•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐑𝐄𝐒𝐈𝐒𝐓𝐄• || CARL GRIMES || [TWD]

CAPÍTULO 42

Conformarse duele más que
no tener nada

Carl

Paseo por las calles oscuras de la comunidad con el corazón a mil por hora, con cada latido se va agrietando y las piezas cayendo se incrustan en mis órganos. Me duele el rechazo, me duele sus palabras: «No necesito que estés de mi lado» ¿Por qué no? Yo sí la necesito a mi lado. Si tuviera la suficiente valentía le hubiera dicho que todos estos días me estaba hundiendo en agonía sin ella y por las noches me desespero al no poder tenerla a mi lado intentando que reconcilie el sueño.

Extraño todo de ella, extraño las noches con ella, extraño los días con ella, extraño su aroma que se esparcía a mi alrededor todas las mañanas y sobre todo en las sábanas delgadas, extraño su lado de la cama, extraño ver sus cosas esparcidas en mi habitación, extraño escuchar música de su cantante favorita y sobre todo, extraño esos valiosos abrazos y besos donde podían solucionar mis grietas internas. Extraño todo de ella, cada partícula de su cuerpo.

—¿Paseando tan tarde?

La voz de Melody que aparece entre las sombras de ese porche de la enfermería me hace sobresaltar antes de detenerme de golpe. Tomo aire frío por la nariz regresando a verla, está sentada en los sillones externos tomando algo en un vaso de plástico.

—No puedo dormir— confieso de lo más normal, como si ella no estuviera enojada conmigo.

—Tampoco yo. No he dejado de pensar en cosas— se ríe en silencio de sus propias palabras.

Se recorre un poco para dejarme espacio en el sillón. Dudo unos segundos si aceptar esa invitación, pero al fin de cuentas, siempre hay algo que termino sabiendo de muchas situaciones con ella. Me siento poco a poco sin apartar la mirada del arbusto y el lago que refleja la luna.

—¿Qué haces aquí?

—Siddiq es más divertido que Gohan. La casa ahora se siente muy sola.

—Puedes hablar con Jennette— ladeo la cabeza a su dirección. Revuelve el líquido que tiene en el vaso y luego le da un trago pequeño.

La brisa fresca hace que el aroma se esparza y uno distintivo a la boda de Gohan y Chelín llegue a mis fosas nasales. Está bebiendo vino.

—No quiero agobiarla con mis problemas en estos momentos, tiene unos mucho más importantes que estarse desvelando por esto.

Arrugo el entrecejo recargándome en el acolchonado espaldero.

—¿Cómo cuáles?

—La amenaza de allá afuera. Solo piénsalo: ¿Personas con máscaras de caminantes? Es una locura ¿A quién se le ocurriría algo tan...agh, enfermizo?

Me encojo de hombros teniendo curiosidad en el origen de ese grupo, las mismas preguntas me he hecho. Me cruzo de brazos jugando con los hilos sueltos de la manga corta. No voy a mentir, tengo un poco de frío ahora.

—No me refería a esos problemas— revelo antes de humedecer mis labios.

La pelirroja parece pensar si en decirme. Tal vez el alcohol la ha hecho olvidar que sigue enojada conmigo porque estoy seguro que en primer lugar, jamás accedería a invitarme a sentar a su lado.