•Capítulo 31•

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Elena

Le conté casi todo a mi mamá, ella me entendió pero se molestó mucho y terminó castigándome en serio. Ahora estoy castigada, no puedo salir ni visitar a mi amiga Cristi. Pero bueno, solo voy al instituto y regreso a casa, se ha vuelto una rutina. Creo que mi madre tiene mucha razón, todos tienen razón excepto yo.

—¿En serio tu mamá te castigó, Eli?.—me pregunta.

—Pues claro, Cristi. Después de que le conté lo que pasó con Pierce, me castigó. Pero no le conté todo, porque si lo hubiera hecho me habría castigado aún peor. Además, habría tenido que hablar con mi papá, ya sabes.

—Ay, Eli, tu mamá puede ser buena, pero a la vez bien regañona como una madre severa.

—Sí la verdad.

—Señorita Elena Cooper.— me volteo y veo a Miss Carolina.

—Si, señorita.—digo acercándome hacia donde está ella.

—Se necesita su presencia en la dirección.—me quedo sorprendida.¿Por qué me necesitan? No he hecho nada que yo sepa.

Asiento con la cabeza.

—Sígame, jovencita.—me dice y la sigo.—Hago unas señas a Cristi y ella me entiende.

Caminé hasta la dirección y cuando entré, allí estaba mi padre¡!¿Qué está pasando aquí?!!

Mi padre me mira con desaprobación y eso me asusta demasiado. Además, también está ¿Lucrecia? ¿Qué hace ella aquí?.

—Jovencita Elena Cooper, seguramente se pregunta por qué está aquí —me dice la directora.

—Sí que está sucediendo ¿por qué me mandaron a llamar? —pregunto.

—Se le llama porque usted incumplió con una de las reglas del instituto.

¿Qué? ¿Qué hice ahora?.

—¿Qué? Yo no he hecho nada, es en serio.

—Sí usted estuvo hablando con un chico durante las horas de clase y eso está prohibido, lo dicen las reglas.

—Pero... pero —me interrumpe.

—¡Nada! Usted incumplió y eso se paga con una sanción.

—Ok, está bien, pero déjeme explicarme —me defiendo. Lucrecia me mira con una mirada maliciosa.

—Tú no tienes que defenderte porque yo tengo pruebas y eso es todo —se excusa y sonríe.

Ya sé hacia dónde va esto. Ella dijo que me iba a hacer la vida imposible, pero no le tengo miedo. Tengo que hacer algo, porque si no, mi padre va a pensar que yo no vine a estudiar sino a otra cosa.

Piensa.... piensa en algo que te haga salir de este problema. Todos me miran y yo no sé qué hacer. Lucrecia no me va a ganar.

—Tengo fotos donde tú y este chico. están juntos en la biblioteca, y eso está prohibido, ¿verdad, directora?—dice ella cruzandose de brazos.

¿Una foto?. ¡Ya lo tengo!.
Esta bruja no me va a ganar.

—En serio, está bien, lo acepto. Estuve en esa biblioteca y sí, estaba ahí buscando un libro de matemáticas. Que por cierto, lo tengo aquí, vean —y les muestro el libro sarcásticamente, jejeje soy mala.—Sí, ese chico también estuvo allí, pero solo me estaba preguntando acerca del mismo libro y yo no sabía si dárselo. Él me decía que se lo diera y, por eso, no sabía qué hacer, pero al final no se lo di —me defendí.— Si es por eso, mi hermana Vero lo sabe todo, ella podría explicarlo mejor.

•Un amor incondicional•(En Proceso)Where stories live. Discover now