7. Tricia

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Lo que menos esperaba la pelinaranja, era volver a ver a Tweek Tweak frente a la puerta de su casa, menos cargando de un hombro a su hermano con un olor tremendo a puto.

Ella también estuvo presente cuando paso lo del rompimiento, ella estuvo presente cuando vio a su hermano decaído, porque sus padres no eran del todo bueno expresándose con ellos.

Es decir, su papá solamente le dio dinero a Craig por ser homosexual. No había sentido alguno.

El reloj marcando las 3 de la mañana, el sonido de la puerta, sabia que sus padres no se levantarían, al igual que sabia que probablemente era su hermano afuera esperando que ella le abra.

Fue por eso que bajo con toda confianza y desaliñada a abrirle, pero al contrario de lo esperado, en su frente solamente se encontraba el rubio, con ropa llena de polvo y rastros de sangre, cargando de un hombro a su hermano mayor.

Laura Tucker siempre le habría dicho que viera a Craig como su ejemplo a seguir, pero ella comenzaba a pensar que mejor sería que Craig la tome a ella de ejemplo a seguir.

Tricia logro ver la cara de incomodidad de Tweek, así que rápidamente con ayuda del contrario tiraron a su hermano en el sofá.

gracias por traer al estúpido de mi hermano, Tweek — el nombrado llevo una mano a su hombro aun sintiendo el tacto tibio del cuerpo de craig apoyado ahí, se sentía raro.

— no hay porqué — apretó su hombro levemente y observó al de azul durmiendo pacíficamente allí — s-se vómito en la parada de buses, sería mejor limpiarle —

Sin embargo no recibió respuesta de la menor, tweek tomo eso como una afirmación, y que era momento de irse. Avanzó unos pasos alejándose de aquella sala.

Tricia no preguntaría qué hacían ellos dos juntos, más después de que todos estos años no había sabido nada del rubio, su hermano era tan idiota que no quería dar explicaciones.

De los vagos recuerdos que tiene ella en su infancia, veía a Tweek y Craig como algo que era eterno, eran de esas parejas que te cuentan que están juntos desde pequeños. Ella pensaba que en algún punto sería madrina de su boda, o en algún momento siquiera Tía. Pero se esfumó ese pensamiento cuando Tweek no volvió a pisar la casa de los Tucker después de ese acontecimiento.

Y ella lo entendía, pero también le fastidiaba lo imbécil qué eran los gays aveces.

— Tweek, ¿Quieres una  taza de café antes de irte?  — el de verde ya estaba girando el pomo de la puerta principal, al escuchar la voz sincera de Tricia, no lo pensó mucho.

Si, eran las 3 de la mañana, pero no era algo que le fastidiara.

— Me encantaría, Tricia — sonrió ligeramente, mostrando su cansancio.

— También te pasaré un trapo, para tu ropa — dicho eso la menor se encaminó a la cocina, detrás de Tweek.

El rubio se sintió calmado al ver que ella no le preguntaba de su aspecto, tampoco era como si el quisiera explicar qué fue a romper cosas y termino rompiéndole la nariz a su mejor amigo. Pensaría que era un psicópata agresivo.

Tweek observó la sala por último instante, mirando a Craig durmiendo en el sofá, los cuadros qué anteriormente eran fotos de ellos ahora simplemente eran pinturas de su padre, la TV seguía siendo la misma, los adornos de igual manera. Volteo su cabeza y continuó caminando.

No quería ponerse nostálgico.

Más bien entro Tricia le alcanzo una toalla algo húmeda, le servía para limpiarse un poco la suciedad qué llevaba encima.

Dos Idiotas - Creek -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora