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Thomas le había puesto trabajas a la misma Erika, ella creyó que solo decirle sobre su embarazo el reaccionaria de una manera tranquila, no habían acordado nada y lo que paso entre ellos solo fue algo que ambos quisieron.

Con el pasar de los días ella logro salir de esa oscuridad y cuando los mareos y el cansancio le paso factura, la noticia de su embarazo no sabía cómo reaccionar, porque nunca pensó que Thomas Davis seria el padre de su hija y seria el quien la haría madre.

Ella siempre creyó que formaría una familia con Leo, el hombre con el que se casó y que amaba, porque ahora solo quedaban cenizas y estaba segura que no volvieran a encender la chispa el hizo mucho daño y eso no se olvida solo así.

—Está embarazada señora Blackwood.

—¿Está seguro de eso?

—Los resultados son positivos—ella necesitaba respirar, estaba embarazada, de algo que para ella era una venganza estaba creciendo un ser en su interior, un hijo de Thomas el hombre que la ayudo a salir de esa casa.

Una sonrisa se formó en ella tocándose el vientre plano, tenía motivos para seguir adelante, no estaría sola.

Ahora solo miraba la espalda de Thomas dando órdenes a los de servicio no tenía ganas de quedarse en esta casa tan grande, además el parecía no escucharla. Cruzo los brazos y el solo la miraba de reojo.

Cuando quedaron solo ella lo enfrento.

—No puedes hacerme eso, no voy entrar a otra jaula cuando Salí de una. —Thomas levanto el entrecejo.

—Solo quiero que mi hija esta cómoda Erika, solo eso. —ella sabía que él estaba aún molesto.

—¿Me quieres castigar?

—Porque piensa eso Erika, solo dices que te iras a otra ciudad tengo que tomar un vuelo para ver a mi hija cuando nazca, lo dices de una manera fría, me alegro que superaras lo que pasaste, pero yo no soy Leo—ella abrió los labios—Porque eso me das entender, no lo soy.

—Pero quieres tenerme aquí.

—Solo quiero tener a la madre de mi hija, ya me quedo claro que no quieres nada conmigo, bien lo comprendo no soy el hombre ideal para ti.

—Nunca quise decir eso, solo que las cosas entre nosotros no fueron las correctas.

—Y si hubieran sido correctas. —ella no supo que responder—Lo veo, bien tuvimos sexo, solo fue eso, y fuimos irresponsables más yo, porque sabía que no habías estado con nadie.

—Thomas.

—Ya me lo hiciste ver, pero si ocultarme el embarazo que pasaría si no hubieras deseado decírmelo, si no fuera porque la corte solicito tu presencia no te apareces. En eso si estoy molesto, seré lo que tú quieras que sea, pero soy responsable de ser parte desde el momento que lo sabias, así que lo mínimo que pido es que me dejes ser parte de tu embarazo y el nacimiento de mi hija, es una Davis. —espeto Thomas, la mujer se sintió molesta por el tono que uso, recalcarle de quien sería hija.

—No me hablas así, estoy haciendo aun vida, voy a terapia, tengo un trabajo y vivo en un pequeño departamento, pero es habitable y...

—Erika, se lo que eres capaz, pero mi hija vivirá en la comodidad que yo le voy a brindar a ella, porque si no lo recuerda también soy el padre, solo déjame atenderlas bien, es mi responsabilidad—él se acercó hacia ella.

El hombre tomo uno de sus rizos rojizos y no podía dejar de ver sus ojos verdes, eso que tuvo íntimamente dilatados.

—Ahora que me has dicho, me pregunto si ella tendrá el hermoso cabello de su madre. —las mejillas de Erika sonrojaron—Me das motivos de ser mejor persona, porque cuando te conocí no fue perfecto y tampoco bueno—ella no comprendió a que se refería—Espero decirte el porqué. Pero ahora debemos traer tus cosas, el cuarto principal será para nuestra hija.

Una electricidad recorrió a Erika la forma posesiva en que lo decía "Nuestra hija" mientras ella ha referido como mi hija.

—Después de esto créeme que las cosas cambiaran Leo no lo tomara bien, y saber que tendremos una hija estará furioso hasta ofendido.

—No tendría porque, él me humillo las pruebas psicológicas lo dice.

—Me acosté con su esposa Erika—ella bajo la vista y el alzo su barbilla—Toque a su esposa y la hice mía, no suficiente con eso la embaracé.

—Lo dices de una forma posesiva—Thomas no pudo evitar sonreírse.

—Este embarazo solo causara problemas con él, créeme no dejare que ni se te acerque es por eso que iré contigo a los juzgados.

—No es necesario...

—Lo es, llevas a mi hija, una hija que pudo ser de él, y por imbécil se jodio, regrese con la idea de hacerle ver a mi padre que no quería tomar la empresa, pero en ese regreso estas tú, y si las cosas se dieron como se hayan dado Erika, no quitara el hecho que eres y serias la madre de mi hija,

—Supongo que tendrás que decirles a tus padres, y a tu...Prometida.

—Debe saberlo no tengo porque ocultar a mi hija, además va convivir con ella, será mi esposa Erika—la mujer sintió algo extraño en su garganta, no sabía cómo describir esa sensación. —Pero tú eres la única que puede decidir Erika—los dedos de Thomas rozaron las mejillas de Erika, y continuo su recorrido hasta sus labios—Y mantendré la esperanza.

El que no la estaba pasando nada bien era el mismo Leo de Luccas, después de mandar a investigar a Julissa no espero que la burla se la restregaran en la cara, tiro todo y quería incendiar todo a su paso, la mujer que el creyó que había burlado los sentimientos de su hermano, la maltrato como la peor basura, mientras se estuvo follando a la mujer que provoco la muerte de su humano.

Chaqueo la lengua, le hizo la vida humillante a una mujer que era inocente y que a pesar de que le atraía tanto, su venganza pudo más, ahora se había quedado sin ella.

Y los papeles del divorcio era un claro ejemplo que ella no quería saber más de él.

—Señor De Lucca, la señorita Asmet insiste en verlo—la mujer había entrado a su despacho—Ya le dije que...

—Hasta aun lado—Julissa entro sin importar las amenazas de Leo aun usando una peluca para engañar a la seguridad—Leo debemos hablar—espero la pelinegra.

—Llama a seguridad y que saquen a esta mujer o están despedidos todos. —espeto un Leo Furioso.

—No puedes hacerme eso Leo, te amo, porque me tratas así.

—¡Tratarte así! Me has visto la cara de pendejo todo este tiempo, tú te revolcabas con Benjamín—le hizo saber que ya lo sabía, los ojos de Julissa se abrieron.

—Leo...

—Maldita perra—la tomó del brazo con fuerza—Me has jodido la vida, me hiciste hacerle mierda a Erika, te crie, pero yo soy el culpable de todo esto, dime te gusto burlarte de mí.

—Por favor...

—No voy a escucharte, desaparece de mi vida, y pro tu bien espero lograr que Erika me perdone, porque no pienso darle el divorcio ¡lo oyes! La mujer negó cuando los guardias llegar—La próxima que ella entre de nuevo están despedidos.

—No puedes hacerme eso Leo, no puedes.

—Lo estoy haciendo ahora, no quiero verte la cara de nuevo.

—¡Estoy embarazada! Lo estoy—dijo entre lágrimas que Leo se detuvo. —No miento, puedes comprobarlo, nos íbamos a casar y deje de cuidarme, Leo...

—¡Mientes! —grito en su rostro.

—No...Leo estoy embarazada, no puedes sacarme de tu vida, no puedes.

Esposa OdiadaWhere stories live. Discover now