capitulo 2

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El cigarrillo en mi mano a medio terminar con ese característico humo impregnado, de un  olor narcótico alucinante, el incesante sonido de las gotas de agua cristalina cayendo a mi lado desde la copa del gran árbol que me protege de la tempestuosa lluvia.

El cielo entristecido manchado con colores grisáceos y negros, me llenan de conformidad, la lluvia no me deja ver más allá de unos cuantos metros, mi única compañía es mi cigarrillo.

Le doy una calada profunda hasta sentir que mis pulmones se atosigan de humo; la nicotina es un veneno que lentamente te va matando y se consume a voluntad.

Millones de personas por decisión propia se autodestruyen y  envenenan a conciencia y eso no me excluye a mí, puedo decir que en este aspecto soy una más del montón.

Pero para mí mala suerte, sé que este papel enrollado no me matará, es decepcionante en verdad.

La vida  solo dura lo que él portador este dispuesto a luchar por ella o hasta que otro decide arrebatársela , es un hilo tan delgado que me cuesta ver la diferencia entre una y la otra.

Tal vez pienses que aborrezco mi vida pero ¿te digo algo? Tienes la razón, que clase de persona quisiera estar en mis zapatos, sentir el frío que acobija mi piel, sentirse tan vacío y tan lleno de mierda a la vez.

Aún acaricia mi piel el helado filo de la hojilla con que me hice mi primera cortada a los diez años, guiada por la escalofriante voz que susurraba todas las noches en mi oído, primero llegué a sentir temor, luego curiosidad y solo terminé dándome cuenta que era un demonio común que jugaba conmigo, terminé por volverme amiga de él y juntos hacíamos varias travesuras, hasta que un domingo del mes de mayo, en un día lluvioso como este en el servicio matutino el padre de la iglesia a la que mamá me obligaba a ir, se dio cuenta del sombrío acompañante que estaba precisamente a mi lado, en el momento menos indicado.

Como ha de esperarse pensó que estaba poseída y después de un aburrido exorcismo desterró al infierno a mi único amigo, lo que nunca sospecho fue que él no me poseía, yo lo obligaba a estar a mi lado.

Y esa es la triste historia de como perdí a mi amiguito.

Poco a poco la lluvia empieza a cesar, pero el sol no hace aparición, una mañana negra y sombría perfecta para alguien como yo.

Le hecho una ojeada a mi celular para darme cuenta que ya son las 9 AM y aún no he decidido que haré hoy en el día.

No es como que tenga demasiadas opciones que me entusiasmen pero mientras no me llegue información sobre la ubicación de esa mujer es preferible no malgastar mis fuerzas .

Me levanto de la banca y empiezo caminar apaciguadamente bajo el leve rocío que de a poco va cubriendo mi piel fría y pálida, en mi camino por el parque vacío y húmedo solo encuentro hojas regadas por el húmedo césped, charcos de lodo en la espera del calor del sol para evaporarse y dejar de existir, tan irónica es la vida que aunque pareciera que todo tiene un fin, no es así verdaderamente, tan solo somos parte de un ciclo, de una estúpida vuelta que nos transforma de una cosa a otra y ni siquiera la muerte es el fin esperado que algunos quisiéramos, es tan solo el comienzo de otra vida de mierda, dónde el tiempo se termina volviendo una vaga ilusión.

Mientras camino mi teléfono empieza a sonar consecutivamente por lo que después de revisarlo, veo que son notificaciones de mensajes de la información que tanto ansiaba, una ardilla huyendo de una persona que va en su bici me distrae de mi celular, pero no dejo que eso frene mi andar calmado y luego es acompañado por una sonrisa de satisfacción que decora mi semblante, con estos datos que me acaban de llegar podré empezar mi cometido.

Boule "Nunca debí nacer"Where stories live. Discover now