Capítulo LXVI:

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YoonGi ingresa a la preparatoria y se detiene cuando está por subir las escaleras para llegar a su piso, dirige su mirada a la izquierda y la fija en la puerta principal del lugar.

Luego de unos segundos Hoseok y NamJoon ingresan por la puerta, los dos están riendo, tras morderse el labio inferior YoonGi se acerca de a poco y llega hasta ellos.

—Oh, hola Yoonie —pronuncia Hoseok sin haber borrado su sonrisa, él por su parte aprieta los labios y alza ambas cejas, en un gesto de saludo.

—Hola, buenos días —mira de reojo a NamJoon y le asiente con la cabeza.

—Buenos días, Hyung.

— ¿Qué ocurre? ¿Acabas de llegar?

—Sí —responde.

—Oh, Hal-abeoji —el llamado de NamJoon provoca que los otros dos se vuelvan y fijen la mirada detrás de HoSeok.

TaeHyung y Hyung-sik están en la entrada, el primero sentado en una silla de ruedas, sus brazos están posicionados en cada reposa brazos que esta tiene.

—Hola, muchachos —saluda Hyung-sik con una sonrisa, suelta un suspiro y ayuda a Tae a sentarse bien.

El resto hace una reverencia en dirección al chico.

—Hola —responden los tres con una sonrisa.

—Buenos días. —TaeHyung pronuncia, YoonGi dirige su mirada a él y sonríe de manera suave.

—Buenos días, TaeTae.

Un suspiro se escapa de la boca de Hyung-sik: —Vaya me he cansado.

—Lo siento, no me percate de ustedes —pronuncia NamJoon y Hyung sik niega con la cabeza a la vez que le da palmadas en la espalda al más alto.

—No ocurre nada, Namie —ríe—, bueno, iremos a la dirección por la tarjeta del elevador —informa.

—Oh —todos comprenden—, yo los acompaño —NamJoon asiente con la cabeza.

—De acuerdo, gracias. Nos vemos chicos.

Hoseok y Yoongi despiden con reverencias.

—Nos vemos en el almuerzo —pronuncia YoonGi mientras observa que se alejan.

En medio de su mirada se atraviesa Hoseok con una sonrisa.

— ¿Vamos? —Plantea su mejor amigo, por su parte él sacude la cabeza de manera suave y luego asiente con la cabeza.

—Vamos —responde, sonríe y se encorva al segundo que el peli-café lo abraza por encima de sus hombros.

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—Yah, Jeonghan damelo —YoonGi alarga a la vez que se estira, arruga la nariz al segundo que el peli-café suelta una risa—, hablo en serio tonto.

—De acuerdo, de acuerdo —el menor parece ceder, deja de estar sobre las puntas de sus pies y baja su brazo para entregarle su vasija. YoonGi con un bufido y mala cara se la arrebata—, eres muy pequeño, Hyung.

—Pequeño lo tienes, idiota. —Ataca con recelo, se gira sobre sí mismo y camina hacia la puerta del aula con la risa de Jeonghan a sus espaldas.

Baja las escaleras de manera apresurada y se dirige de igual manera a la mesa habitual del patio trasero, cuando llega se encuentra con todos sentados alrededor de la mesa, aunque una de las sillas está posicionada a un costado lejos de la mesa, pues la silla de ruedas de Tae está en su lugar.

Soñar es necesario para la vida - KTH+MYG.Where stories live. Discover now