𝐃𝐚𝐲 𝟒 | 𝐇𝐄 𝐍𝐄𝐕𝐄𝐑 𝐒𝐌𝐈𝐋𝐄𝐒

241 27 6
                                    

━━━━━━━━━━━━━━

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

━━━━━━━━━━━━━━

DÍA 4: SONRISA / COQUETEANDO

━━━━━━━━━━━━━━

— ¿Puedo sentarme? 

Margo, aún con la hamburguesa en las manos, se giró para encarar a la persona que le hablaba. Casi se atragantó al ver de quién se trataba: nadie más que Miles G. Morales, el Merodeador de la tierra 42. La más reciente adquisición del equipo arácnido liderado por Gwen.

Se apresuró a tragar su bocado y asintió con la cabeza. El joven entonces tomó asiento junto a ella y colocó su bandeja sobre la mesa, para despues darle las gracias en su típico tono seco. Spider-Byte se quejó en sus pensamientos "la primera vez que vengo presencialmente a este lugar y pasa esto. Qué maravilloso."

Margo no solía salir mucho de casa. Cuando ayudaba en la sociedad lo hacía a la distancia, en forma de avatar. Pero en esta ocasión, fue solo para probar en persona la comida que servían en la cafetería: las famosas "hamburguesas 2099". Esas mismas que tenían impresa la cara de su jefe, el gruñón Miguel O'hara. No estaba en sus planes encontrarse con la versión alterna del guapo Miles Morales, y mucho menos a la hora del almuerzo. 

Kess miró, con algo de culpa, su propia bandeja, con una ración doble de comida. Luego, se percató de lo poco que se había arreglado esa mañana, algo que la hizo sentir peor.

Era raro, nunca le daba importancia a lo que decían los demás de ella, ¿por qué ahora se preocupaba por darle una buena impresión a un chico que apenas conocía? 

"¡Odio que sea tan lindo! Qué difícil es esto de tener un crush".

— ¿Disculpa? — Dijo Miles. Margo arrugó el entrecejo y alzó la cabeza para verlo. Un segundo después captó la idea y su rostro pareció perder el color.

— ¿Eso lo dije o lo pensé? — Le preguntó, avergonzada.  

— Escuché que hablabas, pero no entendí nada. ¿Me decías algo? — Inquirió, y la observó con esa fría mirada que ponía a Margo cada vez más nerviosa.

— Para nada — Se esforzó en contestar y sonar casual —. Solo... estaba diciendo que estas hamburguesas son muy ricas, ¡sí, eso!

— Supongo que tienes razón — Miles se encogió de hombros y le dio un sorbo a su gaseosa. Margo suspiró aliviada por lo bajo y se dispuso a comer nuevamente —. Aunque las que venden en mi dimensión son mejores. 

Esto, sin duda, le vino un poco de sorpresa. No esperaba que Miles continuara con la conversación, ya que daba la impresión de ser una persona impasible y poco sociable. Pero bueno, no lo dejaría aguardando una respuesta. 

— ¿En serio? — Soltó ella, en cuanto terminó de masticar sus papas. El contrario asintió —. Tal vez sea verdad, pero no creo que tus hamburguesas sean ni la mitad de buenas que éstas. 

— ¿Cómo estás tan segura? — Le cuestionó. 

— Porque no tienen la cara de Miguel en ellas — Dijo y luego se echo a reír. Repentinamente, oyó que otra risa se sumó a la suya. Una menos estridente y más suave.

Era Miles. 

— Espera, ¿Acaso te estás riendo? — Expresó Margo sin pensar, aún mirándolo con incredulidad. 

— Eh, sí... ¿Qué tiene?

— ¡Nada! Es solo que es un poco extraño verte así. Siempre estás tan serio... no sé, pensé que no reías o sonreías nunca — Explicó, cada vez más apenada por sus propias palabras. Contrario a lo que pensaba, Morales no pareció tomarse a mal nada de lo que decía.

— Sí lo hago — Se limitó a responder, aunque ya sin ese tono indiferente en su voz.

— Entonces, deberías hacerlo más seguido — Sugirió la morena y esbozó una sonrisa. Para más desconcierto de ella, él imitó su acción. 

"Santo Cielo, ¿Cómo puede verse incluso más lindo que antes?" pensó.

— Bueno, tú podrías ayu-

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Miguel interrumpió a Miles y se paró enfrente de ambos, con los brazos cruzados —. Ninguna persona ajena a la sociedad tiene permitido entrar a este lugar. ¿Y qué se supone que están comiendo?

— Son las hamburguesas 2099, ¿no te gustan? Yo misma las distribuí — La pequeña mujer holograma apareció, sentada sobre el hombro de Miguel. Margo dejó su almuerzo en la bandeja y reprimió una risa.

— No tengo tiempo para lidiar contigo, Lyla — O'Hara se llevó una mano a la sien y luego miró al chico de la tierra 42 —. ¿Y tú? Explícate.

 — El Spiderman 1610 me trajo aquí e incluso me dio uno de esos brazaletes que traen puestos. Dijo que no había problema si quería volver y ayudarlos con misiones — Declaró el de trenzas, con simpleza.

— Ah, ahora veo porqué ese tonto me pidió que construyera otro — Murmuró Kess, aunque no lo suficientemente bajo.

— Así que tú lo contruiste — Le reprochó O'Hara, Margo desvió la mirada —. Ya hablaré contigo después. Solo me interesa encontrar a Miles Morales. ¿Alguno de ustedes sabe dónde está?

Justo en ese momento, un estruendoso sonido los hizo girar la cabeza. Un segundo después, vieron a un enorme rinoceronte rojizo correr por los pasillos a una velocidad increíble, con Miles, Hobie y Peni montados en su lomo. El animal embestía sin remordimientos al spiderman que se cruzara en su camino y no se cansaba de gritar, con una estridente voz femenina, que su nombre era Nimona, una y otra vez. 

— Ay, no puede ser. ¡¿Ahora en qué dimensión se metieron?! — Exclamó Miguel con rabia y exasperación. Ignorando las burlas de Spider-Byte y de su propia asistente virtual, fue directo a perseguir a los chicos a toda velocidad.

— Creo que mejor me iré, antes de que a tu jefe le dé un ataque al corazón — Dijo el Merodeador, Margo rio y se cruzó de brazos. 

— ¿Ahora me dirás que también sabes hacer bromas? ¡Basta!, creo que han sido bastantes sorpresas en un día. 

— Puedo ver porqué.

— No le hagas caso a Miguel, solo asegúrate de que no te vea la próxima vez. Volverse paranoico es su verdadero superpoder — Miles sonrió ante su chiste, y ella le dio un golpecito en el hombro —. Y al parecer, mi habilidad es hacer reír al chico que aparentemente nunca sonríe.

— Quizás deberías hacerlo más seguido — Le repitió sus palabras. Margo se sorprendió un poco, pero luego sus labios se curvaron nuevamente y un leve color carmín apareció en sus mejillas. 

— Entonces, lo haré.  

Dicho esto, ambos se despidieron, con la seguridad de que se verían cualquier otro día. Aunque era cierto que Miles no solía ser tan abierto, tuvo que hacer una excepción con la chica que le gustaba.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jul 30, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

𝙇𝙄𝙉𝙆 𝙐𝙋 | 𝖯𝖱𝖮𝖶𝖫𝖤𝖱𝖡𝖸𝖳𝖤 𝖶𝖤𝖤𝖪 2023Where stories live. Discover now