XXVI

46 15 0
                                    

Vegeta estaba solo como yo y luego de conocer mi verdadera realidad, también anhelaria morir en ese preciso instante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vegeta estaba solo como yo y luego de conocer mi verdadera realidad, también anhelaria morir en ese preciso instante.

Pagaría mis pecados y entraría al infierno al fin.

Las llamas rodearon rápidamente el lugar, creando un calor infernal. Este era mi final, lo que yo había escogido para mi.

Yamcha me observaba, atento, expectante y yo simplemente deje salir un sollozo, estaba cansada, había sido un día normal para mi, pero ahora acabaría.

El fuego ardería mi soledad...

De pronto mi corazón dio un latido contundente, yo ya no estaba sola, en si, nunca lo estuve, él siempre estuvo ahí y merece que al menos yo me disculpe con él.

Dejo mis cosas en el suelo y sin dudarlo trato de correr hacia unos de los pasillos, pero como lo esperaba, no me dejaria escapar fácilmente.

Me agarro con fuerza del torso, me remuevo con fuerza intentando que me suelte, pero no lo hace, sin pensarlo me tira nuevamente al suelo.

Gimo de dolor ante la caída y ahora el humo me obliga a toser, él pelinegro grita de ira, — ¡me obligas hacer esto, maldita perra! — no sé en que segundo ni donde tenia lo que empuñaba, pero ahora en su mano habia un cuchillo carnicero.

Me arrastro con pánico hacia la pared, levanto una mano queriendo que se controle, — no hagas algo de lo que te arrepentirás. — le advierto.

Niega, mientras da un paso hacia a mi, — no, esto es lo mejor, somos dos parásitos y merecemos irnos juntos. — ahora él tosió por la falta de oxigeno en el aire.

Estaba segura de que él lo haría, así que busque a mi alrededor algo con que frenarlo, hasta que vi un vidrio roto a mi costado, lo tomé sin importar cortarme. Me levante de un salto y fue en ese momento donde Yamcha me ataco, dejándome guiar por el instinto me defendí mientras cerraba mis ojos.

Su jadeo me hizo abrir los ojos, encontrándome con él aturdido. Se alejo de mi, su cuchillo cayo al suelo y pude ser consciente de lo que pasaba, tenia el cristal enterrado en su abdomen.

Mi corazón latio con fuerza, estremeciéndome, pero su sonrisa apareció. — Lo logré.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Take On Me. || V.B ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora