XLIII: En un bosque oscuro / En una manada diferente

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El llanto de Ziggy me partía el corazón.

Moon se detuvo cuando se dio cuenta de que había dejado de seguirlo. Sabía que no era el momento, pero tampoco podíamos ignorarla.

-Ziggy -puse mis garras cuidadosamente sobre sus mejillas y descansé mi frente en la suya -. Estoy contigo. Estoy contigo. Todo va a salir bien.

Algo pareció relajar mi cuerpo y mi mente al estar en esa posición.

Cerré los ojos.

Ziggy dejó de llorar.

Me sentí en el agua.

Y cuando volví a abrir los ojos, estaba en un bosque oscuro y espeso. No podía ver tan lejos, pero podía oír a alguien más. Una voz molesta que susurraba.

-Camina, niña.

Un sujeto llevaba caminando una niña por el bosque. En su expresión podía notar la frialdad.

-¿A dónde vamos?

El sujeto no hizo más que solo mirarla en silencio e ignorar su pregunta.

-Mamá se va a preocupar si no regresamos antes de la noche.

-A mamá no le importará.

Su monotona voz hizo que en mi interior gritara ¡cuidado!

No podemos interferir. Dijo mi lobo.

-No entiendo qué pasa. ¿Dónde...?

Parada no muy lejos de mí se encontraba Ziggy, oculta entre unos árboles, mirando lo mismo que yo.

Entendí que ya había visto esto.

Entendí que había jugado con la realidad de lo que dijo.

-Ziggy...

-Siempre he visto solo esta parte del recuerdo. Pero cuando quiero seguirlos... no puedo.

Tenía un grillete en su tobillo. La cadena era corta y parecía tener algo escrito.

"Solo aquello que es tuyo te liberará"

Repetí esas palabras en mi cabeza. No lo entendía.

El sujeto pasó cerca de nosotros y nos ignoró por completo.

Rómpela.

La bestia estaba junto a mí. Ziggy y yo lo miramos sorprendidos.

Así como yo con Malquicedek, la bruja te pertenece, pero tú también le perteneces. Tú eres quien puede liberarla.

-Yo...

Eres digno de todo esto, muchacho. Pero debo admitir que eres un idiota.

Era un pésimo momento para tener esa clase de conversación. Sujeté la cadena que ataba a Ziggy al piso.

Ni siquiera ejercí fuerza para intentar liberarla. Solo toqué la cadena, y esta se deshizo como si fuera de papel.

-Asmund...

La bestia fijó sus ojos en Ziggy.

-Ve.

Fue todo lo que dijo antes de hacerse a un lado y señalar el camino con su garra.

Ziggy caminó sin dudar. Pasó de mí y de la bestia.

Rey LoboWhere stories live. Discover now