── 𝗮𝗺𝗮𝗯𝗮𝗻 la 𝗮𝗱𝗿𝗲𝗻𝗮𝗹𝗶𝗻𝗮, por algo 𝗣𝗮𝘃𝗶𝘁𝗿 era 𝘀𝗽𝗶𝗱𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻, y 𝗛𝗼𝗯𝗶𝗲 era un amante de las 𝗰𝗮𝗿𝗿𝗲𝗿𝗮𝘀.
Todo cambiaría cuando una noche, Pavitr observa competir a Hobie, notando algo diferente en él.
Mientras que e...
❝ Sí, puedes empezar de nuevo, ser libre. Hay muchos peces en el mar. ❞
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Sus labios se deslizaban alrededor del borde de su vaso, tomando un poco del té que había dentro. Sus ojos se perdían en el libro entre sus manos, enamorado de la historia que relataba en cada palabra.
La manera más rápida de entretener a Pavitr era dándole un libro de ficción, le encantaba leer cualquier tipo de utopías o distopias, como lo podrían ser sagas famosas como "Los juegos del hambre", o el propio "Harry Potter". Le gustaban tanto los libros, como sus respectivas películas.
En este caso, decidió elegirse algo más tranquilo y digerible para un viaje relativamente corto, el libro entre sus manos llevaba el título "La Vénus d'ille", novela de un escritor francés.
Si el moreno era sincero consigo mismo, probablemente si hubiese visto ese libro en alguna librería, pasaría de largo; pero le dejaron de tarea hacer un resumen de la novela, y una pequeña biografía del autor.
Su plan inicial era leerse un resumen, al final de cuentas, el libro solo contaba con 88 páginas; sin embargo, este viaje había sido una perfecta jugada del universo para hacerlo caer en la responsabilidad que tenía que cumplir; rendir de manera correcta su tarea, sin trampas.
Solía leer bastante seguido, y de vez en cuando hacía escritos que solo había mostrado a algunos amigos. No le era tedioso leerse esa cantidad de páginas, había leído libros de 600 páginas sin mayor problema, cómo "The Poppy War", entre otros, que ahora descansaban dentro de unas cajas en el carro.
Porque sí, Pavitr estaba de camino a un nuevo distrito de su ciudad, el cual sería su próximo hogar, por un tiempo considerable.
Su padre había decidido que era lo mejor, ya que por su trabajo le habían ofrecido un ascenso, transfiriéndolo al edificio principal de la empresa donde trabajaba.
La distancia entre Queen's y Brooklyn no era muy amplia, en media hora podría llegar sin muchos problemas, pero sabía que era mentirse a sí mismo decirse que llegarían en esa cantidad de tiempo; probablemente sería un trayecto de una hora, pero no le generaba mucho problema.
Debía admitir que, el sentimiento agridulce seguía dentro de él. Se sentía alegre por su padre, le gustaba verlo triunfar laboralmente y, sobre todo, le gustaba mirarlo feliz, ya que él sabía de antemano la calidad de persona que era; pero siendo honesto, le era difícil dejar la vida que había construido en Queen's.
Apesar de haberse ido sin amigos allá, y hace unos momentos haber pensado que podría tomar esto como una posibilidad de una nueva vida, y aunque no lo descartaba del todo, estaba muy encariñado con Queen's. Había comenzado a ser el hombre araña ahí, no podía sacarse la idea que, aparte de su vida como Pavitr, tenía una vida de héroe, y esa la tendría que dejar de lado y transportarla a una nueva ciudad.
