Cap. 24 - Ruborizada

16 2 1
                                    

Después de mi último examen del trimestre fui hacia mi siguiente clase, que era con Carlos. Lo que me falta, soportarle...

En el pasillo me encuentro con Clara que me sacude con una sonrisa sorprendiéndome.

-¿Qué pasa? -digo entre sacudidas

-Ay Dios, Ay Dios, ¿sabes que hoy Carlos me ha hablado? -grita como loca.

-Oh... -¿habéis escuchado eso? si, es mi corazoncito rompiéndose un poquito. ¿Por qué deje que ese idiota me gustará? fingo mi mejor sonrisa- ¡que bien! ¡no me dejes con la intriga! ¿qué dijo?

-Me dijo hola con una de esas medias sonrisas que te derriten, me preguntó qué tal y ¡¡¡cuando se despidió me guiño un ojo!!!

-¡¡¡que genial!!! -nos abrazamos y le pongo una cara pícara- pues entonces eso es una señal buena...

Ella se tapa la cara con las manos emocionada, si, yo soy una chica pero jamás entenderé por qué algunas se ponen así solo cuando un chico las saluda... Aunque es muy divertido.

Me despido de ella y entonces un brazo me sujeta los hombros repentinamente. Ya sé quién es.

-Bruno... -me giro con una sonrisa para ver su cara burlona.

Su cara cambia y se vuelve a una de preocupación mientras me sujeta la cara con una mano

-¿Estás bien? ¡Menudas ojeras! -me pregunta y yo le apartó la mano.

-Estoy bien, solo no dormí bien... eso es todo. Adiós, Bruno.

Digo para evitar hablar con él de mis problemas sintiéndome muy avergonzada. Entro en clase y me pongo al lado de Carlos cómo de costumbre.

El me mira con su típica sonrisa aunque de repente se acerca y me acaricia la cara, Eso me pone muy nerviosa.

-¿Estás bien...?

-Si, ¡joder!, dejadme de preguntar -exploto sin querer y Carlos se sobresalta un poco- perdón...

-No te preocupes -me sonríe y vuelve a sentarse.

Durante la clase Carlos no dejaba de mirarme, apartaba la mirada y volvía a mirarme. Yo lo miro algo confundida pero vuelvo a prestar atención a la clase.

Él al pasar un rato vuelve a mirar, pero esta vez no me miraba al rostro sino a mi blusa blanca para ver si me molestará y le hablará, yo le mire de reojo pero me decidi no hacerle mucho caso.

-¿Enserio vas a ignorar cada una de mis miradas? - me susurra.

-Sip, es una clase importante la de hoy - susurro también apuntando en el cuaderno los apuntes de la profesora.

De repente acerco mi silla a la suya para estar pegados y me dio una sonrisa burlona y le miro con algo de molestia.

-Vamos, no seas tan amargada, tenemos un diez asegurado en esta clase -susurro y me aparto a un lado el cuaderno.

-Deja de ser tan molesto. -le susurro.

-Nunca. Te voy a molestar hasta que sonrías... o te enfades -me da una media sonrisa.

-Pues espera sentado -aseguro con confianza y me cruzo de brazos mirando hacia la profesora.

Carlos solo sonrío y también miro hacia la profesora, pensé que ya lo había convencido de dejarme en paz pero supongo que se lo tomó como un auténtico reto. Me puso una mano en la cintura, pego nuestras piernas y me dio un beso en la mejilla.

Sorprendida note como mis mejillas se calentaban en señal a que me había ruborizado al notar ese afecto tan repentino. (Si os digo la verdad soy bastante fácil de poner nerviosa o enfadar).

Al notar esto Carlos simplemente se rió entre dientes y paso sus labios de mi mejilla a mi oído donde me susurro "creo que te estás poniendo nerviosa" y me dio un beso en la oreja con suavidad.

Rápidamente hundí mi cabeza en la mesa junto con mis brazos y le doy una patada mientras él se ríe.

-Te odio -digo con molestia y vergüenza al mismo tiempo.

-Yo también te odio -dijo tranquilamemte, feliz de la reacción que ha ejercido su molestia.

¿Hacemos el trabajo juntos?Where stories live. Discover now