Especial

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Akemi

Trabajar en la empresa de los Uraraka ha sido una experiencia que no había vivido en otra parte ¡La gente era muy amable! Todos los trabajadores eran diversos, omegas, beta, alphas, pero todos tratados de la misma forma, eso me tenía más que contenta además de que mi recibimiento había sido bien aceptado por todos ellos. 

La oficina de Uraraka era bastante cómoda, además de que estaba implementada con paredes reforzadas y todo para evitar que mis feromonas se expongan si quiero resguardarme aquí, o viceversa que también feromonas del exterior entren. Lo único que no terminaba de entender, era aquel cinturón que ella me describió donde tenía la medicina tanto para alphas y omegas, era un desafío asistirlos en esos estados, pero ¡Haría mi mayor esfuerzo! 

Con confianza, me coloqué aquel cinturón y fui a dar una ronda, recordaba todo lo que me había dicho Uraraka así que lo implementaría como tal, estuve atenta a cualquier aroma que fuesen feromonas por épocas de celo no controladas, de vez en cuando veía al padre de ella cuando salía de su oficina, me saludaba siempre con una sonrisa. 

Supervisé la mayoría del lugar y todo se encontraba en orden según yo, tuve que firmar algunos documentos por la llegada de material y demás, más allá de eso había estado todo bien, así que me retiré a mi ahora oficina para rellenar algunos papeles. 

La tarde iba llegando, así como la salida de todos los trabajadores, tenía que quedarme un par de minutos después de que se fueran todos, así que solo esperaría en la oficina, ya no se había presentado ninguna emergencia, el día estaba completado. 

Me estiré en el sofá de mi oficina para esperar la hora de la salida, cerré mis ojos sintiendo todo a mi alrededor hasta que sentí un aroma nuevo para mí, no era amante del chocolate con la menta en la comida, pero el aroma que estaba sintiendo en este minuto era algo que despertaba todos mis sentidos, era delicioso sin duda. Me aventuré a seguirlo, había cada vez menos gente en la planta así que no me sería difícil encontrarlo, seguí mi instinto y cada vez se hacía más intenso, mi pulso se aceleraba, de verdad era algo nuevo para mí. Llegué hasta el baño de mujeres que ocupaban las chicas, de aquí era todo más intenso, incluso había llegado a pensar que alguna de ellas había tenido su celo adelantado o algo y no me di cuenta antes. Entré algo temerosa por encontrarme una escena o algo, pero solo vi a una chica que estaba sentada en el suelo respirando algo agitada, la había visto por el sector sur de la planta, pero no dio indicios de que su celo se acercara o algo. 

-¿Estás bien? 

Mi voz la alertó y miró en mi dirección, algo en mí se paralizó y también pude sentir como a ella le ocurrió lo mismo, ambas nos miramos por unos segundos cuando ella después empezó a desfallecer. 

-¡Oye! 

Rápidamente la tomé para que no se golpeara su rostro en el suelo, era muy bonito, no podía dejar que se estropeara, sus mejillas estaban más rojas y sudaba ligeramente, podía notar por su aroma que era una omega pura, y su ciclo de celo le estaba haciendo una pésima jugada. Con algo de esfuerzo la levanté para llevarla a mi oficina, allí tenía todos los medicamentos necesarios, podía auxiliarla antes de que pasara a mayores. 

En el lugar, la deposité en el sofá con cuidado, todavía no despertaba así que corrí por algunos inhibidores, con sumo cuidado le inyecté una carga, con su estado no era factible darle una pastilla, todavía ni despertaba entonces podría ser peligroso, la inyección debería funcionar. 

-Por favor, despierta. 

Susurré sentándome en el suelo a su lado, algo me hacía preocuparme en demasía por ella, su aroma no cambiaba y seguía engatusándome a como lo había sentido la primera vez. Esperé que el inhibidor hiciera su efecto correspondiente, cuando vi que empezó a despertar de a poco, me alegré. 

Lo que el destino quisoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon