𝐂 𝐇 𝟏 ♧

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La música del lugar opacaba el morboso sonido que producía la Omega al lamer la gran extensión de aquel Alfa pelinegro. La saliva goteaba por su boca, y la garganta le vibraba por la terrible estocada tan profunda.

Sacó de su boca el miembro del alfa para lamerlo desde la punta, quería saborearlo todo, que aquél sabor se quedara grabado en su memoria.

El Alfa solo se limitaba en acariciar el sedoso cabello de aquella Omega castaña, para después sujetarlo en un puño.

Los toques de la puerta interrumpió el momento, la chica se separo de manera abrupta, Jungkook miró a la Omega que estaba de rodillas frente a él.

—Sigue—. ordenó a la Omega.

—Jeon, llamó tu padre—. habló del otro lado un beta, guardaespaldas de Jungkook. —Dice que está esperando por ti—.

El pelinegro rodo los ojos para responder.

—Estoy ocupado ahora—. respondió de forma cortante, sin prestarle atención al llamado, volteando a mirar a la omega la cual lo miraba con ojos llorosos por las repentinas arcadas.

El silencio invadió la habitación, solo se escuchaban aquellos sonidos obscenos que provocaba la Omega, para segundos después volver a oír la voz de aquel beta detrás de la puerta.

—Pero Jeon, tu padre está furioso, habló de un trato—.

Jungkook tomó del cabello a la Omega desconocida y la alejo, haciéndola caer a las baldosas de aquel lugar, se levantó y subió el zíper de sus pantalones, se acomodó la ropa, para finalmente salir de aquella pieza.

—Nos vemos otro día, cariño.— le guiñó el ojo a la chica.

Abrió la puerta del lugar para encontrarse con su guardaespaldas, y amigo, Jung hoseok.

—Vamos—.

Hoseok miró hacía la habitación encontrándose con una Omega jadeando en el suelo, miró a su Jefe y notó el bulto en los pantalones.

—No cambias, eh—.

Jeon solo se limito a sonreír y caminó para salir del lugar. Después de varios minutos ambos jóvenes se encontraban en el Mustang negro del Alfa.

—¿Qué dijo exactamente mi padre?—. preguntó el pelinegro mientras tomaba entre sus manos la cajetilla de cigarros que se encontraba en la bolsa de su saco, y encendía uno para llevarlo a sus labios, y exhalar el humo haciendo empañar el cristal de la ventana del auto.

—Que había hecho un trato, no lo se del todo, se notaba muy enojado, pero dejó muy en claro que sí seguías siendo un irresponsable te dejaría fuera de todos sus bienes.

Jungkook dio una calada al cigarrillo en sus labios.

—No me sorprende—. habló Jungkook tan tranquilo que sorprendió a Hoseok. —Él simplemente está buscando una excusa para darle todo a ese Omega—. dicho, mantuvo una mirada fija hacia el frente.

—Llegamos—. pronuncio el beta ignorando lo que había dicho Jungkook antes, pues nada conseguiría opinando.

—¿Quieres que pase por ti?— preguntó Hoseok

—No—. solo se dispuso a decir eso y salir del auto.

El alfa bajó del auto e ingresó inmediatamente al restaurante. Buscó el lugar donde su padre le había indicado y después de varios segundos, los encontró… Ambos estaban sentados, entablando una platica tranquila, mientras compartían, miradas y sonrisas. Su padre y aquel Omega del cual su padre siempre le había hablado.

Al acercarse a la mesa en donde ambas personas charlaban, pudo ver a su progenitor, vistiendo uno de esos trajes caros que siempre usaba en situaciones importantes, pudo percibir la esencia varonil de su colonia mezclada con el aroma a bosque, un olor amaderado, y a su acompañante.

Este desprendía un aura de paz y tranquilidad, quien miraba a su padre con esos ojos color miel, mientras le sonreía suave y hacia resaltar esos grandes labios color carmesí , cubiertos de una capa de luz, gracias al brillo labial que estaba usando, los rayos de sol colándose por aquel ventanal grande y cayendo en la figura de ese Omega, haciendo notar sus hermosos cabellos dorados, que caían y adornaban su frente.

Un verdadero ángel.

Su padre al notar su presencia, giro la vista hacia el seguida de un llamada para que se acercara y tomara asiento, el Omega pudo sentir la presencia del pelinegro ya que dio vuelta, dando un pestañeo haciendo bailar aquellas largas pestañas.

Sus miradas se encontraron.

Jeon se detuvo inmediatamente al sentir aquél olor a lavanda, tan familiar, que hizo a su alfa despertar para olfatear el lugar. Se acerco a la mesa donde se encontraba la pareja.

Él no sabía lo que significaba. Una corriente eléctrica corrió por todo su cuerpo, creando un deseo inminente por aquel Omega.

—Al fin llegas Jungkook, te estábamos esperando, hace media hora tenias que estar aquí. Ahora veo el poco interés que le tienes a tu padre—.

El joven alfa solo giro los ojos.

—Ya estoy aquí y eso es lo importante—.


El alfa mayor se levanto de su asiento ayudando al Omega de igual manera.

—Hijo, quiero que conozcas a Park Jimin, mi Omega—. Sonrió Namjoon, para segundos después atraer al rubio y abrazarlo por los hombros.

Jungkook sonrió filosamente.

—Un gusto—. dijo el joven Alfa, levantando la mano para poder entrelazarla con la de el Omega como un saludo. Jeon lo miraba fijamente, con las pupilas dilatadas y con una sonrisa en sus labios.

De igual forma, Jimin imito la acción, algo nervioso acerco la mano para poder sujetar la del contrario. Al tocarse una sensación indescriptible los invadió, haciendo que se miraran fijamente.

Las palabras quedaron atascadas en la garganta de el Omega, se sentía abrumado y sin fuerzas, las feromonas del alfa frente a él lo estaban volviendo loco y peor aún, sentía que lo estaba induciendo al celo.

—Soy Jeon Jungkook—. soltó el joven alfa haciendo un leve apretón.

La respiración de Jimin se cortó, su respiración se aceleró y sus feromona salieron con fuerza llenando todo el lugar. Su celo había llegado, había entrado en calor por el imponente alfa frente a el.

—¿Cariño, Estás bien?— preguntó preocupado Namjoon por su Omega, haciéndolo girar y mirar su rostro, sus mejillas en un color carmín, notando el repentino cambio de el color de sus ojos a un azul de mar, y la fragancia de sus feromonas, estaba por todos lados.

Namjoon, se acercó a su omega para cargarlo y sacarlo del lugar, pero grande fue su sorpresa que este le gruñó en respuesta.

La mirada se Jimin no se despegaba de Jungkook, percatandose del gran bulto en sus pantalones.

El quería ayudar a su alfa, sentía que pronto moriría si no lo tocaba.

Al notar todo lo que estaba ocurriendo, Jungkook se puso en alerta.

—Papá, me iré. Llegaré a casa después del celo de tu Omega—. avisó Jungkook.

Jeon salió de lugar contra la voluntad de su alfa, que se retorcía en su interior por querer ir a calmar a su omega que lo llamaba una y otra vez.

Al estar un poco lejos del lugar, pudo respirar tranquilamente.

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!(⌒ー⌒)!

Señor Jeon ♤ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora