Capitulo 20🦋

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Eda

- ¿Qué es lo que estudia? – pregunta después de tomar de su copa.

- Letras – contesto sin mirarlo a los ojos. No me gusta que la gente se muestre interesada en saber sobre mi vida, me genera desconfianza. Me dedico a trozar el pan que hay frente a mi plato. Por suerte, Martina nos trajo el pedido antes de lo esperado. Una de las ventajas de ser amiga de los dueños.

- ¿Y siempre se llevó mal con su hermana? – pregunta cambiando rotundamente de tema.

- No recuerdo un día en el que Miriam se haya comportado como una verdadera hermana... Entiendo que los hermanos tienen ese amor odio intenso, pero con Miriam es sólo odio. Como si le hubiera molestado que naciera – respondo haciendo un gesto con el hombro, como si no me importara mi relación con Miriam. Ella nunca me quiso y nunca me va a querer.

- ¿Por qué tiene ese tatuaje en la espalda? – pregunta serio pero sus ojos brillan curiosos y llenos de diversión. Me muerdo la uña mientras miro para todos lados sin poder fijar mi mirada en la suya. El espera expectante y curios, con ese brillo lleno de malicia en sus ojos - ¿Me va a contestar o ya le comieron la lengua los ratones? – pregunta intentando ocultar una sonrisa.

- Fue una apuesta – contesto pasando el dedo índice por el borde del vaso. Él me mira con una ceja levantada, dando a entender que quiere más detalles sobre el tema. Suspiro y me preparo para una de las tantas historias vergonzosas sobre mi vida, que la gente definitivamente no debería escuchar – Tenía 18 y había apostado con mi mejor amiga... - trago saliva cuando nombro a Luciana pero la borro de mi mente – Había un chico en la secundario que todo el mundo se quería tirar. Estábamos divididos en hombres y mujeres, sólo podíamos vernos cuando formábamos para ingresar a nuestras aulas. Fue en una de esas veces que con Luciana quedamos embobadas por el mismo y como no queríamos pelearnos por un chico, decidimos hacer una apuesta. La que no se lo podía tirar, se terminaba haciendo el tatuaje.

- Y su amiga ganó...

- En realidad no – respondo rascándome la nariz – La apuesta fue una excusa. Luciana estaba completamente enamorada de él y me di cuenta de eso justo después de tener sexo. Me sentí muy mal por ser una pésima amiga y no haberme dado cuenta antes. Entonces trate de que el chico se fijara en ella. Sólo tuvo sexo, como era de esperarse de un chico a esa edad y creyéndose todo un sex symbol. Pero Luciana siempre creyó que él se había fijado en ella y no en mí – contesto y me encojo de hombros.

- ¿Se hizo un tatuaje cuando ya sabía que iba a ganar la apuesta? – pregunta desconcertado. Asiento - ¿Por qué?

- Porque no puedo ver a mi mejor amiga sufrir. Si Luciana se hubiera enterado, quedaría devastada y conociéndola, obviamente entraría en ese estado de depresión que la deja completamente aislada de todo el mundo. Ella es dulce, alegre y muy sociable pero drásticamente, todo lo contrario cuando un chico le rompe el corazón.

- ¿Y el chico estaba enamorado de usted? – pregunta y comienzo a reírme.

- Ese chico lo único que quería era tener chicas atrás suyo, nada más. Así que preferí hacerme un tatuaje antes de ver a mi amiga llorar por un imbécil – comento riendo – Además, en esa etapa post engaño de Manuel y necesitaba algo nuevo, escandaloso y completamente distinto a mi rutina.

- ¿Suele ser espontánea?

- Me gusta lo espontaneo. Suelo ser o muy rutinaria o completamente espontánea, no tengo un término medio y por eso nadie se queda lo suficiente a mi lado. A los hombres les estresan mis cambios drásticos o tal vez los asusta. Pero también están relajados a mi lado porque estoy completamente obsesionada con la protección sexual. Nunca me olvido de tomar la píldora y siempre tengo una reserva de preservativos.

No te enamores de mi🦋Where stories live. Discover now