Vampiros De Guerra

-Capitulo 11-

Capitulo 11. Instintos vampiro

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Sede de Estrategias de Nerathis
5 de Julio

—La primera misión llevada a cabo por el batallón vampiro número 13, el primero con armas especializadas, ha sido todo un éxito. La Teniente 1° Fukuda y los Tenientes 2° Nakano, Mizuhazhi, Yamoto y Yuo liberaron en tan sólo dos días las ciudades de Norden y Lorel sin causar más bajas civiles— dijo Raiden mientras mostraba algunas fotos del lugar. Se acercó a la radio y reprodujo el mensaje de Solaria— “Operadora, aquí Angel 01. Confirmo que el Batallón Vampiro Número 13 consiguió liberal con éxito Norden y Lorel. El país está a salvo”

El resto de hombres estaban sorprendidos por lo que habían logrado en tan poco tiempo

—Increíble. Son realmente eficaces— dijo el General Platón

—Sus ideas son realmente magníficas General Ledge— dijo Fischer

—Gracias General Fischer— dijo Raiden

—¿Donde se encuentra actualmente el Batallón?— preguntó el General Santos

—Dada la grave situación en esa zona. Les hemos ordenado reestablecer la frontera y la zona de guerra. Pasarán un tiempo indefinido hasta que todo vuelva a la normalidad— dijo Nicolás— En caso de necesitarlos urgentemente en otro frente, les retiraremos de ahí

***

Pocas horas después de la liberación de Lorel, los equipos de apoyo llegaron. Así como un par de pelotones de 50 soldados que se encargarían de restablecer y defender la zona de guerra. Nuestras órdenes indicaban permanecer allí y defender el lugar también.

Es la primera vez que paso tanto tiempo en el frente. Pero no me sorprende, tarde o temprano acabaría aquí. No todo es como hace 4 meses, no soy un Teniente sin equipo y no estamos en un momento en el que con tan sólo con ganar en un frente se relajó todo y me permitió irme a estudiar. Ahora invadieron el territorio y todos los frentes están peleando en sus límites, y yo tengo un equipo jodidamente fuerte. Esta claro que no nos iremos del frente en mucho tiempo.

Los chicos parecen que están acostumbrados a vivir así. Claro, ellos pasaron largos periodos de tiempo en el frente como soldados rasos. A diferencia de mi, y creo que nunca me acostúmbraré

—Este café está horrible— se quejó Solaria mientras tomaba un poco de café en una taza de metal antes de su ronda nocturna de vigilancia.

Estaba sentada en la zona del comedor. Un lugar con mesas y bancas de madera, más pequeñas que las del entrenamiento y el orfanato. Pero en contraposición, allí no había paredes y el techo era una tienda de campaña.

La comida es lo que peor llevo, todo sabe horrible. Ni siquiera el café está bueno. No es muy complicado hacerlo como para que lo hagan mal. Estar en el campo implica dormir en tiendas de campaña y en camas muy poco cómodas, comer comida enlatada, y ya ni hablemos de la higiene personal. Con suerte, me ducho cada 4 días.

—Jefa, jefa, mire lo que nos hicimos— dijo Arthur mientras corría hacia Solaria. Los otros tres venían detrás, caminando con tranquilidad. Arthur señaló su oreja derecha. Se la había perforado y ahora tenía un pendiente con forma de cruz. Los otros tres también tenían uno igual y en la misma oreja

—¿Se hicieron el mismo pendiente?¿Y eso?— dijo Solaria

—Siempre quisimos tener algo en común los cuatro y al fin lo hemos echo— dijo Arthur