~La anomalía fluctuante del sistema Ishigami.~

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Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a sus personajes para fines de esta historia. 

 

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—Entonces, ¿Byakuya-san aún no regresa del extranjero? —Kohaku miró de soslayo a Senku, quién se encontraba preparando los fideos para el ramen. 

La sartén crepitó un tanto mientras ella freía la carne de cerdo del banquete de esa tarde, la carne que por cierto Ishigami se ofreció a reponer después de su fatídico percance con la bolsa de compras en la tienda de conveniencia cuando trató quizá de alardear de la fuerza y la caballerosidad que claramente no poseía. 

Lamentable y divertido. 

 —El viejo regresa esta semana, sólo está ultimando los detalles para su próxima estancia de un año en la estación espacial. Un nuevo proyecto que la NASA les ha encomendado al equipo de investigación. —Senku removió los fideos de la olla con cuidado, como el experto que era, gracias a todas esas ocasiones en las que él tuvo que preparar su propio almuerzo y cena con ese manjar. 

Por un momento su expresión se volvió nostálgica pero rápidamente desechó cualquier emoción, adquiriendo de nuevo ese semblante casi aburrido y de concentración. 

 —¿Estará fuera todo un año? —Kohaku no pudo imaginar tener a Kokuyo ausente por todo un año, a pesar de sus notables diferencias y rencillas ella no podía interiorizar el no ver a su padre en un lapso tan prolongado de tiempo. Lo máximo que había estado sin él fueron dos semanas—. Eso es bastante tiempo. Estarás solo en casa. 

 —Estoy acostumbrado a eso, Leona —él se encogió de hombros como si la premisa en sí no fuera nada—. Byakuya ha estado dentro del programa espacial durante un par de años, yo solía visitarlo en las instalaciones cuando los fondos de las tarjetas de crédito se agotaban y después regresar a Japón para seguir con mis proyectos. —una cínica sonrisa se instaló en los labios de Senku al recordar esas visitas y el rostro risueño de su padre al pensar que el motivo de la presencia de Senku en el lugar era para verlo específicamente a él. 

Claro que en parte así fue en un 60% de las veces, pero eso es algo que jamás admitiría frente al viejo. 

 —No cabe duda de que a veces ese lado escoria tuya sale a relucir. —Kohaku lo miró de mala manera para después negar en desaprobación con la cabeza. 

Por lo poco que ha conocido del padre de Senku, sabe que Byakuya es un buen hombre que por alguna extraña razón ama demasiado a ese molesto engreído y explotador. Incluso en las videollamadas que tuvo un par de veces con Senku, fue palpable la emoción en su voz al poder conversar con su hijo aunque fuese una fracción de minutos antes de que ese desconsiderado alegara estar ocupado y colgara la llamada. ¡Ja! Esa cabeza de cebolla no se merecía a un padre como Byakuya. 

El sonido de la peculiar risa de Senku se hizo molestamente audible y con ello ganándose otra mala mirada de la chica. 

 —Al menos así tendré más tiempo para terminar el proyecto en el que estoy trabajando, sólo me quedan unos meses antes de la graduación y necesito terminarlo sin más demora —a decir verdad, las sesiones de estudios con Kohaku le han quitado parte de tiempo—. El viejo suele despotricar sobre descansos innecesarios, yo puedo trabajar con dos horas de sueño, no necesito más. 

Él se ganó una nueva mirada de Kohaku, pero esta vez no de molestia sino de genuina incredulidad por lo que estaba escuchando, considerando que Senku no podía estar hablando en serio sobre su ciclo inexistente de descanso. ¿De verdad invertía tanto tiempo en algo que ni siquiera ella sabía a ciencia cierta qué era? Cierto, ha escuchado sobre ese dichoso proyecto en todas esas semanas en las que han pasado juntos, pero hasta ahora no se había dado el tiempo de cuestionar qué rayos era, y para el caso, Senku tampoco se molestaba en dar explicaciones de eso a ella. 

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⏰ Last updated: Jun 11, 2023 ⏰

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La Paradoja del afecto involuntario.Where stories live. Discover now