capitulo 3

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No puedo negar que las calles de Madrid son hermosas, casas pintadas de colores vistosos que alegran la vista.

Los ciudadanos son muy amables, cada que entro a una tienda me reciben con una sonrisa y hasta con abrazos cálidos.

Hacia ya tiempo que no sabía lo que era una abrazo y menos tan sincero como el de esa niña de 9 años.

El sol en su máxima intemperie  acariciando mi pálida piel, pero ni la fiera radiación se compara con esas noches de fiebre alta, dónde el infierno azotaba contra mi espalda y los tizones rojos del carbón se refugiaban en mi garganta.

La niña me suelta de su agarre dejando un rastro de nostalgia dentro de mí, algo que muy pocos logran hacer, veo a la niña correr hacia la calle, jugueteando y sin mirar hacia sus alrededores.

Mis ojos se abren como platos cuando la niña se puso en el camino de un coche pero como si fuese humo o una simple ilusión ,la latonería la atravesó, su vestido pálido se movió con el viento y sus cabellos se fueron en un viaje sin fin. Ya del otro lado su carita volteo y su sonrisa me hizo sentir tan estúpida.

¿Qué me está pasando? En tu camino no hay cabida para sentimentalismo Boule, tú eres y solo eso , sin adjetivos de más .

Cómo es posible que por dejarme llevar por un simple toque de calor, nublé totalmente mis sentidos, lo que soy y mi intuición, no logré percibir la muerte ante mi piel.

¡Que estúpida! No puedo permitírmelo otra vez o nunca cumpliré lo que prometí.

Mis pasos por las calle de piedra se vuelven ruidosos y cambio totalmente mi semblante a uno duro y fiero.

Saco mi celular para guiarme hasta la tienda de la mujer a la que busco y sigo el camino indicado por el asistente.

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— ¡Adirael! Te necesito — digo en voz baja, con la mirada perdida por el ventanal, viendo el hermoso encaje y las finas costuras del vestido de novia expuesto en el maniquí.

— A su servicio princesa— no tarda en aparecer el demonio a través de una nube de ceniza ardiente.

— Te he dicho mil veces que no me llames así — aprieto mi puño hasta cortar la circulación a mis nudillos — sabes muy bien que no quiero que me afilies con tu señor de mierda.

— No puede negar lo que es , señorita, además su padre me indicó que …

— ¡ Cállate Adirael! Te ves más lindo cuando no dices ni una palabra — el demonio se le enrojecen las mejillas y bufo de esa reacción tan estúpida.

Adirael es solo unos Miles de años mayor que yo, pero hablando en términos de fisionomía, tiene una apariencia de 20 en su forma humana, aunque es lindo y sus ojos rojos resaltan perfectamente con su piel estúpidamente perfecta y estereotipada, es un poco estúpido y está bajo mis órdenes.

— ¿Este es el lugar?— el chico ve el letrero en la parte superior del establecimiento y asiente— Gracias Adirael, sabes lo que debes hacer.

— Si , princes… señorita Boule — se corrige rápidamente y yo le golpeo el hombro.

Camino hasta la entrada y empujo la puerta de cristal, de inmediato la campanilla de la puerta suena haciendo eco por todo el gran salón , con una decoración tan cara  como el vestido en el maniquí, se ve bien que le va bien a Germai.

Una chica de cabello púrpura sale de una puerta esbozando una sonrisa radiante dispuesta a atenderme.

Mi corazón se aprieta de verla tan feliz y tranquila.

Boule "Nunca debí nacer"Where stories live. Discover now