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Louis descansaba en su sillón, mirando un programa en la tele, sin apartar de su regazo su laptop. Estaba contento, ya tenía todo terminado, lo único que le faltaba era revelar las fotos y prepararlo en carpetas para presentarlo.

Harry estaba terminando de cocinar unos tallarines con abundante salsa, como sabía que a Louis le encantaba. Se había negado a irse sin verlo comer y estaba dispuesto a alimentarlo.

Mientras respondía unos mensajes en su móvil, oyó como tocaban la puerta.

Louis se levantó despacio dirigiéndose a la puerta sabiendo de antemano de quién se trataba.
Jack, su vecino venía siempre a saludarlo, trayendo en sus manos fresas para su pequeño vecino.

Se habían conocido el mismo día que llegó a vivir en ese lugar, era un alfa muy amable y se podía mantener una conversación cordial con él. Le había ayudado a acomodar sus muebles para que no tuviera que hacer fuerza en su estado, aunque en ese momento Louis mostraba solo un bulto bajo su enorme remera.

" Hola precioso, cómo te encuentras?" Saludo besando la mejilla del castaño.

" Buenas noches Jack. Estoy bien, Cómo fue tu día?..."

Harry que observaba todo desde la cocina no pudo evitar los celos que lo inundaron. Su lobo se puso en alerta, divisando a un posible enemigo.

Caminó seguro, emanando posesividad por cada uno de sus poros. Sus facciones estaban tensas y su seño fruncido. Liberó intencionalmente su aroma, marcando el lugar. Llegó hasta donde se encontraba Louis con su vecino.

Su mano se posicionó sobre el vientre del castaño, dejando en claro que ambos le pertenecían.

" Mi día estuvo tranquilo, gra..." Se quedó en silencio desviando sus ojos hacia donde se encontraba Harry.

" Oh, buenas noches. Soy Jack" saludo amable.

" Hola Jack, soy Harry" Louis mientras tanto revoleaba sus ojos siendo conciente de lo que el rizado trataba de hacer.

" Jack, el es el padre de mi bebé" El rizado inflo su pecho, ladeando sus labios en una sonrisa arrogante.

" Ah! Él es tu alfa!"

" Si"

"No" dijeron al mismo tiempo. Harry miró a Louis con un dolor  su pecho.

" Jack,él es solo el papá de mi cachorro, nada más" respondió sintiendo la tristeza del rizado como suya, pero hizo lo posible para ignorarlo.

" Bueno, debo ir a descansar...oh, nunca me olvidó de ti, aquí te traje tus fresas, disfrutalas. Que tengan buenas noches...adiós Harry" concluyó retirándose de la incómoda escena.

Harry silenciosamente regreso a la cocina para servir la comida. El pinchazo en su pecho no dejaba de doler, su lobo se había sentido rechazado, pero no discutiría, él lo había arruinado hace meses.

Louis caminó tras él guardando el regalo de su vecino en la heladera, observando de reojo la reacción del rizado.

" Discúlpame por haber arruinado tu encuentro" rompió el silencio Harry, con los platos en sus manos.

" No te preocupes" sabía que  hecharia leña al fuego, pero aún así se arriesgo "Jack viene todos los días a saludar".

La cara del rizado era un poema...pero de terror.
Louis le dió la espalda para lograr ocultar su sonrisa.

" Viene todos los días?" Gruñó.

" Oh, si...es un muy buen vesino"

" Omega " volvió a gruñir, dejando los platos en la mesada para acorralar al castaño contra la heladera.

"Harry" artículo con todas sus fuerzas. El aroma del alfa nublo sus sentidos, su pulso se aceleró inmediatamente y sus piernas perdían sus fuerzas, pero las manos del rizado apretando su cadera lo mantenían de pie.

" No, mío, mi Omega, mi cachorro, MÍOS" rugió undiendose en el cuello del castaño, provocándole escalofríos y una electricidad que recorrió todo su cuerpo.

La lengua del rizado comenzó a recorrer la piel de su Omega hasta llegar a su mandíbula. No se despegó de él hasta olerse a si mismo en la piel de su compañero.

Louis se mantuvo inmóvil, mostrándose dócil y sumiso frente a su Alfa. Sus ojos se mantenían cerrados con fuerzas. Se odiaba por no ser fuerte, pero su Omega y su parte humana no podían resistirlo.

Cuando el lobo de Harry se sintió satisfecho, dejo varios besos en la curva del hombro del castaño y se alejó lentamente mirandolo.

" Yo... Lo siento, mi lobo..."

Louis fue recobrando la conciencia " Está bien, cosa de lobos...supongo" suspiró mirando el piso.

" No Lou, no fue solo mi lobo..."

" Tenemos hambre" evadió el tema, si tenía hambre, pero no se encontraba preparado para una charla de ese tipo. Sabía que era inevitable, estaba en sus instintos reaccionar así.

Harry lo miro por un segundo dudando, de igual manera sabía que debía alimentar a su Omega en estado.

" Entiendo... Siéntate, yo sirvo"

Cuando dejó de sentir las manos del alfa en su cadera, casi sale corriendo, pero se retó a si mismo para mantener la calma luego de lo ocurrido.

Comieron sumidos en un silencio incómodo, eso no le impidió a Louis jadear de placer al degustar la comida preparada por su alfa. Harry continuaba comiendo con su seño levemente fruncido y su pecho retumbando en un gruñido.

Al terminar de cenar, lavaron la vagilla entre ambos, como siempre lo habían hecho. Luego Harry termino de ordenar para irse.

Se colocó su chaqueta y caminó a la puerta seguido por Louis.

" Gracias por permitirme cuidarte, Lou"

" Te preocupaste por nuestro cachorro, está bien."

" No, Lou. Me preocupo por ambos"

" Harry, no quiero discutir"

El rizado avanzó tomando las manos de Louis.  "Lou, se que dejé que arruinaran lo que teníamos, te dije cosas enojado que no quería decir. Pero quiero arreglar lo que yo mismo rompí, los quiero recuperar a los dos y no me voy a rendir"

" Harry, tienes que irte dentro de dos días. Dejemos las cosas así"

"No, haré lo que sea por ustedes, puedo trabajar desde aquí mientras tanto"

"Después vamos a hablar de eso, estoy cansado"

" Está bien, no te voy a precionar. Espero que descanses bien" dejo un beso en su mejilla y luego se agachó tocando el vientre del castaño dejando otro beso " Descansa tu también cachorro".

Una vez ya dentro de su auto, lloró en medio de la oscuridad. Se reprochaba por haber actuado tan mal e injustamente con su Omega.

Sabía que le costaría, pero él volvería a Londres con su Omega y cachorro entre sus brazos, y no permitiría que nadie, nunca más, los separen nuevamente.

Louis terminó acurrucado en su nido, empuñando con fuerza varias remeras que había tomado de la casa del alfa antes de irse. Prácticamente ya no tenían casi su aroma, pero él se encontraba impregnado con su olor. No estaba molesto, sino que esa noche pudo descansar como hace varias noches no lo hacía.

Luchando Por TiWhere stories live. Discover now