienes visión como él— dijo la mujer —Todos ustedes son unos traidores que serán descuartizados y quemados—

Cállate.

—Estas molestando a Emma— dijo Edward con voz firme.

—Oh, la niña esta casi finalizando su transformación— comentó la mujer. —Ella tiene que saber que los que la rodean son traidores que no durarán mucho y se hará justicia, como sucedió cuando falleció Didyme—

—Reina Didyme— gruñó Jane.

—Ella no es mi reina, solo Aro y Caius— siseo la mujer. —Tu eres la que más sufrirá, traidora, como disfrutare torturarte— dijo con una voz sádica la mujer.

—Parece que no entiendes tu situación, tu compañero esta muerto y puedes ser la siguiente, no tienes escapatoria— dijo Didyme con calma.

—Oh, él no era mi compañero y ella no me dejara morir— dijo con seguridad y arrogancia la mujer.

—Ella sabe cuando alguien deja de valer la pena— contestó Edward con un gruñido de por medio.

—¿Y por que salvo a esas dos humanas con desesperación? — preguntó divertida la mujer.

—Tu... ¿estabas ahí? — preguntó incrédula Jane, luego gruñó —Esas humanas valen más que tu—

—¿La poderosa y grande Jane se ablando por su compañera humana? Que bajo caíste, gemela bruja— se burló la mujer.

Mi boca se abrió un poco para mostrar mis dientes. ¿Cómo se atreve a hablarle así a mi compañera?

—Detente— advirtió Edward —No sigas—

—Cállate, tú no eres nadie para silenciarme, Cullen— dijo la mujer burlándose del nombre del aquelarre.

SUFICIENTE.

La compañera de Jane VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora