XXXIII. Elección / Hermanos

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Acabé vomitando junto a un árbol cuando la chica, Aska, dejó de respirar.

Había sabido de la conversión por mordedura solo de la boca de Arja. Nunca vi a nadie hacerlo y nunca conocí a nadie de ese tipo.

Era la primera vez para mí. Y comencé a preguntarme si Arja lo habría hecho alguna vez en su vida. En ese momento, muchas cosas eran posibles.

La lluvia no paró ni disminuyó en ningún momento.

Me quedé acuclillado junto al árbol sin dejar de mirar a Aska. No respiraba y ya había dejado de oír latir su corazón.

-Yo...

-Eres un imprudente -dijo Claus mientras luchaba por colocarse de pie a pesar de su herida -. Arja debió decirte las únicas razones para hacer lo que hiciste.

-Estaba muriendo. Tenía que...

-¡Es una humana que no conocemos, Raiko! ¡No sabemos nada de ella! ¡Y tu no sabes nada sobre entrenar lobos nuevos!

-¡Está muerta, Claus! -la culpa me pesaba bastante.

-As...ka... -el lobo estaba despertando. Comenzó a arrastrarse hacia el cuerpo de la mencionada. Seguía atrapado entre el hombre y el lobo.

Hice un ademán para que los chicos no lo detuvieran. Parecía más tranquilo que antes.

-Mi hermana... -me miró con una mezcla de miedo, culpa e ira -. La mordiste. ¿Ella te lo pidió? -guardé silencio. -¡¿Ella te pidió que la mordieras?! ¡Responde!

No logré pronunciar palabra alguna antes de que la chica tomara una gran bocanada de aire y comenzara a incorporarse confundida.

El lobo la abrazó con fuerza intentando calmarla, repitiendo una y otra vez que todo estaría bien, que su hermano estaba con ella, que él la protegería de todo. Que no dejaría que nadie nunca más la lastimara.

-Estás bien -dijo ella.

-¿Por qué dejaste que te mordiera? -ella me buscó con la mirada. Se veía confundida y asustada. Luego él me miró -. Solo la mordiste. No le diste elección, ¿verdad?

-Iba a morir si no lo hacía. Se desangraba. ¿Preferías que muriera?

-¿En lugar que tenga que pasar por esto? Sí. Habría preferido que mi hermana muriera que tener que verla sufrir toda esta mierda que estoy sintiendo.

Claus se interpuso entre nosotros. Me dio la espalda y miró de frente al lobo arrodillado junto a su hermana mientras presionaba con fuerza la herida en su hombro. Si lo hubiera mordido centímetros más arriba, Claus habría muerto.

-Debo decir que me sorprendiste y que llegué a creer que moriría. Pero no creas que lo dejaré así solo porque eres un idiota que no controla lo que pidió.

-¿Por qué estas tan seguro de que lo pedí?

-Porque los alfas tienen prohibido morder humanos a menos que sean parte de la manada. Y tener humanos en la manada también va en contra de las reglas.

-No somos parte se ninguna manada. Ellos nos encontraron cuando huíamos.

-¿Huir? ¿De qué? -consultó Claus.

Estaban huyendo de un sujeto que enfermó a las personas con tan solo tocar el agua. Dijeron que recitó unas palabras y los habitantes comenzaron a morir poco a poco. Mika había enfermado en el camino cuando un lobo los encontró en su territorio.

Él pidió que lo mordieran para proteger a su hermana, porque solo se tenían el uno al otro y no quería que quedara sola en el mundo.

-Soporté los cambios por dos malditos meses. Una y otra, y otra vez mientras los otros me veían y se reían de lo que yo estaba sufriendo. Ese alfa me convirtió para su diversión. Y fue en ese momento que entendí, que no son más que monstruos.

Rey LoboHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin