Vampiros De Guerra

Epílogo

Epílogo. Vampiros de Guerra

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—¿Nieve?— dijo Solaria confusa mientras miraba por la ventana del bar. Estaba ayudando a Fátima ese día.

—Yuju, ¡Nieve!— gritó Arthur mientras corría escaleras abajo hacia la calle. Salió dando saltos de alegría mientras los copos caían. Solaria salió tras él

—Le encanta la nieve. En el pueblo nieva algunos inviernos y se pasa las navidades jugando con ella— dijo Vlad mientras se situaba al lado de Solaria.

—Que bien, cuando nos quedamos en la capital pensé que no jugaría con la nieve este año— dijo Arthur emocionado mientras trataba de atraparla. Se veía adorable.

—Increíble, es la primera vez que nieva en la capital— dijo Natsuo mientras miraba la calle desde detrás de Solaria. Sacó su mano y atrapó un copo

—Está fría... Pero, es agradable— dijo Natsuo

—Ven hermanito Natsuo, vamos a construir un muñeco— dijo Arthur

—Aún hay poca nieve Arthur, y debéis abrigaros bien sino, enfermareis— dijo Solaria

—Tienes razón. Saldremos cuando haya más— dijo Arthur

Fué cuestión de pocas horas que la nieve cubriera de blanco la capital. Se veía hermosa pintada de blanco, con las luces de las casas solo alumbrando. En mi vida anterior vivía en una zona donde no nevaba en invierno. No tenía la oportunidad de sentarme a verla caer con calma, ni sacar la mano afuera y tocarla. Me alegra haberlo podido hacer. En la tarde cesó. Arthur y Natsuo salieron afuera, abrigados y se pusieron a jugar con la nieve. Solaria y Vlad estaban en la posada, sentados al lado de la chimenea, ella leía un libro y él permanecía echado sobre sus piernas, con los ojos cerrados. Estaban solos, ese día la taberna no había abierto y Fátima y Kuon estaban en su casa.

Vlad y Solaria comenzaron a oír voces afuera, más de las que hacían Natsuo y Arthur. Salieron rápido a ver que pasaba

—¡Lo siento Generalísimo!— exclamó Arthur. Nicolás se estaba limpiando la nieve de la cara con un pañuelo. Venía junto a Raiden. Arthur lanzó una bola, él justo giró la esquina y le dió en el rostro.

—No pasa nada, sé que fue un accidente— dijo Nicolás

—¿Nicolás?¿Raiden?— dijo Solaria algo confusa

—Oh, Solaria. Cuanto tiempo... Feliz año nuevo— dijo Nicolás

—Si, igualmente. ¿Qué les trae aquí? — dijo Solaria

—Teníamos que comentarte un asunto importante. Pero la línea quedó cortada por la nieve, así que decidimos venir en persona— dijo Raiden

—Entiendo. No hay problema, no estaba ocupada. Entren, porfavor— dijo Solaria. Los tres pasaron a la taberna. Ambos hombres se acercaron al fuego— Deben traer frío, ¿quieren algo caliente para tomar?. ¿Chocolate, café?

—No te preocupes, vamos a ser breves— dijo Raiden. Solaria tomó asiento también

—Hace más o menos un mes empezó a correr el rumor de que Atlia entraría a la guerra— dijo Nicolás

—No puedes ser. Si eso ocurre, se volverá una guerra mundial— dijo Solaria sorprendida. No, todo menos eso. Atlia es un país poderoso, hará muy difícil acabar con la estúpida guerra y mi vida feliz y tranquila quedará aún más lejos.