Prólogo

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Una noche terrible en Incheon, el clima estaba a reventar por la fuerte lluvia que se presentaba, los relámpagos y truenos se hicieron presentes en aquella fría noche; El gobierno ya había dejado en claro que tuvieran precaución al salir, de hecho, mencionó que en caso de no ser necesario era mejor que no lo hicieran.
La familia Han había llegado recientemente de Francia y no estaban al tanto del mal clima hasta que aterrizaron, fue algo de buena y mala suerte, ya que si hubiera comenzado desde antes ni siquiera los hubieran dejado abordar el avión hasta allá.

En la carretera apenas se podía ver por el parabrisas; Todos iban acurrucados dentro del auto debido al fuerte frío que hacía, Jisung se cubría los oídos cada que un relámpago aparecía de la nada, no soportaba los sonidos fuertes. Estaban a pocos kilómetros de llegar a su destino; Pero siempre tiene que haber complicaciones.
Los limpiaparabrisas estaban moviéndose constantemente, pero por un momento se detuvieron, el agua había nublado completamente el parabrisas, al momento de abrir la ventana el conductor se distrajo que no logró percatarse de la carambola que había delante. Intentó frenar, pero no fue suficiente, el auto se había estampado tan fuerte con el de enfrente. Los gritos se hicieron presente dentro de aquel automóvil, Jisung no portaba el cinturón de seguridad lo que hizo que chocara con el asiento de enfrente, al intentar salir otro carro salió de atrás chocando ahora con ellos, el padre fue capaz de lanzarse evitando ser golpeado por dicho auto.

Le ocasionó varios raspones pero nada a mayores...Aunque lo peor lo estaban viendo sus ojos, su mujer y su hijo habían quedado atrapados en el auto, el golpe hizo que sus cuerpos quedaran prensados, los gritos desesperados del hombre corriendo a sacarlos alarmaron a las personas a su alrededor.
Las ambulancias afortunadamente ya habían sido llamadas hace rato, así que llegaron justo a tiempo, bomberos también llegaron inmediatamente para romper las piezas del auto con herramientas especiales.

El hombre no sabía que hacer, estaba volviéndose loco, le habían prohibido interferir ya que podía ser contraproducente, por lo que sólo se quedó atrás viendo todo mientras lloraba.
Como si de un milagro se tratase, uno de los bomberos le gritó a una ambulancia avisando que había un sobreviviente.

En ese instante el hombre vió una luz de salvación en sus ojos, al parecer su hijo seguía aún con vida pero inconsciente; Hubo demasiado movimiento en aquel lugar, el hombre arrodillado frente al cuerpo de su esposa lloraba desconsoladamente mientras la abrazaba. Tuvo que dejarla ahí para poder ir con su hijo al hospital, estaba en una condición crítica y no podían perder más tiempo.

Las horas pasaban y el hombre seguía en el hospital con la mirada perdida, personas de su trabajo habían estado ahí con él, incluyendo amigos, pero él sentía como si no tuviese a nadie; El doctor por fin salió de la sala de operaciones haciendo que todos en la sala se levantaran.

—D-Doctor...Mi...Mi hijo...

—Puede estar tranquilo, Jisung es un chico bastante fuerte —sonrió— Pudo soportar la operación, aunque perdió bastante sangre con la reserva que teníamos pudimos neutralizarlo, la cosa es que...Hay un problema.

El hombre sintió un escalofrío en todo su cuerpo escuchando aquellas palabras del doctor...¿Porqué todo lo bueno tiene que terminar mal?

—El daño ocasionado en sus piernas fue muy fuerte —suspiró— No era necesario amputar nada...Pero si tendrá que estar en silla de ruedas por un largo tiempo...

—Eso...Eso quiere decir que...—las lágrimas brotaron de sus ojos— ¿No volverá a caminar?

—Eso depende de su hijo señor —se quitó los lentes lentamente— Si no tiene sus terapias, es probable que no vuelva a caminar.

METANOIA // Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora