Extra 1.

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Boda.
Escuchen "sweet" de cigarettes after sex

Podía sentir mis manos temblar sin control, mi sistema nervioso estaba mas alterado que nunca. Lleve mi mano a mi boca con la intención de morder los pequeños cueritos de los lados en un acto de desesperación.

–¡No, estupida! ¡Arruinaras tus uñas! –Katherine me dio un manotazo.

–¡Lo siento! ¡Estoy volviéndome loca de los nervios ¿Que quieres que haga?! –Respondí.

En cualquier momento comenzaría a hiperventilar, Lizzy llego a mi lado y tomo mi mano.

–Kenzie tranquila, todo saldrá excelente –Me conforto– es tu gran día, disfrútalo.

Di un gran suspiro llenando mis pulmones de la mayor cantidad de aire que pude, exhale cerrando los ojos.

–Ya, me siento mejor –sonreí tratando de convencerme de mis palabras.

En tan solos un rato me casaría, Dios, voy a ser esposa de Tom.

–Falta el ultimo retoque, cariño –Aviso mi madre desde el fondo de la habitación.

Se acerco a mi con lentitud, tenia unas pequeñas orquídeas con flores de color blanco, con cuidado las coloco en mi peinado, consistía en cabello suelto con un simple y pequeño agarre atrás. Una vez eso estuvo listo ya no quedaba nada mas que hacer.

Me levante con cuidado de la silla para no dañar el vestido, este consistía en un diseño largo de tirantes y escote corazón con falda princesa, el color era blanco decorado con tul en la parte de abajo y encaje en la parte del torso.

–¿Como me veo? –pregunte.

Mi madre pronto tuvo los ojos llorosos, Lizzy observaba con una mano en el pecho y Kat con una amplia sonrisa.

–Te ves preciosa –Respondió Elizabeth.

–Ya vamos antes de que me ponga a llorar –Hablo la mayor.

Todas reímos ante ese comentario, ellas igual se veían hermosas con sus atuendos.

Salimos del salón donde estaban arreglándome, fuera nos esperaba una limusina que nos llevaría a la iglesia, si, a la iglesia, tuve mucho sexo y cometí muchos pecados pero sigo siendo católica, es de familia.

La ceremonia seria muy sencilla y con poca gente, solo personas de confianza.

Durante el camino a nuestro destino podía sentir como mi estómago dolía de los nervios, pronto aparcamos fuera del lugar, el lugar es privado así que por paparazzis no debemos preocuparnos pero los guardaespaldas vigilaran de todas maneras por si acaso.

Baje del auto sintiéndome absolutamente intimidada por la situación, las grandes puertas del lugar cerradas indicaban que ya era hora, la gente estaba adentro y la novia debía llegar. El brazo de mi madre se entrelazo al mio para después dedicarme una sonrisa.

Caminamos hasta las puertas donde los guardias las abrieron permitiéndonos entrar.

Respira Mackenzie, tu puedes.

Decode (Tom Kaulitz) Where stories live. Discover now