anyone ; paulo dybala

0135 | arabia

L U A N A       
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noviembre 22, 2022
doha, qatar

Lo que esperamos tanto llegó, el mundial.

El sábado le dieron nuevas indicaciones a Luca sobre el cuidado de su pierna, aunque decía todo que si y yo obviamente sabía que en muy pocas cosas iba hacer caso... cómo en no poner mucho peso y no saltar con esa pierna. Al primer gol de Argentina se desgarra la garganta y empieza a saltar cuál barra brava, pero bueno, él sabrá.

Después de esa consulta almorzamos con Cami y si lloré al tener que venirme sin Bau y Fran pero ella es la madre y ella sabe, subimos al avión y cierto no dejó de molestar las horas de vuelo hasta que se durmió y llegó la paz.

En cuanto a mi, el bebé en realidad porque yo ya no importo, en estos días ya está cumpliendo cuatro meses sin todavía hacerse notar tanto, solo parece que estoy un poco más gorda pero no un embarazo.

Y hablando del mundial, ya fuimos a todos los partidos que se jugaron y hoy estamos esperando a Argentina, Luca despierto desde temprano todo vestido de Argentina y rompiendo para que sea la hora.

–Mi gordi —Dolo me toca la panza.

–Estoy lindo —Luca se mira en el espejo del living del hotel.

–Si —contesta Lauti.

–Era una afirmación igual, pero gracias.

Lauti me mira riendo y yo niego con la cabeza. A Luca no lo podés no querer, se hace amar con las boludeces que dice y te hace reír sin querer hacerlo.

–¿Vos podés hacer eso? —Alicia mira a su nieto quién camina sin muletas.

–Contale lo que te dijeron —me señala.

–Está mejor que todos nosotros juntos básicamente... puede caminar sin muletas pero sin ponerle mucho peso, no puede saltar y eso.

–Entonces lo atamos a la silla, anda hacer que se quede quieto —mi hermano lo señala.

–¿Y cuando vuelve a jugar?

–Vuelve mitad de enero o febrero empezando despacio... me dijo que para evitar que vuelva a pasar eso o peor que tiene que empezar despacio y diferenciado del resto.

–Contale lo otro —mi sobrina ríe.

–Y lo mira y le dice en cuanto a lo sexual...

–¡Eso noooo!

–Callate —Dolo le tapa la boca riendo—. Contá.

–El tarado me miraba y se reía —señalo a mi hijo riendo—. Le dice en cuanto a eso podés...

–Dios mamá, la privacidad jamás.

Que risa me da.

Viene a sentarse al lado mío y todos vuelven a sus cosas mientras él me mira.

–Muy mal.

–Vos haces públicos tus encuentros porque todos sabemos, no jodas —lo miro.

–Ya se va dar otro.

–Ni se te ocurra, ya se lo que estás pensando —niego con la cabeza.

–No hablaba de ella, chusma... ella es más chica que yo aparte.

–Bueno, no importa... de cualquiera que no sea Martina.

–Creo que me peleé con ella.

Lo miro sin entender y él se encoje de hombros.

–¿Ahora que pasó?

–Ay ni yo sé porque ella se enojó... ni ella sabe.

–Son insoportables ustedes dos.