Capitulo 3

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_ ¡Basta!, no querrás acabar con mi paciencia, he tenido que tolerarte toda la noche, me harte de todo este jueguito, si te quieres quedar a mirar puedes hacerlo, no me molesta.

_ ¿Por qué a menudo tienes que actuar como una cretina y controladora, te molesta que Dani me desee, que le dé lo que tú no puedes? - le grito Miller a Rebecca

_ No necesito escuchar más tus tonterías, yo puedo satisfacer a una mujer sin tener ese diminuto trozo de carne que llevas entre las piernas. — Su sarcasmo lo llenó de ira - sin duda Rebecca le había dado en su ego.

Rebecca se acercó a Dani jalándola por la cintura y apretando sus mejillas para darle un beso - no sabía cómo procesar esa escena, jamás había visto a dos mujeres besándose con esa intensidad; pero allí descubrí que lo que sentía eran celos de Rebecca, ellas eran algo más que conocidas o amigas.

Dani y yo no habíamos hecho algo así más allá que compartir la cama o abrazarnos, ni en las borracheras más grandes en que le he lidiado, ha intentado besarme o insinuarse. Mi corazón se estrujó y partió en mil pedazos al ver cómo Dani se rendía ante ella, pedía más de sus manos, gemía con el solo acercamiento de Rebecca, estaba deseosa de ella. Rebecca la besaba con pasión y quitó su sostén, dejando al aire sus pechos. Rebeca los apretaba con fuerza y ella no hacía más que disfrutar de sus caricias, jadeaba y movía sus caderas pidiendo que Rebecca la penetrara o tocara. No lo sé, la escena quedó en mi mente que me produjo ganas de vomitar.

Corrí nuevamente al cuarto de rebeca para votar todo el alcohol que había consumido y el dolor que sentía al ver a Dani en los brazos de Rebecca, estaba perdida en mis pensamientos, ¿qué significaba todo esto, que me estaba pasando? Como es que en cuestión de horas Dani era mi compañera de máster, mi amiga y ahora estaba sintiendo celos que una desconocida la besara. Lloraba porque no podía controlar todas las emociones que estaba sintiendo. Traté de calmarme; ya era hora de irme a casa. Pedí un Uber para alejarme de todo esto, al salir me topé con la cara de Rebecca

_ ¿Todo bien Viktoria? - su cara no tenía ninguna expresión, era fría y gélida.

Me sorprendió verla allí, debería estar besándose con Dani - estaba a punto de llorar ante ella, pero no podía dejar que me viera así.

_ sí, creo que son los efectos del alcohol, pero ya me voy

_ Deberías dejar que te envié con mi chofer, así estarás más segura

_ No, no te molestes, ya pedí un Uber y estaré bien. Gracias por esta noche Rebecca.

_ ¿Seguro? ¿Estarás bien con todo lo que has bebido y vivido esta noche? - lo dijo como si supiera exactamente lo que pensaba - La odiaba y no me sentía bien porque había besado a Dani, todo lo que había vivido esta noche había sido una maldita pesadilla.

Antes de salir del cuarto se giró y me dijo: No está bien espiar a las personas.

Lo último dejo la poca vergüenza que me quedaba en el piso, Salí de su casa casi que sin despedirme de nadie, ni de Dani. Como nunca esa noche no me llamo para quedarse en mi casa y tampoco fue a dormir, lo más seguro es que se haya quedado en casa de Rebecca follando con ella toda la noche, después de la escena que vi no tengo la menor duda. Una nube de lágrimas inundo mi rostro y entendí que eso me había dolido.

Desperté con un terrible dolor de cabeza y recordando todo lo que había vivido en la madrugada, la escena de Dani con Rebecca, mis sentimientos y todo lo que estaba sintiendo era algo nuevo para mí. Decidí darme una ducha y pedir algo para comer, recordé que debía adelantar el informe para Violette y ya era más de medio día había perdido mucho tiempo para empezar, antes de comer algo decidí revisar mi teléfono, desde el viernes no había hablado con mi madre y tenía muchos mensajes y llamadas de mi familia.

_ —Hola, madre —respondí a los dieciséis mensajes que me había dejado en WhatsApp. Le mandé un texto con una pequeña mentira: que me había enredado en un mundo de papeles y no tuve tiempo de revisar el teléfono. Era la primera vez que mentía y no sabía por qué. Si le hubiese dicho la verdad, seguro que estaría feliz, ya que es mi fan número uno de que salga y tenga un romance con alguien. Aunque si le contara todo lo que me sucedía con Dani, no sé cómo reaccionaría. Esto no era algo en lo que iba a invertir mi mañana. Necesitaba ponerme a trabajar, y pensar en Dani solo me haría comerme la cabeza.

Miré las redes sociales. Aunque no soy activa en ellas, me distrae ver las publicaciones de todos. De repente, una imagen me sacó de mi poca tranquilidad. Dani había posteado una foto en Boston hace como tres horas. ¿En qué momento viajó a Boston? Se veía preciosa, pero al detallar un poco sus fotos, me percaté de que no estaba sola. Dani postea todo lo que hace, pero nunca publica con quién está o dónde, ni deja ver siquiera que pueda estar acompañada, así lo esté. Esta es la primera vez que deja ver algo así. Claramente, es la mano de una mujer. Mi cuerpo experimentó unas ganas de vomitar nuevamente y empecé a sentirme como ayer. Un sentimiento me invadió, quería correr, buscarla, gritarle, preguntarle: ¿qué hacía en Boston? ¿Por qué hasta ahora no me ha llamado o escrito para preguntarme siquiera cómo llegué a casa? ¿Acaso no le importa, le da igual? ¿Quién era esa mujer que está con ella?

Una lágrima asomó en mí y no podía entender o no quería hacerlo, ¿por qué ella se comportaba de esta manera?

Ese domingo fue una tortura, Dani después de su post en Instagram no volvió a conectarse, busque entre sus amigos a Rebecca y en su perfil tenía una foto publicada de hace 2 años y se había desconectado casi que al mismo tiempo que Dani; parecía una loca celosa no podía creer que haya cambiado en menos de 24 horas y que pasara de ser una mujer que controlaba cada minuto de su vida a que fuese controlada por dos mujeres y lo que hacían, me iba a enloquecer debía hacer algo.

Perder el control de mis sentidos a causa de experimentar sensaciones nuevas no me gustaba, estos sentimientos de ira que me hacían perder el control, no recuerdo haber sentido algo igual en toda mi vida, celos, ira, impotencia. En un lapso de menos de 24 horas había descubierto que tenía otro tipo de sentimientos dentro de mí, otra yo que podría salir a flote y ni siquiera la conozco, no me conocía y eso me aterraba. El no haber vivido muchas cosas hacían que fuera una extraña para mí misma, que más cosas estaban dentro de mí que no sabía. Cada que imaginaba a Dani con Rebecca follando o haciendo el amor, todos estos sentimientos me envolvían, me aterraba pensar que Dani pudiese enamorarse de una mujer y que quizás no fuese yo.

¡Dios! ¿Qué me está pasando, qué sucede conmigo? ¿Por qué tengo que sentir todo esto? ¿Qué demonios es? —Grite angustiada y con lágrimas en los ojos.

Me aterraba porque sabía exactamente lo que me pasaba y no era solo por Dani, era yo en sí, un demonio que no conocía, había despertado y me daba miedo que no pudiese controlarlo. Ahora debía descifrar cuál de los dos era, "la ira o la posesión". Siempre he creído que los celos son producto de inseguridades y de personas dependientes. Había visto a Dani con muchos hombres y hacer infinidades de cosas, pero la manera tan diferente como mirar a Rebecca era lo que me descontrolaba, el que pudiese sentir más allá del cuerpo; hacía que la rabia se apoderaba de mí, sin duda podía causar estrago si no lograba controlar esto.

Dedique el poco tiempo del domingo al trabajo y ya el lunes me reuní con mi profesor del máster para la última presentación del proyecto para graduarme como tanto había deseado, no demore más de dos horas en el campus, al salir recordé que debía llamar a mi madre.

_ ¿Salut maman, comment vas-tú? - (Hola, madre, ¿cómo estás?)

_ J'attendais ton appel mon amour. — (Estaba esperando tu llamada amor)

_ Madre...

_ Querida, tu hermana se ha estado tratando de comunicar contigo y no ha podido, me dijo que la llames que quiere decirte algo.

EN ESTA VIDA O EN LA OTRAWhere stories live. Discover now