Capítulo 11 parte 2

15 2 1
                                    

Me despierto con un fuerte dolor en el lado derecho de la cabeza, me toco y veo que tengo un poquito de sangre en mi mano, no se donde estoy, solo se que estoy atada en una silla, en lo que parece un gran almacén abandonado. Intento comunicarme mentalmente con Amy, pero no puedo, debo de estar muy lejos.

Empiezo a desatar la cuerda, pero no lo consigo, está demasiado fuerte, lo intento con todas mis fuerzas hasta que muevo la silla cayendo de lado con ella dándome un golpe en la cabeza y perdiendo el conocimiento.

Estando en el suelo noto como caen gotas de agua en mi mejilla, abro los ojos, recuerdo que estoy en el almacén secuestrada, intento moverme para levantarme y lo consigo, he roto la cuerda, bien!! Miro a todos lados para ubicar la salida y cuando por fin la veo salgo corriendo hacia ella para escapar de aquel lugar, pero aparece una sombra y con ella una mano que me agarra del pelo. Me arrastra por todo el almacén hasta llegar donde está la silla, la coloca bien y me ata otra vez en ella.

—Donde te crees que vas? -Dice la profesora Collins, mejor dicho la profesora diabólica, por la cara perversa que pone.

—ha! Suéltame por favor.- le ruego para poder marcharme de ese horrible lugar.

—Eso no va a pasar, me han mandado para matarte, la verdad, no pareces tan poderosa como para matar a mi jefe y salvar el mundo.- dice mientras toca mi mejilla. Yo recordando lo que me dijo Kayla que nunca demuestre mis emociones, dejo de lamentarme y aparto la cara de su mano.

—No me toques!!

—Anda! Resulta que la niña ha salido peleona.- dice con esa voz que me da repelús.

—Si, pero porque no me matas ya! - digo con voz sería y muy segura, aunque en el fondo estoy aterrada.

—tranquila niña, todo a su tiempo, no me gusta las cosas rápidas, prefiero jugar primero un poco con la comida.— dice sacando los colmillos. Intento desatarme mientras sigo hablando para distraerla.

—Pierdes el tiempo, si Cameron me quiere muerta es por algo, puedo mataros a todos!!!— digo muy segura para ganar algo de tiempo, aunque ahora mismo no es verdad, no controlo mi poder.

— Te lo vuelvo a repetir, te veo muy poca cosa para que puedas acabar con todos nosotros, somos miles de criaturas.— dice con una risa diabólica. Siento que estoy a punto de soltarme.

—Si, pero las apariencias engañan y yo soy la elegida para salvar este mundo de seres repugnantes como tú.—le digo dándome cuenta del error que había cometido en insultarla. Una vez ya desatada, me levanto y le tiro la cuerda en la cara, como si eso la pudiera retener? No sabia que mas hacer y estaba desesperada por salir de allí, salgo corriendo con todas mis fuerzas, pero es inútil, sin haber corrido ni un metro, me vuelve a coger.

—De verdad eres bastante tonta, crees que no sabia lo que ibas a intentar, tengo mas de mil años, nadie me puede engañar.— dice poniéndome de cara a ella y separándome el pelo del cuello.

— Y ahora si que me voy a saciar por fin, tienes muy buen olor.—dice antes de acercarse a mi cuello y hincarme los colmillos en el. Siento un dolor intenso e inimaginable y empiezo a gritar de dolor, cuando pienso que este es mi final y que no volveré a ver a mis seres queridos, oigo un ruido al fondo del almacén.

—he, tú!—oigo que dicen a lo lejos. La escalofriante vampiresa deja de morderme, se da la vuelta y va a toda velocidad hacia donde esta la desconocida.

Me tapo la herida que me ha dejado en el cuello con la mano, espero no desangrarme antes de que me puedan curar. Mientras veo como luchan, intento salir de allí, pero como voy herida, no puedo correr y voy muy lenta, Collins me ve y me tira al suelo, para que no huya, me coge del cuello.

—No puedes huir, este es tu fin.—dice Collins levantando me del suelo, poco a poco siento que me quedo sin aire y cuando de verdad pienso que no voy a salir de esta, noto como me suelta, cayendo al suelo y tosiendo intentando que mis pulmones vuelvan a coger oxigeno, miro hacia arriba y veo a la vampiro que se vuelve ceniza, quedando solo la estaca que la ha atravesado por el corazón y la portadora de dicha arma.

No se quien será, pero doy gracias a dios, porque si no, ahora mismo, estaría muerta…

Rubí, La Elegida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora