•Capitulo 14•

41 14 0
                                    

Elena

Me levanto súper temprano para ir al restaurante de Don Ernesto porque hacía días que no lo veía y quería hablar con él, por eso decidí ir hoy. El lunes empiezo las clases y solo podré trabajar los fines de semana. Tengo muchas cosas que hacer, tengo que comprar el uniforme para el colegio. Como es privado, es obligatorio utilizar el uniforme reglamentario. Vero me envió un mensaje ayer, pero era un testamento con todas las reglas del instituto.

[8:02p.m] Herma Vero: Holiss hermaaaa estás son las reglas del instituto son mías pero te las paso para que las tengas:).

1) El estudiante debe tener el uniforme reglamentario, de lo contrario será sancionado por incumplir las reglas.

2) Está terminantemente prohibido que las chicas estén en las instalaciones donde están los chicos, y lo mismo se aplica para los chicos. Si incumplen esto, serán sancionados por tres meses.

3) Cada estudiante debe tener un vocabulario correcto. Si por algún motivo un estudiante dice alguna palabra obscena en las instalaciones del instituto, será severamente castigado.

4) Está terminantemente prohibido que el estudiante abandone alguna asignatura por voluntad propia, será castigado. Si es por razones obvias o externas no será castigado.

OMG, hay muchas reglas, por eso este instituto es muy prestigioso, y tiene muchas reglas y ahhh. Me detengo en una que me llamó la atención, la última regla.

100) Si algún estudiante incumple con las reglas mencionadas anteriormente, será totalmente expulsado del instituto sin derecho a regresar, así de simple.

—No puedo creer que el que incumpla este montón de reglas sea un loco —digo mientras leo el mensaje.

Mi madre ya se había ido desde temprano y después de leer el reglamento me arreglo para ir al restaurante. Veo la hora y son las 8:00 am, me dirijo a la puerta para irme, cierro la puerta con seguro primero.

Pido un taxi para no ir caminando ya que el restaurante queda muy lejos.

A lo lejos puedo ver que alguien viene en una moto. ¡Esa moto la conozco...! Es Pierce y se acerca con su moto hacia donde estoy.

¡Cálmate, Elena!

—Hola, Manzanita.

—Hola, Pierce —le digo y lo saludo con cierta pena.

—¿A dónde vas tan temprano?—me pregunta.

—Eh... bueno, a ti qué te importa—le digo y comienzo a caminar.

—Oye, oye ¿por qué estás molesta conmigo?

-No estoy molesta contigo, solo que siempre quieres saber lo que hago. No soy nada tuyo, solo soy tu amiga.

'Amiga... Amiga, ¿qué te pasa chica por qué le dijiste eso?

Ok, ok, sí fui un poco grosera pero mejor así. No sé por qué Pierce siempre está donde siempre voy o aparece de la nada. Estoy empezando a creer que el universo quiere decirme algo, pero ¿qué?

—Manzanita, en serio soy tu amigo, pero como tu amigo, te voy a llevar a donde tú quieras. La verdad es que estoy aburrido, así que vamos, dime.—me dice con una sonrisa.

¡Ay, chica, dile que sí! ¡Anda!

—Okey, ¿voy al restaurante de Don Ernesto, me llevas?—le pregunto.

—Dale, no tengo ningún problema.

—Okey—le digo y me dirijo a su dirección.

—Toma—me entrega un casco-la seguridad primero.

•Un amor incondicional•(En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora