Dulce Lectora- Kyogai x Lectora

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Desde que le dejaste en claro que lo deseabas desde incluso antes de que se vuelva un demonio, Kyogai no ha podido dejar de fantasear.

Al verte pasar de un cuarto a otro solo podía imaginarte como su linda musa, quien le entrega inspiración.

Cuando empezaste a ilustrar sus historias, mostrandole resultados de tus dibujos de cómo imaginabas a los personajes, solo quería besar tus labios que formaban una bella sonrisa.

Estaba tentado a descubrir tu figura con sus manos, poder ver tu cuerpo debajo de aquellas prendas que utilizabas.

A la vez junto el repentino y humano deseo de querer volverte su esposa.

Tomó un pequeño pedazo de papel y empezó a doblarlo con cuidado, dándole poco a poco la forma de un anillo, a la vez agregandole una flor de papel para poder decorarlo.

-"A quién engaño... es una broma de mal gusto..." susurró observando el anillo en su mano para luego aplastarlo

Quería realmente entregarte algo de calidad, no podía darte un anillo de papel.

A todo esto se le ocurrió buscar en los artículos que a veces guardaba de sus víctimas, buscando con determinación en la caja de objetos, se alegró al encontrar un par de anillos en estos, e intentó encontrar dos similares y que pudieran utilizar ustedes.

Al momento de irte a dormir, te vio preparar tu cama y acostarte en ella.

-"Kyogai, ven conmigo" mencionaste sonriendo para palmear el lugar vacio en la cama que lo esperaba

Se acercó lentamente y sin decir palabra alguna tomó tu mano para colocarte el anillo, que sorpresivamente quedó a tu medida.

Tus mejillas no tardaron en arder al ver está acción.

-"Sé mi esposa" pidió bajando la cabeza y poniendo su mano izquierda, que también contaba con un anillo, sobre la tuya

Tomaste su rostro y lo llevaste al tuyo para besar sus labios.

-"Por supuesto... estaré a tu lado para siempre mi bello Kyogai..." respondiste entre besos, sin querer que él se separe de ti lo rodeaste con tus brazos firmemente y lo jalaste sobre ti mientras te recostaste en la cama

Pudiste sentir sus manos recorrer curioso tu cuerpo, buscando dónde colocarlas en el acalorado beso.

Te dejaste llevar en el momento, deslizando tu kimono por tu cuerpo permitiendo que vea tu piel, al verla su boca no tardó en babear y sus mejillas ardieron.

-"Quiero estar contigo... en cuerpo y alma... entregame todo de ti y yo te daré todo de mi..." pediste avergonzada de tus propias palabras

Pero el demonio no tardó en lanzarse a tu cuello para besarlo, rodeando tu cuerpo con sus brazos para apegarte a él.

Lo único que se podía oír en el pequeño cuarto eran sus propias respiraciones y sonidos descubriendo nuevas experiencias mutuamente.

Tuviste que ser muy cuidadosa de no tocar aquellos tambores con los que contaba en su cuerpo, pero Kyogai te ayudó en todo momento para poder sentirte lo más cerca y seguro posible.

La figura de tu cuerpo que se veía a penas por la luz de la luna que entraba por la ventana, tu pequeña silueta debajo de la suya, los sonidos que soltabas con cada movimiento de su parte, era todo una bendición para el demonio.

Te sorprendiste al sentir unas gotas caer sobre tu pecho, y al notarlo llorar, no tardaste en abrazarlo.

-"Te amo Kyogai... Gracias por entregarte a mi... Soy feliz con lo que tienes para ofrecerme, no necesito más" le dijiste sonriendo, sabiendo que su mayor inseguridad era el no ser suficiente para ti

-"No podré darte una vida digna... Con lujos o algo parecido... ni siquiera puedo entregarte una familia... cómo puedes...-?" Preguntaba entre sollozos

-"No necesito esas cosas si te tengo conmigo" insististe feliz

Ambos se desplomaron en la cama, sus cuerpos cubiertos por las mantas de la misma, y tú estabas rodeada por los brazos del demonio quien te entregaba su calor.

Kyogai observó tu rostro lleno de felicidad, aquella hermosa sonrisa en tus labios incluso durmiendo.

En serio... puedo hacerla feliz.