𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑 |

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Capítulo 3| ¿Mentir es malo?

Su pecho dolía, sus labios secos y su garganta también ardía

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Su pecho dolía, sus labios secos y su garganta también ardía. Ni siquiera sabía en qué lugar se encontraba, solo sus pies se movían sin reclamar.

Sus ojos visualizaron un callejón vacío y corrió, tropezando en el intento, solo quería vaciar su estómago porque las sensaciones que sentía eran desagradables y lo único que quería era sacarlo todo.
Jamás se imaginó ser besado por la persona con la que convivió casi toda su vida.

Trataba de entenderlo, de saber por qué Yoongi actuó de esa manera y por qué justo cuando todo iba bien con Taehyung aparecían estas situaciones. Coincidencia no lo era.

Sus piernas no resistieron más y dejó caer su cuerpo, dejó salir su llanto.

—N-no lo entiendo— secó bruscamente las lágrimas que bajaban por sus mejillas.

Jimin siempre fue un Omega muy sentimental, con palabras pequeñas sufría pero la mayoría de las veces no lo demostraba.
Pero eso no importaba porque Yoongi, su hermano, siempre estaba con él y lo consolaba hasta que se olvidara de palabras hirientes que recibía. Pero justo ahora no sabía cómo reaccionar.

Lo único que pudo hacer fue quedarse sentado hasta que desaparecieran las náuseas, por un momento se olvidó de que iría a la tienda del Alfa.

...

—Ire a casa, si quieres cuando regrese puedo traerte algunas rosquillas—

—¡Eso suena genial, claro!—

Después de tantas suplicas Taehyang aceptó que hoy Taehyung se quedara a cuidar la tienda, últimamente el Alfa sentía de forma extraña a su hermano y averiguaría la razón.

—De acuerdo, no tardo Teu—

Taehyung aprovechó y se puso a limpiar algunos estantes, trataría de hacer pasar el tiempo en lo que llegaba su Omega. Agradecía que aún no le dejaran tarea sus profesores.

Estantes tras estante limpió, ventanas y objetos también. Pasó algunas horas atendiendo a clientes y acomodando pedidos pero no llegaba el Omega, tal vez Hyomin lo detuvo y le pidió que hiciera alguna tarea y no pudo llegar.

Aun no anochecía pero el sol apuntaba que pronto lo estaría, incluso su hermano ya habia tardado. Trató de alejar sus pensamientos negativos y caminó hasta la caja de la tienda para hacer el conteo de las ganancias.
Ese mismo día las ventas estuvieron escasas.

Agradecía que también tenía la habilidad en las matemáticas porque los conteos fueron rápidos y terminó de guardar las poca monedas que sobraban hasta que escuchó que alguien abrió la puerta.

—Buenas tardes, en seguida estoy a sus órdenes— su mirada gacha seguía en las monedas.

—¡Teu ayúdame!—

𝐒 𝐏 𝐈 𝐑 𝐀 𝐄 𝐀 [En Pausa]Where stories live. Discover now