Epílogo.

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La habitación estaba cargada de tensión mientras Porchay, frágil y temeroso, se encontraba acorralado en un rincón. Kimhan, con los ojos llenos de furia y el cuerpo temblando de ira, avanzaba lentamente hacia él, emitiendo un aura de violencia que llenaba el aire.

Porchay temblaba, sus ojos llenos de lágrimas reflejaban el miedo que lo consumía por dentro. "Por favor, Kimhan, detente", suplicó, con la voz quebrada. "No tienes que hacer esto. Podemos encontrar otra forma de resolver nuestros problemas".

Pero Kimhan estaba fuera de sí mismo, dominado por su obsesión y resentimiento. Sus puños se cerraron con fuerza, y sus palabras escaparon de su boca como dagas afiladas. "¡Ya no me importa lo que pienses o sientas!", gritó, su voz cargada de amargura. "Has arruinado todo. Me has quitado el control y ahora pagarás por ello".

El rostro de Porchay se llenó de dolor y confusión. "Nunca quise hacerte daño, Kimhan. Solo quería encontrar mi propio camino y vivir en paz", balbuceó, las palabras apenas audibles entre sollozos. "Por favor, déjame ir. No tienes que hacer esto".

Pero Kimhan no mostró piedad. Sus ojos brillaban con una determinación sombría mientras avanzaba aún más, ignorando las súplicas de Porchay. "Has elegido el camino equivocado al desafiarme", gruñó. "No puedo permitir que sigas adelante. Esta es la única forma de que entiendas el precio de tu traición".

Porchay retrocedió, su cuerpo temblando de miedo y desesperación. Buscó desesperadamente una salida, pero el destino parecía haberle cerrado todas las puertas. "Por favor, no hagas esto", susurró, su voz apenas un suspiro. "Hay otra forma. Podemos encontrar una solución juntos".

Pero Kimhan, consumido por su odio y sed de venganza, estaba más allá de la razón. Sin mediar palabra, lanzó un golpe devastador que se estrelló contra el cuerpo frágil de Porchay. El sonido del impacto resonó en la habitación, mezclado con el grito ahogado de Porchay.

El tiempo pareció detenerse mientras Porchay caía al suelo, su cuerpo quebrado y sin vida. La tristeza y la desesperación envolvieron la habitación, mientras el dolor de la pérdida se apoderaba de todos los rincones.

A pesar de todos los avances y la superación de Porchay, el destino de Kimhan siguió un camino oscuro y trágico. Incapaz de aceptar el rechazo y la pérdida del control sobre Porchay, Kimhan se hundió aún más en su propia oscuridad. La obsesión y el resentimiento se apoderaron de él, alimentando su odio y deseo de venganza.

En un acto desesperado por retomar el control y dominar a Porchay una vez más, Kimhan recurrió a la violencia extrema. Su odio se convirtió en un tornado destructivo, arrasando con todo a su paso. Porchay, a pesar de todos sus esfuerzos y su valentía, se encontró nuevamente atrapado en las garras del abuso, lo cual terminaría con su vida.

La vida de Porchay se desmoronó nuevamente en un ciclo desgarrador de maltrato y sufrimiento. Aunque luchó con todas sus fuerzas para escapar de la pesadilla, la sombra de Kimhan se cernió sobre él, impidiéndole encontrar la paz y la libertad que tanto anhelaba.

La tristeza y la desesperación envolvieron la vida de Porchay, mientras que el mundo exterior parecía ajeno a su dolor. Aunque buscó ayuda y apoyo, se encontró atrapado en un sistema que a menudo no lograba proteger a las víctimas de abuso de manera efectiva.

La historia de Porchay se convirtió en un recordatorio desgarrador de los peligros del acoso y la violencia. A pesar de su coraje y resistencia, la tragedia prevaleció y dejó una marca indeleble en aquellos que conocieron su historia.

El legado de Porchay se convirtió en un llamado de atención urgente para la sociedad, pero también en un recordatorio de que, a veces, la oscuridad puede ganar. Su historia trágica se convirtió en un símbolo de las luchas que muchos enfrentan en silencio, y su memoria inspiró a otros a tomar medidas para prevenir el acoso y el abuso.









































Para Kimhan su castigo fue justo, vivir siempre consciente que había asesinado al amor de su vida, a la persona que más decía amar.

La confrontación entre Kinn y Kimhan sobre los trágicos eventos que han ocurrido se desarrolla en un ambiente tenso y cargado de emociones negativas. Kinn, el hermano de Kimhan, ha decidido mantenerlo con vida para que cargue con la culpa y el peso de sus acciones. Ambos se encuentran en una habitación austera, donde la atmósfera es opresiva y sombría.

"Kimhan, no puedes escapar de lo que has hecho, ¡Le has arrebatado la vida a Porchay! La persona que afirmabas amar más que a nada en este mundo. Ahora tendrás que vivir con el peso de tu culpa."

Con una mirada perdida y que mostraba arrepentimiento Kim no era nada de lo que fue en su pasado, se estaba dejando morir, pero Kinn tenía otros planes para el. "No lo entiendes, Kinn! Fue un acto desesperado, un intento de recuperar el control, pero todo salió terriblemente mal. No puedo soportar la idea de vivir con la certeza de que fui capaz de hacerle daño a mi angelito."

Con una voz llena de desinterés dijo "Esa es la razón por la que seguirás vivo, para enfrentar cada día con el recordatorio constante de tus acciones. No mereces la absolución ni la redención, Kimhan. Porchay merecía vivir una vida plena y feliz, pero tú le arrebataste esa oportunidad."

"Por favor Kinn, déjame morir, te lo ruego, la tristeza y la culpa me consumen por dentro. Mi vida está arruinada, y no puedo encontrar una salida de este abismo oscuro en el que me encuentro." Las lágrimas salían a montones mientras temblaba.

"¿Rogar? Quien eres tu para rogar piedad, No me importa tu dolor, Kimhan. Lo único que importa ahora es que asumas las consecuencias de tus actos y aprendas de ellos. Tu sufrimiento es un recordatorio constante de lo que eres capaz de hacer cuando te dejas llevar por el odio y la obsesión."

Dicho esto último, Kinn deja la habitación en la que encerró a Kim durante todo el resto de su existencia, condenado a vivir en cuatro paredes, sin poder cometer ningún suicido.

Esto siempre sería el recordatorio de sus actos, vivir anhelando cambiar algo que ya es inevitable, parece ser que la historia de Kim y Chay siempre estará marcada por la tragedia.























































































































































Muchas veces los finales justos y felices no llegan para todos.

Obsessed - KIMCHAY                           Where stories live. Discover now