•Capítulo 32•

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Elena

En toda la noche no pude dormir, después de todo lo que pasó ayer con Pierce Dioss, creo que nunca podré ser algo más que su amiga si él así lo decide. Me levanto con mucho sueño, la verdad hoy no hay clases en el instituto, estoy súper contenta. Hoy voy a arreglar mi jardín, será más bonito de lo que está, y tengo muchos quehaceres.

—Mi niña, ya me voy. Cuídate mucho y recuerda que no puedes salir, así que no me desobedezcas.

—Siiiiiii maaaaa ya seeee —le grité desde mi habitación.

—¡No me grites, a menos que quieras que te castiguen por más días!

—Está bien —digo algo molesta.

Mi madre se va y yo me preparo el desayuno muy contenta. Ya me puse mi ropa de jardinera para luego, después de comer, hacer mi trabajo correspondiente. Escucho que alguien toca el timbre.

—¿Quién será?—me dirigí a la puerta y cuando abro veo a un chico muy guapo, por cierto, nunca lo había visto en mi vida, no debe ser de por aquí.

—Buongiorno, sono Benjamin.—dice—La mia amica Cristina abita qui?

¿Qué? ¿Qué carajos acaba de decir este loco?
Pero mencionó algo sobre mi amiga Cristina... Y creo que se llama Benjamín.

¿Disculpa, no te entiendo?.— le digo algo confundida.

—Tu non mi capisci?

Ay chamo ¿qué fue lo que me dijo?

—Eh... No yo hablo español, ESPAÑOl. ¿Me entiendes?

—No ragazza, parlo italiano —dice

¿Qué me dijo? ¿Me está maldiciendo o qué?

Mejor llamo a Cristi, él dijo su nombre, así que ella debe conocerlo. Entonces, ¿por qué vino a mi casa en lugar de la suya?

¿No ves que es un italiano atractivo y guapo, y seguramente no entiende español? Jeje, ¿ahora lo entiendes?

—Eh... espérame un momento, no te vayas, o mejor entra sí.

Él no dice nada y entra.

—Siéntate aquí, estás en tu casa —le señaló el mueble y él se sienta.

—Grazie—me dice

Creo que dijo gracias pero no lo sé.

Agarro mi teléfono y lo desbloqueo, llamo a Cristi y me responde.

—Hola Eli, ¿cómo estás? —me dice.

—Ah, hola Cristi, muy bien, ¿y tú? —digo un poco apurada.

—Bien, Eli, me alegra que estés bien. ¿Qué tienes?

—Pues resulta que aquí en mi casa llegó un chico preguntando por ti, creo que habla un poco raro y creo que es italiano. No entendí ni una palabra, me insultó, creo.

——Ay, es italiano, ¿se llama Benjamín? —me preguntó.

—Sí, así se llama. ¿Cómo lo supiste?.

—Porque es mi amigo, ya voy para allá. Él me dijo que venía a Nueva York y se me olvidó ir a recogerlo al aeropuerto. Soy una tonta —y me cuelga.

Lo sabía, es amigo de Cristi.

Voy a la sala y él sigue ahí sentado. Se ve tan lindo, ¿cómo será Italia? Mmm, interesante.

—Ya viene Cristi —le digo, y él pone una expresión confundida — Cristina, tu amiga, ya viene —hago señas con las manos.

Él asiente y me siento en el otro sofá, este es muy difícil, voy a tener que aprender a hablar muchos idiomas.

•Un amor incondicional•(En Proceso)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz