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Sunghoon estaba avanzando rápidamente sus rutinas en el gimnasio y los resultados que estaba consiguiendo en él mismo eran mejores de lo que se esperaba. Sunghoon se sentía incluso más atractivo de lo usual. Además, parecía ser que el pelinegro no fue el único en percibir esos cambios, ya que últimamente se dio cuenta que comenzaban a confundirlo con un entrenador, algo que de cierta forma aumentaba su ego. Él se sentía tan bien y sus seguidores tanto en el gimnasio como en la plataforma lo estaban ayudando a tomar más confianza, una peligrosa confianza. Sunghoon comenzó a pensar que tal vez su faceta de chico reprimido debía llegar a su fin, después de todo, nadie nota tu presencia cuando te hace falta confianza y eso es justamente lo que él estaba consiguiendo.

―Comienzo a creer que quieres hacerle competencia a Riki, Sunghoon. ―dijo Jungwon mientras se apoyaba en la máquina junto a él.

El mencionado veía a Sunghoon emplear toda su fuerza en sus brazos y claramente utilizarla a su favor, porque era parte del entrenamiento que le estaba enseñando esta tarde. Sin embargo, ni siquiera Jungwon podía salvarse de admirar esos grandes y fuertes brazos y menos de morder su labio inferior debido a eso, a pesar de que era él quien se encargaba de contar cada ejercicio que el otro hacía. Parecía que Jungwon tenía la cabeza en otro lado, o quizás solamente los ojos.

―Es una pena que mi chico siga ganándote, ¿no crees? ―Sunghoon bufó.

Jungwon tenía la costumbre de comparar a Sunghoon con el japonés y eso le jodía, enormemente. Realmente el pelirrojo a veces podía ser jodido cuando quería ponerlo celoso tontamente y era más que obvio que eso es lo que tanto estaba buscando, Sunghoon no era tan tonto como para no darse cuenta de las intenciones que Jungwon tenía detrás, a pesar de su falta de experiencia sexual con hombres hasta ahora, tal vez, con su misma orientación sexual. El chico tenía agallas, debía admitirlo, pero Sunghoon también era alguien que con facilidad se irritaba.

― ¿Te han dicho lo increíblemente molesto que eres, Jungwon? ―preguntó el azabache, molesto y reforzando su agarre en la barra de forma increíble.

Él estaba apunto de terminar su rutina y lo agradecía en grande, escuchar a ese chiquillo de cabello rojo y rizado le estaba provocando una jaqueca dolorosa en la cien. Tenía que apresurarse para terminar con la rutina. Jungwon al notar esto, solo rió. Sunghoon podía ser muy divertido, como un lobo gruñón.

―Ah... Realmente te urge una ducha, Hoonie. Siento tu olor apestoso a sudor llegar hasta mi nariz. ―se burló Jungwon, tocando ligeramente su nariz gatuna.

―Vete a la mierda, enano de cabeza roja.

Sunghoon no lo soportó más. Jungwon lo estaba jodiendo demasiado desde que llegó sin razón aparente y ahora logró que finalmente Sunghoon tome sus cosas y se vaya prácticamente echando humo por las orejas hacia los vestidores. El pelirrojo supo que le había ganado y tras cerciorarse que Riki estaba lo suficientemente ocupado enseñando a un alumno, lo siguió hasta las duchas.

Y efectivamente lo encontró ahí, Sunghoon estaba solo en una de las duchas, aparentemente indefenso y Jungwon no vio mejor oportunidad para actuar que esta. Esta sería la ocasión: su oportunidad. Sin pensarlo dos veces, deslizó su short junto a su bóxer en silencio y se quitó la camiseta con sutileza, percatándose una vez más en el proceso si había alguien más aparte de ellos en alguna ducha. Jungwon sonrió al saber que serían solamente los dos y entró a sus espaldas, cerrando en silencio de la puerta de los vestidores.

―Pero qué mierda Jung...

No lo dejó terminar y el menor juntó sus labios de forma sensual, colgándose de él cuando tuvo la oportunidad. Sunghoon debía admitirlo: el chico era bueno besando, más que bueno, excelente.

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⏰ Last updated: Oct 06, 2023 ⏰

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𝐃𝐄𝐀𝐃 𝐓𝐎 𝐌𝐄 | sunsunWhere stories live. Discover now