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A la mañana siguiente la señora Jun encontró a los dos jóvenes durmiendo en la misma cama, Hoseok tenia apretado a Yoongi con sus brazos y piernas mientras que Yoongi tenia una mano suya en los cabellos del castaño. Como si hubiese dormido acariciándole.

La señora Jun sonrió conmocionada, miró el reloj.

Las ocho y treinta, y en toda la noche había estado atenta a que Yoongi despertará con algún ataque de ansiedad o crisis, pero al parecer había dormido como nunca desde hace mucho tiempo.

Pero tenía que despertarlos.

Salió del cuarto y tocó la puerta.

-Chicos! YOONGI ES HORA DE DESAYUNAR! _gritó.

Hoseok fue el primero en levantarse, y conforme abría más los ojos se sonrojaba.

Había estado abrazandoba Yoongi!

Se quedó quieto cuando sintió una mano en sus  cabellos, vio a Yoongi dormido.

El día anterior también había notado que el chico pálido era muy hermoso, como un ángel. Se quedó mirándolo un poco más y cuando este empezó a abrir los ojos se alejó de golpe.

-Imbecil! Me asustaste de nuevo!_ se quejó el pelinegro.

-No me llamó imbecil, Yoongi!

-Entonces no hagas eso!.

-lo siento, ya no lo hare.

Hoseok se acercó a Yoongi para colocar su mano en el pecho del otro y sintió como su corazón latía acelerado.

-Lo siento, en serio ya no lo haré.

Yoongi nuevamente se sonrojó.

-No es tu culpa, esta bien.

-Chicos!!!_ escucharon tras la puerta.

-Vayamos a desayunar_ le dijo Yoongi.

Hoseok miró la hora y saltó de la cama sin sorprender a Yoongi._-Debo ir a casa, tengo trabajo que hacer!!_ agarró su pequeño bolso y salió cabalgando la ventana_- Volveré Yoongi!

El pelinegro lo vio irse y sonrió, ese chico le robaba sonrisas, pero al acordarse de la noche anterior dejó de hacerlo.

No puede dejar que Hoseok se qued e a su lado.

Al salir a desayunar su tía le esperaba nuevamente con tres plato en la mesa.

-Hoseok tuvo que irse por su trabajo_ explicó, la mayor perdió su gran sonrisa.

-Es una lástima.

-No lo es.

-como pasaron la noche?_ preguntó esta vez la mujer viendole sonriente y emocionada.

-Nadie le invitó pero lo hizo el sólito cuando cruzó por mi ventana sin permiso.

-Vamos Yoongi, se que te agrada.

-No me agrada, no quiero que vuelva a entrar aquí, cerraré mi ventana.

Su tia se vio apenada por ello.

-Es lo tú quieres Yoongi?

-Si.

Ella no volvió a insistir en el tema y dejó que simplemente las cosas pasarán a su manera.

La señora Jun trabajaba de diseñadora de ropa y esta vez necesitaba ir al pueblo solo por un par de horas, se fue después del almuerzo confiando en que Yoongi le llamaría si ocurriese cualquier cosa.

Yoongibse dedicó a Dormir, siempre tenia sueño y casi nunca quería despertar y levantarse.

Hasta que escuchó unos golpesitos en su ventana que estaba cerrada.

-No hay nadie_ murmuró.

-Yoongi soy yo!_ gritó el chico al otro lado.

-que no hay nadie!

Dejó de escuchar los golpesitos y eso hizo que abriera los ojos.

-Hoseok?

Se levantó de la cama y se acercó a la ventana la abrió de a poco y vio como el castaño se marchaba a pasos desganados.

Se quedó mirándolo, hasta que se perdió en el camino.

Se sintió muy mal después de eso, pero era lo mejor.

No estaba de buen humor cuando su tía llegó, solo cenó y se fue a dormir como las anteriores noches.

Esta vez soñó que su madre lo perdía entre la multitud y que el estaba gritando su nombre, y se quedó entre altas sombras que oscurecian su camino.

Despertó otra vez agitado y rápidamente agarró su vaso con agua y pastillas, nuevamente su cabeza dolía. Agarró su cabello queriendo arrancarselos, pero se detuvo allí, sentado en la cama mientras lloraba del dolor.

Yoongi decidió intentar dormir sentado porque echado la cabeza le dolía más, en su primer intento volvió a despertar y vio que aún era de madrugada, intentó dormir de nuevo y volvió a despertar del dolor. Se durmió y se despertó varias veces y fueron tantas que llegó a pensar que se trataba del fin del mundo.

Tal vez no amanecía porque el fin del mundo era ese día, era demasiado extraño que no hubiera ni siquiera un rayo de luz el cielo estaba oscuro, las estrellas no se iban y eso empezaba a asustarle.

Tal vez no era tan mala la idea de que el mundo se acabará ahora y le quitara ese dolor.

Por última vez intentó dormir.

Y al despertar aún era noche, tenía miedo de esa oscuridad tan parecida al de su sueño, su cuerpo estaba ardiendo en calor, tenía fiebre, quería llamar a su tía pero ya no sentía que tenia voz

Entonces vio como aparecian colores en el cielo, estaba amaneciendo!

-Yoongi!?_ gritó alguien tras la ventana.

-Hoseok...

-Se que no quieres verme ni nada, pero vine porque quería darte un desayuno que preparé y ...

-Hoseok...

-Yoongi!?

El castaño metió la cabeza tras la ventana y al ver a un pálido muy delicado no le importó entrar sin su permiso.

Corrió a él y agarró el vaso de agua de inmediato y le levantó para que bebiera.

-Estas ardiendo!_ dijo asustado.

-No me siento bien, Hoseok...

El castaño quiso levantarse a buscar a la mayor pero el pelinegro se aferraba a él.

-No me dejes_ le pidió con lágrimas.

-No lo haré, lo prometo, volveré.

Salió corriendo y llamó a la mayor con desesperación. Cuando volvieron al cuarto Yoongi se había desmayado.

Hoseok acompañó a la señora Jun al Hospital del pueblo y no le importaba si le retaban o si le castigaban. Nunca había decansado y ahora tenia su derecho a quedarse ahí con Yoongi, su nuevo amigo.





SEMPITERNO ( Yoonseok)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant