Capitulo 4. Encerrado

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Miraba el techo aun con los ojos brillando, desde que volvió de aquella casa no puede dejar de ver esas sonrisas y gestos en su cabeza, se producían sin poder detenerlos, lo atormentaban, la cola y orejas aparecían cada que sus mejillas se coloreaban de rojo, ahí recordó porque se fijó en ese chico, recordó la primera vez que lo vio ser tan gentil que no parecía ser ese frio y cruel chico que se peleaba con su amigo, ese arrogante y creído tipo que ilusionaba a chicas para después rechazarlas. 

Sin dar explicaciones la puerta de su cuarto con candado cerró, palabras de sus padres, incluso de su hermano, se empezaron a oír detrás de la puerta, no iba abrir, no podía ir a la escuela siendo el un torbellino de emociones, primero debía solucionar su gran problema.

Así pasaron dos días sin éxito, ninguno Broflovski logro sacarlo de su cuarto, ni Stan. 

── ¡Kyle! ─La voz de sus amigos hicieron que se ocultara pues no estaba del todo normal, dos orejitas estaban sobre su cabeza.

La puerta fue abierta por su grupito, normal de ellos, entrar como si fuera su casa, y escuchando bien no estaban solos, venian dos personas más que pudo identificar, Wendy, Butters.

── ¡Sal de esa cama! ─El pelinegro se escuchaba fastidiado. ── No puedes quedarte todo el día aquí.

── Si puedo, y no les di permiso para pasar ─Habla sin destaparse.

── Estamos preocupados ─Kenny se sienta sobre la cama haciendo que el pelirrojo se removiera con tal de no hacer contacto. ── No has ido a la escuela desde...

── No sucedió nada, no voy a la escuela por otra cosa ─Se adelanta, no quería que pensaran que Craig le había hecho algo.

── Maricon, deberías dejar de hacer tus dramitas ─Rodea los ojos.

── Nadie pidió tu opinión, culo gordo ─Chilla el de pecas desde sus cobijas, se le notaba irritado.

── Kyle, tus amigos tienen motivos para preocuparse, todos notan raro tu ausencia, hasta los maestros ─La de orbes violetas pudo al fin hablar. ── Estoy segura de que Craig no te hizo nada, hasta él lo vio raro, pregunto por ti, desapareciste de su casa cuando hacían tarea.

── Wendy, no es tu asunto, de ninguno es, cuando quiera yo hablare, no puedo ir a la escuela por ahora ─Sus mejillas estaban rojas, no esperaba que el pelinegro se preocupara por él.

Aunque su mente le hizo recordar, la tarea, por eso se preocupó, como va a acabar el trabajo sin él, bufa, frustrado, pero era mejor no mantener ilusiones falsas.

── Tweek me pidió que te diga algo ─Aquel nombre le hizo prestar atención. ── No he encontrado nada, pero creo que debemos buscar otra solución, también dijo que le marques.

── Gracias, Butters ─Murmura.

── Entonces, Tweek sabe ─Su mejor amigo se notaba molesto. ── ¿Y no piensas decirme a mí?

── Perdón, necesitaba hablarlo con alguien no cercano a mi ─Comenta incomodo, no quería hacer sentir mal al chico que se notaba demasiado preocupado, pero no podía dejar que sus gustos creen una pelea.

── Perdón, necesitaba hablarlo con alguien no cercano a mi ─Comenta incomodo, no quería hacer sentir mal al chico que se notaba demasiado preocupado, pero no podía dejar que sus gustos creen una pelea

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