❤ CAPÍTULO 1 ❤

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Viernes 14 de junio, 2019

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Viernes 14 de junio, 2019.

El timbre suena y sé que el repartidor de pizzas acaba de llegar. Caroline, quien está engulléndose unas galletas que mi mamá preparó, se pone de pie y me pide que vaya a recoger la pizza mientras ella trae unos platos de la cocina.

Al abrir la puerta, el muchacho, que debía tener apenas unos dos años más que yo, me sonríe de forma coqueta y no puedo evitar agachar el rostro por la incomodidad. Mis mejillas se encienden, y cuando finalmente me tranquilizo, le doy el dinero para posteriormente prácticamente quitarle la caja de las manos.

Cuento hasta diez. Eso siempre me calma. Y una vez que me encuentro tranquila voy directo a la sala. Conforme me voy acercando escucho como Caroline está refunfuñando algo entre dientes y no puedo evitar reírme. Siempre hace lo mismo cuando vemos nuestro programa favorito.

—Déjame adivinar ¿Ya presentaron a Ivonne?

—Que bien me conoces —responde mientras da un sorbo a su refresco.

Al tomar asiento me percato que los sponsors de La próxima estrella, el programa más grande de talentos creada por la agencia Golden, ya se encuentra apareciendo en la pantalla. En cuanto estos finalizan, el camarógrafo enfoca al público del set, y ellos comienzan a aplaudir mientras el presentador se coloca al centro del escenario.

La dinámica del programa es simple. Cinco cantantes se presentan, ya sea con temas propios, o covers de canciones conocidas, y realizan su presentación. Suena sencillo, ¿no?. Pues la realidad es otra. La verdadera dificultad radica en que tienen que cautivar al jurado únicamente con su voz. Ni el público, ni los mismos jueces sabrán a quien están seleccionando hasta que se de el veredicto final.

—Bienvenidos a la décima quinta edición de La próxima estrella, mi nombre es Steve Salvatore, y como cada viernes a las ocho, les doy la bienvenida a este maravilloso programa.

Luego de la aparición de Steve el programa da inicio. Conforme los participantes se van presentando, Caro y yo comenzamos a degustar la pizza de pepperoni que habíamos ordenado, haciendo una pausa únicamente cuando queríamos comentar acerca de los participantes que iban pasando.

La facilidad que tenían esas personas para demostrar su talento era envidiable. Deseaba ser como ellos y perseguir el sueño que tuve desde pequeña, pero era consciente de que no debía tratar de brillar nuevamente. Mi destino estaba del otro lado de la pantalla como un espectador, no como uno de los participantes.

—Los jueces la van a tener difícil —comentó Caro mientras servía otra tajada en su plato—. Ivonne no tiene muy buena cara. Detesta que la gente se presente únicamente con covers, va a destrozarlos cuando de su veredicto.

Caro tenía razón. Ivonne Stravos era la jueza más difícil del programa. En todas las ediciones había hecho llorar a más de un participante cuando señalaba los errores de su presentación, y gracias a esa rigidez y perfeccionismo, se había ganado a pulso el apodo de La reina de hielo.

Viaje a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora