57. Acuerdos

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Al menos eran menos hostiles. Lograban hablar luego de clases y ponerse de acuerdo sin pelear. A la consulta de Lía, Liam insistió en que iría aunque ella no quería verlo ahí, sin embargo, cuando tomó su mano en medio de la consulta se sintió extrañamente bien. Estuvo al lado de ella mientras la obstetra pasaba el ultrasonógrafo por el vientre de la chica. –Bueno, va creciendo muy bien. ¿Si lo ven?

— Son solo rayas para mí. –Contestó Liam haciendo que Lía volviera a verlo. La obstetra señaló en la pantalla un pequeño punto negro. —No lo entiendo.

—Ahí está. –Liam lo comparó con una pequeña papa, aunque tenía una burbujita que se movía. –Es el corazón. –Sonrió Liam mirando. Lía solo se sentía algo tensa. Luego de que le imprimieran dos ecos nuevos y Liam tomara uno salieron juntos.

— ¿Tienes que venir a todos? –Preguntó.

—Sí, quiero hacerlo ¿Tú no me quieres aquí?

Ella no sabía que contestar, así que alzó los hombros y suspiró. —Es un poco raro, no eres mi novio ahora.

—Lía es mi hijo, quiero estar contigo en todo lo que tenga que ver con ese bebé. –Lía suspiró. —Aunque no seamos pareja yo quiero cuidar de ti.

—Me iré a Italia. –Soltó de repente. Liam cerró los ojos y agachó la cabeza. –Al menos un tiempo, decidí tener al bebé aquí en Londres. No pienso arrebatarlo de tu lado, pero quiero ir a casa. –William no quería que ella se fuera.

— ¿Cuándo te irás? –Preguntó. –Lía, al menos...

—Tú tienes tu vida, eres una estrella local con sueños de serlo internacionalmente, si me involucro mucho, ahora que voy a tener un bebé... ¿No ves? No puedo... Tienes que seguir tu vida, William. Podría arruinarte.

Él sabía que eso podía ser verdad, pero no quería que se fuera. Sin embargo, decidió no persuadirla. —Pero... ¿Podemos llegar a un acuerdo? Al menos déjame estar cerca, que me llames si sientes la más mínima molestia. –propuso. –Es un trato. –Soltó alzando una ceja sonriendo. –Las reglas son... Llámame si me necesitas para lo que quieras, antojos, dormir, salir, medicinas.

— ¿A cambio de qué? –preguntó queriendo llorar. –No es correcto que hagamos esto. Ya volvimos nuestra historia un desastre cuando nos involucramos en un trato.

—Por favor, no importa si es correcto o no. Lía, lo único que quiero a cambio es que me dejes acercarme para que poco a poco pueda ganarme tu confianza. Serás la mamá de mi hijo... o hija... Tú entiendes. Puede que no seamos pareja pero podemos ser amigos, llevarnos de forma cordial.

—Está bien. –Contestó. –Pero tengo reglas igualmente. La primera, no vas a andar de coqueto conmigo.

—Obvio no, estás un poquito pasada de peso. –Alzó una ceja haciendo que ella lo mirara con enojo.

— ¿Me estás llamando gorda? No puedo creerlo. ¿A esto te refieres con cordial?

—Y gruñona, y malcriada, y... Dios me vuelves totalmente loco. –Rió Liam viendo como Lía solo alzaba los ojos al cielo desesperada. –No creo poder cumplir tu regla, y tampoco creo intentarlo. Mi contrapropuesta es que dejes que yo te ligue.

—No, esto no es de amigos, ¿Qué ganaría yo? No puedo ver cómo me ligas a mí y a otras, estás loco.

—Ah, entonces son celos, debiste empezar por ahí.

—No estoy celosa. –Dijo con firmeza, aunque sí sentía un aguijón clavarse en su estómago de solo pensarlo, al imaginar a William saliendo con cualquier otra chica se le encogió el corazón y le dolió muchísimo. –No son celos. Llévame a casa.

El TratoWhere stories live. Discover now