La llevó hasta la bodega donde se guardaban las botellas, tras cerrar la puerta la atrajo de la cintura y la besó, ella, sintiendo aún la música del bar incitando le siguió aquel beso posesivo, ardiente y cargado de deseo. Era un beso muy real y que la dejó peor que durante la mañana. —William... —Volvió a besarlo y sonrió separándose un poquito de él. Notó su mirada y le pasó el pulgar por el labio. —¿Qué te llevó a besarme así? Esto no es correcto.
—Te ves muy sexy esta noche. –Sonrió y se acercó de nuevo a su boca para morder su labio. –Demasiado sexy. Claro que es correcto ¿Tú no lo crees? Nos gustamos. Tú me gustas y yo sé que te gusto a ti.
—No deberíamos tocarnos tanto, estamos jugando con fuego. –Susurró. –Quería decírtelo cuando...
— ¿Cuándo de toqué está mañana y quedaste alucinando? –Rió viendo que ella se sonrojaba. –Lía, no pasó nada, solo nos tocamos. Tocarnos no es nada malo. Me gusta hacerlo, en serio. Y sé que a ti también te gustó.
—Lo es... Es una provocación premeditada. Es malo. –Él la calló con un beso mientras llevaba sus manos al escote de su top para luego quitárselo. –No, no vamos...No en una bodega. Es una bodega.
Pero no lo había detenido, cuando volvió a besarla ella fue la que le terminó quitando la chaqueta y también su camisa. —Te lo prometo, no tendremos sexo. –Dijo él con firmeza acercando su boca al borde de su brasier mordiendo un poco sus senos. –No lo haré aquí.
—Bueno, está bien.
—Estás muy tensa y se supone que somos novios, relájate ¿Sí? No te haré nada. –Lía alzó su mano para detenerlo, pero él sacó sus senos por el borde de su brasier empujándolos hacia arriba. Sus pezones tenían un hermoso color crema. –Si no quisieras esto ya me habrías golpeado. –Lía se sentía bastante excitada, pasó la lengua por sus labios y lo dejó besarla nuevamente mientras sus caderas se pegaban casi de manera instintiva. Ella ahogó un poco su jadeo al sentir su erección.
—Puedo tolerar esto pero no más. -Dijo con una risitas mientras lo besaba y pasaba sus uñas por la espalda de él. —Ay Dios.
—¿Qué?
—Nada. - "Solo que eres muy guapo", pensó mientras se lo quedaba viendo. Sintió sus caricias sintiendo como el calor aumentaba alrededor de ella y en sí misma. Le gustaba esa tortura.
—Solo segunda base. –Susurró él mientras la cargaba de los muslos hasta una pequeña mesita de madera y la sentaba al borde. –Me vuelves totalmente loco. –Lía dio un respingo al sentir una de las manos de Liam subirle por la cara interna de los muslos, separó las piernas por instinto y lo miró a los ojos mientras sentía como él echaba a un lado su ropa interior y acariciaba sus pliegues. Jadeó al sentir sus caricias y sonrió. —Solo segunda, ¿Sabes que me encantó verte conmigo en el escenario?
—Claro... ¿Sí? –Dijo con la respiración acelerada, llevó una de sus manos por encima de la de Liam para guiarlo, ahogó un pequeño gemido al sentir como su dedo corazón entraba en ella y el pulgar marcaba círculos en su clítoris. –Segunda. ¿Te gustó verme cantar?
—Sí, solo diviértete. –Rió Liam al ver como ella apoyaba la espalda en la mesa y a cada una de sus caricias se retorcía. –Escucha la música que viene del bar. –Lía trató de concentrarse en ello. Era bastante apropiado para lo que hacían y reconocía a la cantante. –Se llama Crave si la memoria no me falla.
—Sí, es esa canción. Tove Lo. ¿Cómo sabes de pop? Pensé que eras de Grunge. –Arqueó su espalda al sentir una nueva caricia de parte de Liam y se tapó la boca con una de sus manos. Su cabeza andaba dando vueltas y sentía todo su cuerpo extremadamente sensible y sudoroso, cerró los ojos rindiéndose completamente y Liam no hacía más que sonreír al ver las reacciones de la muchacha.

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El Trato
Teen Fiction¿Existe la posibilidad de que una chica cellista y fanática de la música clásica se enamore de un guitarrista y vocalista de una banda de rock? Pertenecen a mundos diferentes y sus mentalidades incluso son diferentes. El destino conspirará para que...