CAPÍTULO 36

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Una vez que el doctor se fue, ellos se quedaron solos y de nuevo el silencio reinó en el lugar.

Estaba embarazada.

Su sexto sentido no estaba equivocado... ¡Ella estaba embarazada!

Sentía unas terribles ganas de llorar mientras internalizaba las palabras que soltó minutos antes el doctor y el resultado del examen de sangre.

Un día atrás había sufrido un ataque de ansiedad de la tristeza, hoy se enteraba de que lo que le habían dicho no era cierto. Ella sólo esperaba que el bebé estuviera bien, después de haber tenido una noche tan mala el día anterior.

Ésa estúpida doctora se había equivocado.

Sentía ganas de ir y quemarle el consultorio que tenía. Era una farsa, tal como le dijo el doctor que la había atendido.

Quizá lo mejor era ya no pensar en eso. Lo importante era cuidar de su bebé... ¡Estaba embarazada!

La noticia la tenía emocionada y aterrada, en partes iguales. El resultado de esa prueba había sido un golpe fuerte.

Un día atrás otro médico le dijo que no estaba embarazada y ahora este doctor le decía que sí.

Desde su matrimonio con Keelan todo era una locura, pero evaluó su situación y pensó en que lo mejor era lo que pasaba, pues no se imaginaba cómo iba a sobrevivir a su familia si hubiese quedado embarazada estando soltera. La existencia le había sonreído en el momento en que los puso a ella y a Keelan juntos en el altar.

Sabía que era una vida difícil, tanto para las madres como para los hijos.

No es que fuera imposible, por supuesto; ella admiraba a quienes con valentía emprendían la aventura de criar a sus hijos siendo padres solteros... Pero ella no iba a ser una, pues allí estaba su esposo. Bien o mal, lo era, y en adelante iban a ser una familia.

Anastasia sabía lo que eso significaba; además de que estaba procesando el hecho de que iba a ser madre, debía aceptar lo que eso traía consigo.

Un nuevo estilo de vida; específicamente uno definitivo que significaba que Keelan Vasileiou sería una relación constante y perpetua en su vida, ahora sería no solamente su esposo, sino el padre de su hijo.

Su mentalidad ya no era la misma de hace unos días, ahora entendía que lo mejor era intentar recuperar la familia que podía formar con su esposo.

¡Ella iba a tener su propia familia, estaba decidida a lograrlo!

Sólo esperaba lograr ponerse de acuerdo en algo con su esposo, aunque fuera una sola cosa.

El bienestar del bebé era lo primero y si Keelan entendía eso, ya estarían avanzando bastante.

Además, no se veía llevando a su hijo a visitar a su padre y su madrastra, no señor.

¿Vasileiou quería una esposa?

¡Pues ella iba a serlo... E iba a darle una familia en el camino!

¡Ninguna otra mujer iba a criar a su hijo mientras ella estuviera viva!

Anastasia frunció el ceño, sorprendida de que ya se sentía protectora con ese pequeño ser que se desarrollaba en su vientre. Era un sentimiento tan increíble, una mezcla de ternura e instinto feroz de protección.

Quería ser la mejor madre para su bebé... Debía investigar sobre los alimentos que le harían bien durante su desarrollo.

Decidió que iba a seguir lo que le había indicado el doctor al pie de la letra.

ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora