Capitulo 32

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POV Lisa

Había perdido la cuenta ya. No sé qué número de orgasmo era este, pero no podía más.

Jennie llevaba una semana rarísima.

Quiere sexo todo el tiempo, desde que se levanta hasta que se acuesta.

Y no me malinterpretéis, me encanta que esté tan activa, pero yo ya no puedo más.

En el tiempo que llevábamos juntas, nunca había tenido un apetito sexual de esas dimensiones. Es más, normalmente era ella quien me paraba a mí.

Primero, lo atribuí a un posible embarazo, cosa que me asustó, pero siempre utilizamos preservativo.

Segundo, pensé que sería un tipo de efecto secundario por algún medicamento, pero ella no se medica para nada. Solo pastillas para dormir, de muy vez en cuando, y tenía el resultado contrario.

Por último, pensé que sería por la regla o algo. Pero según su calendario menstrual, no le toca hasta la semana que viene.

Así que no tengo respuesta.

Sentí de nuevo sus besos en mi cuello mientras bajaba las manos por mi abdomen y agarraba mi erección.

-Jennie, mi amor, no creo que pueda aguantar otro más -Susurré mientras sentía como bajaba arriba y abajo sobre mi pene.

-Solo uno más -Besó mis labios con hambre y se sentó en mi miembro, abrió el primer cajón de la mesilla y cogió el último paquetito de la caja de condones.

Caja que había comprado hace dos días.

Lo abrió y enrolló el preservativo a lo largo de mi pene, se levantó un poco alineando mi punta con la entrada de su vagina y bajó lentamente hasta el final.

No podía remediarlo, era la mejor sensación del puto mundo. Por mucho que lo hagamos, su estrechez seguía siendo la misma.

Con la medida perfecta.

Jennie empezó a cabalgarme con rapidez, mientras yo agarraba su cintura y elevaba mis caderas para ir más profundo.

La besé con ansia, sentí como estaba a punto, así que apreté las nalgas para no parecer una adolescente precoz.

-Dios Lisa... -Gimió en mis labios dando castos besos y moviéndose con más fuerza.

-Estoy casi -Susurré, bajando hacia uno de sus pezones para estimularla.

Me elevé, sentándome y abrazándola por la cintura para llegar más profundo. Ella revolvió mi pelo y se dejó caer con fuerza en mi polla.

No pude aguantar más, y me derramé en el condón.

Dos estocadas más y Jennie llegó a su climax con fuerza.

Se levantó de mi regazo y se tumbó a mi lado con la respiración agitada, todavía desnuda.

-Este ha sido uno de los mejores -Pronuncié acelerada, recibiendo un solo murmuro de mi decaída novia.

Bastaron tanto un par de minutos para sentir su tranquila respiración y un leve ronquido. Giré y la vi dormir plácidamente.

Decidí tomar un pequeño paseo, llevaba todo el día de ayer encerrada junto con Jennie teniendo sexo.

Me vestí y salí hacia el exterior, veía a muchos compañeros empezar con los primeros trabajos del curso.

Y no era para menos, nuestra profesora de Defensa Contra Las Artes Oscuras era un verdadero dolor en el trasero.

Umbridge, loca obsesionada con los gatos, el rosa y el orden.

Más te vale no tener la corbata desacomodada o sufrirás las consecuencias, además, también he escuchado algo de suprimir el quidditch mixto.

Menuda perra.

Habíamos teniendo un encontronazo hace unos días.

Estaba en el pasillo disfrutando de una sesión de besos con Jennie, hasta que ella llegó y alegó que era una falta de educación para el centro.

Nos castigó con detención durante dos días, unos más para mí por referirme hacia ella con el seudónimo "perra desquiciada".

Desde entonces, evito mantener cualquier tipo de acercamiento con la profesora, no me gustaría volver a limpiar los chicles pegados en las mesas de la biblioteca.

-Al fin te veo -La voz de mi primo Harry detuvo mis pensamientos.

No me había percatado que me dirigía hacia la cabaña que estaba al lado del lago, también conocida como el picadero de Rosé y Jisoo.

-Oh, hola Harry -Saludé, sentándome a su lado en la enorme roca.

-¿Dónde demonios te habías metido? -Me recriminó- Te has perdido más de una charla sobre el tema que te comenté.

-Si, lo siento -Me disculpé- Jennie ha estado muy rara estos días, no ha querido separarse de mí.

-Tss -Chistó- Sabía que esa slytherin iba a causar problemas en nuestra misión.

-¿A qué te refieres?

-¿Le has dicho algo sobre nuestro plan? -Se levantó de un salto y quedó al frente mía.

-Más o menos -Llevó sus dedos al puente de su nariz -Solo le conté sobre lo que viste, nada más.

-Seguro que te ha metido en la cabeza que estoy paranoico, ¿verdad?

-A ver, no exactamente, sólo que deliras un poco.

-Esa perra...

-¡Oye! -Me levanté de igual forma -más te vale cuidar lo que dices sobre ella, es mi novia.

-Sí y te ha lavado el cerebro -Recriminó- ¿Es qué no te das cuenta? Es de la casa donde él pertenece... Están conectados.

-Es imposible, ella no haría nada para dañarme.

-Lisa, si quiere formar parte de esto, es importante que Jennie no sepa nada.... Tendrás que mantenerlo en secreto.

-Joder, es mi novia Harry... por supuesto que va a darse cuenta si miento.

-Pues no mientas -Agarró su mochila del suelo- Solo omite ciertas cosas.

-Mierda -Maldecí.

-Mañana vamos a hacer una jornada de puertas abiertas en Hogsmeade -Limpió el polvo acumulado en su túnica -Traeremos a varios alumnos de confianza para enseñarle nuestro plan, cuánto más fuerza reunamos mejor... sobre todo ahora que sabemos que no contamos con el apoyo de Hogwarts.

Harry también había tenido un mal comienzo con la nueva profesora.

-Rosé y Jisoo si pueden venir, ¿verdad? -Pregunté una vez que él estaba por marcharse, levantó su dedo en forma de okey y partió para organizar la quedada de mañana.

Volví a sentarme en la roca, sopesando en el lío que me había metido sin siquiera quererlo.

Como Jennie se entere que sigo metida en los rollos de Harry, me mata.

Demonios, jodida y ridícula vida.

¿Otro Potter? |JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora