-Capitulo 2-

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Capitulo 2. Entrenamiento

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—Silencio reclutas— gritó el suboficial Mao en la sala. Las 10 chicas que había en la sala se quedaron en silencio. La sala tenía varias camas en dos filas, y un pequeño baúl delante. Así que así es estar en la guerra eh— A partir de hoy ella se unirá a vosotros. Tomen sus cosas y en 5 minutos las quiero abajo para entrenar

Solaria se adentró en la sala, sintiendo la mirada de todas chicas sobre ella. Ni siquiera aquí me libro de las miradas, joi. Abrió el baúl y dejó su maleta y los uniformes de repuesto que le daron. Se vistió rápido y bajó a donde indicó el suboficial. Nada más llegar a la base me asignaron un número, me dieron una breve descripción del lugar y me trajeron al cuartel de las mujeres.

Así serán mis días ahora, hasta que consiga ir al campo de batalla y morir. Mi prioridad para no quedar como débil y estúpida es manejar mis poderes. Activarlos no fué difícil, lo complicado fué controlar el ataque. Tal vez usando mis conocimientos sobre anime y buscando en los libros pueda aprender a controlar mis poderes. No creo que haya alguien más capaz de ayudarme.

Los reclutas llegaron poco a poco. Todas las personas que había allí eran mayores que yo. Los más jóvenes eran de 20 o así. Claro, la edad mínima legal en este mundo es 20 años, solo que yo soy la excepción. Espero que no me cueste hacer amigos por ello. Se colocaron en filas perfectamente alineadas. Solaria estaba al final, debido a que era el recluta N° 60.

—Bien reclutas. Ya saben que el tiempo apremia, me quedan dos semanas para enseñarles todo antes de enviarlos al campo. Así que espero que den su mejor esfuerzo hoy también— dijo el suboficial Mao— Bien, 15 vueltas al campo y después haremos el circuito que preparé

Él tocó el silbato. Los reclutas se pusieron en marcha. Algunos realmente se notaba que estaban por obligación, otros, por vocación y patriotismo. Solaria, a pesar de salir de las últimas, consiguió adelantar a varios y acabar de las primeras en dar las 15 vueltas. Vaya, y ni siquiera sudé un pelo, las habilidades físicas mejoradas son la leche.

Tras completar todos los reclutas las vueltas, pasaron al circuito de obstáculos. Obligaron a los reclutas a repetir el circuito varias veces y antes de darme cuenta, era de noche. Solaria se dirigió al comedor, hambrienta, tomó una bandeja y esperó que le sirvieran la comida. La ración no era demasiado grande, pero más que la que comía en el orfanato. Se dirigió a una mesa vacía, se sentó y comenzó a comer.

Esta comida me sabe a cielo. Enfrente de Solaria se sentó un chico pelirrojo con un pendiente de cruz en la oreja derecha

—¿Puedo sentarme?— dijo el chico

—Claro que sí— dijo Solaria

—Soy Lou Mizuhashi— dijo el chico y le extendió la mano

—Solaria Fukuda, mucho gusto— dijo Solaria y se la estrechó

—Eres nueva, ¿verdad?— dijo Lou

—Si, recién llegué hoy. ¿Tu llevas aquí mucho tiempo? — dijo Solaria

—Una semana, igual que todos... Somos la única unidad de vampiros— dijo Lou

—Si, eso me comentaron— dijo Solaria

—Cogiste una buena mesa, eres genial Lou— dijo un chico moreno con un tatuaje de lirio rojo en el cuello. Despeinó un poco a Lou y este se rió— Ara, ¿ya te hiciste amigo de la nueva?

—Eres la chica que corría rápido— dijo un chico castaño con gafas, venía detrás del moreno

—Valla mierda de ración, esto no me llega ni al estómago. No sé cómo esperan que pelee sin comer— dijo otro chico moreno. Los tres se sentaron

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