Capitulo 5

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¿Celos? Un sentimiento tan ordinario y banal de la raza humana ,  un arma de doble filo que algunos utilizan en nombre del amor y que otros tan solo por capricho.

La manipulación perfecta de este sentimiento puede llevarte hacer cosas fascinantes o destructivas , todo depende de tu gran imaginación.

Nunca en mi vida he experimentado tal cosa  y tampoco deseo hacerlo , tampoco tengo de quién, aunque honestamente es un arma muy volátil y fácil de activar en las personas débiles.

Ya la cuarta taza de cafeína hirviendo se encarga de animar a mi organismo, mientras mis ojos traviesos no se pierden ningún detalle de la escena frente a mí mesa, una pareja tiene una pelea que no es perceptible para los demás comensales pero debido a mi cercanía , consigo estar en primera plana.

Ya hace tres horas de que vi por última vez a Adirael y lo necesito para que me dé información de nuestra segunda visita; la cafeína no puede curar mi ansiedad.

La suela de mi calzado produce un incesante toqueteo contra el piso de madera, no es audible para nadie aquí , pero en mi subconsciente retumba.

— ¡Adirael! ¡Ven! — demando en voz baja , ya esta es la tercera vez que lo intento y no aparece , el muy desgraciado.

¿Qué le pasará? ¿Acaso le hice algo malo anoche? Eeeeh… En mi defensa no me acuerdo de nada.

Ni la resaca sigue conmigo, se fue igual que mis recuerdos.

Mi estómago ruge como un león, haciéndome saber que no he comido nada aún y si comí algo , ya  desapareció de mi organismo.

Alzo mi mano para llamar al mesero, que muy gentil se acerca a tomar mi orden.

— Greiber tráeme un buen bistec y unas tostadas — le digo acabando mi taza— y quiero otra taza pero con leche— le indico el recipiente vacío.

—¿Nos conocemos de algún lado señorita?— pregunta el joven enarcando una ceja mientras anota en su libreta el pedido.

— ¿Por qué lo preguntas? — mi dedo índice recorre suavemente el borde de la taza.

— Nadie conoce que mi nombre es Greiber, solo mis amigos y obviamente mi familia.

— ¿Y eso que? — le digo un poco sofocada por la impertinencia del demonio que no aparece.

— ¿Ajá qué como lo sabes? — me vuelve a preguntar con una sonrisa.

— No es como que sea muy difícil, tienes cara de Greiber, ahora puedes mandar hacer mi pedido — le doy la taza en sus manos como clara señal que nuestra conversación se terminó.

El tal Greiber se aleja de mi un poco disgustado pero que más da.

Después de unos minutos vuelve el muchacho con un plato en su mano y el café en la otra, deja ambas cosas en mi mesa y me ofrece una mirada de pocos amigos.

Algo que me vale un comino en realidad, veo con tentación y delicia la carne sobre el plato, el humo de agradable aroma me noquea.

Tomo los cubiertos para atacar al indefenso trozo y descuartizarlo para destrozarlo con mis dientes y saciar mi hambre.

El primer bocado fue suave , tibio y tierno , el punto exacto de cocción, el punto exacto de condimentación, parece elaborado por alguien del palacio de Lucifer.

Dos … Tres… Cuatro bocados introduzco sobre mi lengua y el café no hace esperar a mis papilas.

Intento por sentecima vez llamar a Adirael y espero su llegada, nunca he ansiado tanto un hombre como ahora.

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⏰ Last updated: Jan 24 ⏰

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Boule "Nunca debí nacer"Where stories live. Discover now