Arnold rio, no recordaba la ultima vez que se había divertido tanto. Se encontraba en una fiesta no muy lejos del hotel, era parte del itinerario personal que le había asignado Victoria. Ella sacudió su cabello, imitando el ritmo de la música. Sus extremidades se balanceaban de un lado al otro sin compás ni razón, y casi golpeó a alguien que solo pasaba por allí. La música bajó el ritmo y se acercó a ella cuando estuvo seguro de que lo podía escuchar
―Bailas terrible ―le comentó lo más cerca de su oído, ella rio
―¡Lo sé! ―sin embargo, no parecía afectarle en absoluto. Cuando ella le propuso bailar se había negado en un inicio, la idea de volver a su adolescencia le parecía extraño. Fue difícil, pero cuando le convenció se encontró así mismo divirtiéndose, recordó la época de los bailes escolares, cuando sacaba a bailar a Helga, a Lila, el cómo ambas chicas solían tener una especia de guerra fría entre ellas.
Se dio la vuelta y decidió sentarse un poco, la comida se enfriaba en la mesa que compartían, una orden de papas fritas y una lata de cerveza para él, se propuso no beber algo más fuerte en lo que le quedaba de vida, o por lo menos hasta que todos los nudos en su cabeza se desvanecieran. Victoria lo siguió, su rostro era radiante por la felicidad y el gozo, y una fina capa de sudor cubría su frente. Llevaban más de una hora bailando y Arnold ya no sentía sus pies. Tomó una papa de su plato, se encontraba fría y algo dura, pero no le importó, moría de hambre.
—No me digas que ya te cansaste —le dijo ella con voz risueña, los efectos placenteros del baile aún en su rostro.
—Si, no suelo hacer tanto ejercicio —ella bufó
—No te haría mal hacer algo de ejercicio —entrecerró los ojos y la miró divertido
—No sabía que fueras tan graciosa —ella río y tomó un trago de su cerveza
—Te sorprenderías, ¡soy espectacular! —el chico se mordió el labio y suspiro, no pudo evitar recordar a Helga, esa frase sería algo que ella diría— ¿pasa algo? —le preguntó al notar su cambio de actitud. Dirigió su vista a ella e intentó mirarla fijamente, sin embargo, sus ojos eran grises, su cabello castaño y su estatura baja, no era Helga.
—Me... recordaste a ella por un momento —ella negó con la cabeza con una sonrisa
—Pobre chico enamorado. ¿Ya resolviste tus sentimientos por ella?
—No, aun no, pero estoy seguro de que me gusta —recordó la conversación que habían tenido en el transcurso de esa semana, Victoria no entendía por qué él estaba tan obsesionado con Helga, sobre todo ahora que ella no parece tener interés y él teme a que esa obsesión se deba a ese sentimiento de apego estorboso que parecía tener la culpa para todo
—Tienes que aprender a soltar a las personas, sobre todo ahora que tal vez ella espera un bebé —Arnold miró su cerveza
—No es un tal vez, seguro es así —ella lo miró resignada
—¿Por qué insistes que ella está embarazada? Tu madre no te aclaró nada, eso solo te tortura. Lo único cierto es que ella va enserio con su pareja, si es que no se están cuidando —hizo una mueca al recordar a su madre. No le respondió ni una llamada desde entonces, solo le mandó mensajes de texto para informarle que se encontraba bien. No creía estar listo para otro interrogatorio
—Prefiero pensar eso en caso de estar obsesionado, el saber que no tengo lugar en su vida me ayudará —Victoria robó una de sus papas
—La acción de soltar no tiene por qué ser doloroso, no lo hagas más difícil de lo que ya es, Arnold

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En Busca de un Sueño
FanfictionUna decisión importante está en puerta. Helga aprenderá que tomar decisiones repentinas no es cosa sencilla, y que no es tan divertido como parece. Sin embargo, aprende mas cosas sobre una familia con esa decisión que en toda su vida viviendo con su...