dieciocho

872 123 21
                                    

abrazados, ambos en silencio, callados por la incógnita de lo que pasaría, ambos escucharon cuando la lluvia comenzó de nuevo, esta vez era tranquila, casi silenciosa.

-¿será la última lluvia?- preguntó juan.

-creo que sí...esta es más tranquila, como si se estuviera despidiendo-

juan se acurrucó un poco más en su pecho, podía escuchar sus latidos, tranquilos, siempre tranquilos.

lo admiraba, por siempre ser así.

-de alguna forma...no quiero irme, porque no sé qué pasará después, no sé si te voy a encontrar-

-si no me encuentras yo te encontraré, lo prometo-

-y además...no recuerdo nada, ¿voy a entender algo del mundo real?-

-quiero creer que al regresar...vamos a tener nuestras memorias de nuevo dijo. y sino, nos tendremos el uno al otro, juan-

el menor alzó su rostro para dejar besos en el cuello de spreen, esperando que él entendiera, y claro que lo hizo, bajando hasta sus carnosos labios y besándolo con efusividad, sacándole suspiros a ambos.

el mayor abrazaba la cintura del menor, pegando sus cuerpos, juan tomaba el rostro de spreen, mantenimiento sus rostros unidos, separándolos cuando tenía que respirar, en un beso que se hizo desesperado y hambriento, spreen fue quien lo detuvo, mirando los hinchados labios del menor y sus ojos con algunas lágrimas, sus mejillas encendidas, respirando rápido.

-juan...esto es en show, en vivo posiblemente...no sé cuántas personas nos están viendo-

juan rió, casi fue inocente.

-spreen, te censuraron la cola cuando fue el incendio. van a cortar en cuanto meta las manos debajo de tu camisa- dijo, y como si estuviera probando su argumento, colocó sus manos sobre su abdomen, haciendo que spreen sintiera un escalofrío.

-juan...no sé si quiero arriesgarme a que el mundo vea mi verga–

-yo creo que les gustaría- dijo, mordiendo su labio inferior.

spreen se ruborizó de vergüenza.

-juan, no.

-juan, sí- se burló el menor, con una risa, y de un movimiento los giró y él quedó sobre él, sentado sobre su entrepierna -lo siento, pero no quiero despertar, ver que no estás y quedarme con las ganas de hacerlo-

spreen lo pensó un segundo en silencio, hasta que acomodó sus manos sobre las caderas de juan.

-sólo una vez- dijo, casi susurrando, a lo que juan había sonreído ampliamente, como un niño cuando le dan un dulce, y metió las manos debajo de su camisa, en el mismo momento, las luces se apagaron, dejándolos más en la oscuridad de lo que ellos consideraban su noche.

encantador ★ spruanWhere stories live. Discover now