3. Se conocen sin conocerse

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Mi mente divagaba, me sentía en un sueño sin final cada que comenzaba un dibujo nuevo. Solía dibujar en cualquier cosa; cuadernos, servilletas, cualquier cosa en la que mi lápiz quedase marcado. Me encontraba sentada en uno de los taburetes de la encimera junto a la cocina de mi casa, dibujando como de costumbre. Me sentía frustrada, enojada. Sabía que no volvería a ver ese dibujo al menos que lo volviese a ver a él, a ese chico delincuente que, para ser honesta, de delincuente no tenía nada.

Había pasado una semana después de aquel asalto en la tienda, y no dejaba de cuestionarme el porqué no se había gastado los billetes que llevaba dentro y había decidido quedarse con el dibujo de mi abuela. No era el mejor de mis dibujos, y eso podía comprobarlo porque tenía infinidad de ellos en mi habitación, era el sentimentalismo hacía ese dibujo en particular lo que hacía que me molestara el doble cada que lo recordaba.

—¿Y ese dibujo? —preguntó mi madre al verme tan concentrada en lo que estaba haciendo —Es lindo, ¿algún tema en específico?

Algo que heredé de mi madre, fue el amor al arte. Si bien no conocía del todo como ella, pero fue una de las principales personas quien me incitó a estudiar lo que ella no pudo hacer a mi edad. Siempre decía que las oportunidades suelen pasar una sola vez en la vida, y yo estaba aprovechando cada uno de los momentos que la vida me regalaba. Ella siempre ha sido amorosa, cariñosa, comprensiva, y siempre me ha apoyado en todas mis locuras. Más que una madre, es como una amiga, pero no mi mejor amiga, ya que si le contase lo que me había sucedido hace días, lo primero que ella hubiese hecho sería llamar a la policía.

—No le he puesto nombre —contesté sin despegar el lápiz.

Algo que siempre había hecho desde que comencé a dibujar, había sido ponerle un nombre a mis obras. Todas tenían un nombre, y mis favoritas eran: Mary; en honor a mi abuela, ésta era ella sentada sobre la arena frente al mar. Keziah; era una chica de mi imaginación, una guerrera futurista con demasiados colores llamativos. Y por último, el dibujo de un corazón humano, llamado así, corazón humano. Uno de mis favoritos, ya que éste me recordaba que siempre es bueno comenzar al inicio, ¿por qué? Bueno, el corazón es quien bombea la sangre a nuestro cuerpo, pero sobre todo, oxigena el cerebro, otra parte esencial de nuestro cuerpo, el cual necesito para pensar con coherencia cada uno de mis malos y buenos momentos.

—Deberías de hacerlo, es un lindo dibujo, ¿le pondrás color? —preguntó mi madre, tomando en sus manos la jarra con café.

—Probablemente... un color café y quizás... azul —contesté.

Sonreí.

Era sábado y yo seguía esperanzada a que Ely me llamara para saber que haríamos ese día por la noche. No siempre salimos juntos, eran mis amigos pero también ellos eran pareja y no siempre me parecía estar de entrometida. Sin embargo, la llamada nunca llegó. Sabía que saldrían quizás a algún lugar juntos, juntos y sin mi.

La tarde había pasado como un rayo de luz. Mi dibujo aún no estaba terminado, pero eso no impedía el entusiasmo y la inspiración que tenía por seguirlo detallando. Me encontraba acostada boca arriba en la cama de mi habitación, una habitación pequeña con un ventanal de cortinas coloridas, frente a un lienzo blanco y carboncillo, en realidad, mi habitación era colorida y adornada con lienzos enmarcados donde yacían mis dibujos. A veces sentía que mi vida era colorida, que todo lo que quisiera lo obtendría sin preocupación alguna. Que equivocada estaba. Era una joven que se entusiasmaba con su banda favorita coreando canciones que apenas si escuchaba el significado de aquellas palabras, encerrada en su mundo, en una habitación de cuatro paredes color celeste y azul oscuro.

Eran las siete de la tarde y mis padres habían decidido ir a cenar juntos, pasar una noche de sábado juntos y solos, como siempre solían hacerlo. Mi padre era maestro de física y mi madre de artes. Ambos se complementaban, o por lo menos eso era lo que yo creía, lo que mis ojos veían como prueba de que el amor existe. Antes no solían salir los sábados, y llevaban semanas repitiendo lo mismo, salir a cenar por la noche.

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⏰ Poslední aktualizace: Feb 16 ⏰

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