Capítulo VI

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Para que sepan, cada vez que el capítulo tiene cien leídas, es cuando publico otro capítulo

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Para que sepan, cada vez que el capítulo tiene cien leídas, es cuando publico otro capítulo.

Sexta situación:

Donatello deja de lado las cosas que estaba utilizando para su nuevo proyecto. Se quita los guantes y luego las gafas protectoras. Observando en silencio lo que llevaba de su trabajo.

Algo molesto chasquea su lengua y se gira con la silla.

No...

No estaba enojado porque el trabajo no le estaba saliendo como quería, es decir, si le estaba pasando eso, pero no por ello estaba enojado.

Estaba molesto porque no podía quitarse de la cabeza esa sonrisa.

Esa risa a carcajadas y cómo su rostro se iluminó cuando eso sucedió.

Diablos...

No podía dejar de pensar en ella, en su para nada sonrisa encantadora luego de que los echaran de la tienda por el caos que hicieron.

Usualmente él no haría tanto caos si no tenía que ver con sus experimentos o inventos. No como cuando se salía de control en la escuela de April. Donatello sabe que quien más podría meterse en ese problema sería su gemelo, aún así, no se sentía tan mal o molesto por lo que sucedió.

Ni siquiera se sentía mal por no lograr obtener el cómic.

Realmente en estos momentos le daba igual.

Observa su mano, haciendo una mueca mientras piensa en lo que le sucedía.

Podría estar enfermo, se dice. Sus palpitaciones eran más rápidas y sentía un calor en las mejillas.

Definitivamente debía estar enfermo. No había otra explicación.

No podría significar otra cosa.

⊹⊹

Leonardo observa a su hermano algo molesto mientras miraba su café, no había tomado ningún sorbo de su taza desde que se sentaron, puede ver su semblante serio y sus cejas arrugas por sus pensamientos.

Algo curioso observa a Raphael y a Miguel Ángel, ellos entendieron de inmediato que les preguntaba si sabían algo al respecto. Ambos negaron.

Sabe que está así desde que llegó el día anterior sin el cómic que había dicho que quería comprar. Creyó que estaría molesto, pero se veía relajado y en cierta manera, feliz.

Quiso indagar, pero no obtuvo ninguna respuesta por parte de Donatello y la verdad es que ahora sentía mucha más curiosidad.

Donatello por otro lado, solo quiere quitarse esa tonta idea de querer salir hoy.

Tal vez, pensó por un momento, que si sale de su hogar, podría encontrársela de casualidad justo como ha estado ocurriendo todos estos días.

Podría ser así.

Quiere decir ¿Cuántas probabilidades habían de que eso ocurriera y, aún así, siguiera ocurriendo?

Claramente eran muy bajas.

Pero una parte de él, decía que podría hacerlo y verla una vez más.

Su corazón late desenfrenado ante esa idea recurrente de su mente. Sujeta con fuerza su taza de café y observa la hora en su muñequera. Podría ir, verla y ver esa boba sonrisa que tenía...

No.

Donatello se levanta con fuerza.

—¿A donde vas, Dee? – Pregunta Angelo preocupado al ver como Donatello se ha levantado con fuerza de su asiento.

—Iré a mi laboratorio, no quería que nadie entre. – Dice en un tono entre molesto y a la vez, internado no sonar duro con su hermano menor, de todas formas, él no tenía la culpa de que su mente estuviera hecha un caos.

—¡¿Que?! ¿No verás con nosotros la película de Júpiter Jim? – Pregunta Raphael mostrándole la cinta de su película favorita.

Niega.

—Estoy ocupado. – Leonardo solo suspira.

Donatello estaba actuando muy extraño.

⊹⊹

A Donatello realmente le gustaría saber que le ocurría. Shelldon estaba a su lado revisando sus pulsaciones. Por ahora eran normales.

Pero apenas pensaba en ella, su corazón latía con fuerza.

Se negó a preguntarle a sus hermanos, no queria verlos involucrados en eso y menos que se hicieran ideas tontas.

No, lo que no quería realmente, era admitir que algo había hecho esa chica para que él se sintiera así de extraño.

Solo fue un día en donde la vió reír para sentirse como un tonto, como si ya no supiera nada y solo volvía a oír su tonta sonrisa una y otra vez en su mente como disco rayado.

—Debe ser porque la detesto... – Así mismo se dice eso mientras se deja caer en su silla.

Si, eso debía ser.

Porque él sabe cuando sus sentimientos cambiaban, cuando sentía algo diferente, él lo sabía. Conocía cuando alguien le interesaba y ella, T/N, definitivamente no era la clase de chica que a él le interesaban.

Debía ser entonces, por lógica, que odiaba la idea de que ella lo retara en todo, que le ganara y aún así, que era también capaz de moverle el piso. Eso era, no la soportaba.

Y cuando el día acabó, se fue con esa idea en su mente.

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Como -NO- Enamorarse de Alguien en Treinta Situaciones Onde histórias criam vida. Descubra agora